Este artículo ha sido actualizado el 20 de mayo de 2020.
Desde tiempo atrás, en Quintana Roo se ha estado viviendo un desastre ambiental y económico muy importante. Esto después de que en un terreno se fumigara para poder plantar chile habanero utilizando un plaguicida tóxico, matando así a millones de abejas que se encontraban en la cercanía.
Pero… ¿qué pasó?
De acuerdo con los testimonios de diversos apicultores de la zona, así como las investigaciones como la de Aurora Xolalpa de la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo y el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible-Península de Yucatán, el desastre ocurrió después de que en los terrenos pertenecientes al empresario Pablo Mendoza fueran fumigados con un plaguicida llamado fipronil, mismo que provocó que cientos de colmenas —se habla de cerca de 300 colmenas— a 4 kilometros de distancia fueran afectadas.
Los apicultores reportaron que primero las abejas comenzaron a tener un comportamiento extraño, para después encontrarlas muertas en días posteriores, lo cual se tradujo en muchos casos en pérdidas totales de las colmenas. Y esto sin considerar los cientos de abejas silvestres de la zona, de las cuales no se tienen conteos exactos.
La pregunta es:
¿por qué usaron fipronil?
El friponil es un plaguicida comercializado como Regenet 4SC que está clasificado por la OMS como un plaguicida clase II, es decir, un plaguicida moderadamente peligroso, pero que puede afectar a animales y niños por igual, dado que como muchos otros puede resultar cancerígeno para los humanos en periodos prolongados.
Sin embargo, su efecto en animales como las abejas es altamente tóxico y no necesita de una exposición prolongada para matarlas, como sucedió en estas colmenas, cuyo el número estimado de muertes llega a los millones. De hecho, la investigadora Aurora Xolalpa apunta que el tiempo de liberación del friponil puede extenderse hasta 18 semanas, lo que quiere decir que de encontrarse más abejas en la cercanía también sufrirán los efectos del plaguicida.
Es por ello que en otros países se encuentra prohibido, la OMS reporta que así lo es en los países desarrollados, pero en muchos otros, como en México, este tipo de plaguicidas no están regulados y están permitidos.
Impacto ambiental: impacto económico
La cifra de muertes se vuelve tan alta cuando consideramos que en una colmena pueden habitar de 50 a 80 mil abejas. Cada colmena no sólo representa el valor de las abejas per se, sino también la producción de miel y cera. Por lo que la muerte de las abejas implica un impacto ambiental ya que son las principales polinizadoras de diversos frutos y plantas que sin ellas no se fertilizarían, y el impacto económico de todas las familias que dependen de la producción apícola.
Se estima que las pérdidas son aproximadamente de 2 millones 300 mil pesos, asimismo esta pérdida involucra dos meses de producción, las correspondientes a los meses de octubre y noviembre, sin considerar que con la muerte total de varias colmenas, en los siguientes meses no tendrán el nivel de producción deseado para generar sus ingresos y tendrán que esperar hasta un año para que una colonia de abejas se fortalezca nuevamente y puedan cosechar la miel.
Y… ¿cuáles fueron las consecuencias?
Inicialmente no se pudo actuar legalmente en su contra, dado que de acuerdo a las autoridades la muerte de las abejas no es un delito que se puede perseguir. No obstante, según el reporte de El Universal, el Código Penal del estado indica que la destrucción de colmenas, miel, abejas, panales y productos apícolas sí es un delito, por lo que lograron imponer una denuncia.
A esto se suman otras quejas como la de los productores mayas quienes luchan contra la siembra industrial de transgénicos, en particular de la intervención de Monsanto, una empresa que se ha hecho famosa por el desarrollo y uso de plaguicidas tóxicos, antibióticos y hormonas en animales, etcétera, que tienen severas afectaciones a la salud de los humanos.
Sin duda se trata de una cuestión que no sólo le atañe a los apicultores de la región, sino a todos, dado que estamos hablando de productos que se comercian al interior del país y que también se exportan, al grado que México es uno de los principales productores a nivel mundial de miel de abeja. También deja pendiente la cuestión sobre nuestra falta de regulación o normativas con respecto al uso de productos tóxicos como estos plaguicidas y de su uso indiscriminado e irresponsable.
También te podría interesar:
Lo que no sabías del glifosato y cómo afecta tu cuerpo
Efectos del calentamiento global, qué es y por qué ocurre