Por más que lo intentemos, ningún humano puede soportar ver a un animal sufriendo, ya sea un perro, gato o una tortuga con un popote atorado en su nariz; no existen ojos ni corazón capaces de soportar la cara de sufrimiento de una criatura que de hecho, no tendría que enfrentarse nunca a una situación dolorosa ¿Por qué? Simplemente porque al darnos todo su amor, no se merecen ninguno de los males que existen en este mundo.
¿Llorar por la muerte de un humano? No, jamás. Pero ver cómo frente a nuestros ojos se desmoronan las fuerzas y esperanzas de Hachiko es motivo suficiente para romper en llanto. Sin embargo, aunque quisiéramos evitar el sufrimiento de cada animal sobre la tierra —incluidos nosotros mismos— es un asunto casi imposible, pues muchos de los problemas que afectan el cuerpo de nuestros amados compañeros no son causados directamente por el ser humano.
Más allá de la crueldad humana o los camiones asesinos, la naturaleza tiene sus propios medios para terminar con estas criaturas que no deberían sufrir. Desde enfermedades intestinales hasta bichos que con sólo posarse sobre su piel pueden causarles fuertes enfermedades, nuestras mascotas y los animales en general se encuentran constantemente en peligro gracias a estos parásitos que prácticamente los rodean todos los días:
Vermes pulmonares
Es posible que tu perro no presente síntomas de esta enfermedad hasta los 5 o 6 meses de haberse contagiado; una vez que la infección es demasiado avanzada comienzan los problemas relacionados con la acumulación de líquidos en los pulmones, neumonía y bronquitis. Aunque este problema se puede curar con antiparasitarios, antibióticos y corticoides, siempre es mejor prevenir a tu mascota llevándola al veterinario.
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Coccidiosis
Desde los primeros días que tu cachorro —perro o gato— esté contigo, debes asegurarte de que haga del baño correctamente, pues este parásito actúa en su tracto digestivo dañándolo hasta llevar a tu mascota al vómito, diarrea e incluso sangrado intestinal. La razón por la que ataca a los animales más pequeños es porque sus estómagos no están tan desarrollados como los de un espécimen adulto.
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Gusano del corazón
(Dirofilara immitis)
Lamentablemente la presencia de este parásito se detecta cuando ya se ha apoderado casi por completo del cuerpo de tus mascotas. Una vez que tu compañero comienza a presentar problemas para respirar o se cansa más rápido de lo común, es necesario que corras al veterinario para saber si aún hay posibilidad de curarle.
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Toxoplasmosis
Si tu gato pasa mucho tiempo afuera es mejor que lo lleves a revisión constantemente, pues este parásito está casi en todos lados, sobre todo en sitios donde suele haber roedores. La enfermedad comienza a manifestarse con vómito, debilidad muscular y dificultad para respirar, lo que reduce dramáticamente la esperanza de vida del felino.
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Gusanos del estómago
(Spirocerca lupi)
Aunque es común en casi todos los animales carnívoros, este gusano sólo se manifiesta de manera violenta en los perros a los que les produce nódulos en el estómago y esófago, a veces son tan grandes que los canes experimentan pérdida de apetito e incluso problemas para respirar. Si uno de estos nódulos llega a reventarse, el perro muere instantáneamente; otro de los grandes problemas es que si no se atienden a tiempo pueden convertirse en tumores cancerosos.
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Flebotomo
Estos parasitos son causantes de la leishmaniosis, una enfermedad incurable por lo que los perros estarán enfermos de por vida y siempre necesitarán medicamentos para que los síntomas no se manifiesten y terminen con la vida del can. La única forma de prevenir que este intruso invada el cuerpo de tu mascota es con antiparasitarios internos y externos.
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Pulgas
No importa si es humana o animal, las pulgas se pegan en la piel porque necesitan sangre caliente para alimentarse. Aunque a veces las vemos como algo común en cualquier mascota, estas pueden llegar a ser mortales, pues son portadoras de Bartonelosis o Dipilidiasis; además si no las eliminamos a tiempo pueden expandirse por todo el cuerpo del animal en cuestión de semanas —una sola pulga pone alrededor de 6 mil huevos de una sentada—.
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Garrapatas
No importa el tamaño o la especie, el cuerpo de tu mascota no tiene que estar infestado de estos insectos para que le causen un daño irreversible. Basta una sola garrapata para que a través de la sangre se contagien de abesiosis, la Ehrlichiosis o la enfermedad de Lyme; padecimientos que la mayoría de los casos terminan en la muerte.
Si al revisar a tu perro o gato encuentras una garrapata incrustada en su piel, no la quites directamente con la mano, usa guantes o pinzas para depilar ya que estos insectos también son peligrosos para los humanos. Una vez que lo hayas retirado, asegúrate de matarlo en un espacio abierto como el patio o el jardín.
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Aunque los veas tranquilos o sin síntomas de una enfermedad grave, es necesario que estés al pendiente de tus mascotas; las primeras manifestaciones de estos parásitos son cambios de humor repentinos. Así que si notas que de repente dejaron de jugar como antes o simplemente lucen muy fatigados, acude al veterinario para que despeje todas tus dudas y te diga si tu amigo está realmente sano.