¿Merece ser llamado genio un hombre que cree que todo lo que pintan las películas de ciencia ficción acerca del futuro es cierto?
Durante años, el cine y la literatura nos han planteado escenarios en los que la tecnología es capaz de terminar con nosotros, mundos hundidos en el caos y pequeñas sociedades escondidas en los escombros de una civilización antigua son algunos de los ejemplos de lo que nos podría ocurrir si permitimos el avance desmedido que los científicos están realizando en este momento. No obstante, estamos hablando de ficciones que plantean realidades alternas un tanto exageradas para atraer espectadores y eso es algo que incluso aquellos que no tienen una mente del todo astuta saben muy bien. Al menos eso pensábamos antes de que Elon Musk mostrase su preocupación acerca de este tema.
«Debido al gran potencial de la IA, es importante investigar cómo aprovechar sus beneficios al tiempo que evitar las trampas potenciales».
-Elon Musk
No es una novedad la preocupación del empresario sudafricano en torno a este tema; en 2016 escribió una carta junto con Stephen Hawking donde advertían de los peligros de no poner límites a la Inteligencia Artificial. En el texto es posible percibir la preocupación que sienten acerca de cómo los hombres están utilizando esta tecnología para perfeccionar tácticas de guerra o crear armas totalmente autómatas. Por ese lado tienen razón al temer, pues al no distinguir quién es el “bueno” y quién el “malo”, los aparatos podrían comenzar a asesinar a todos, sin embargo, se olvidaron de algo muy importante: las leyes de la robótica planteadas en 1940.
Por otro lado, personas como Mark Zuckerberg se muestran entusiasmados con cada avance en las investigaciones para la IA: para el creador de Facebook, este es el verdadero gran paso de la humanidad en el siglo XXI, pues se trata de un avance tecnológico nunca antes visto del cual devendrán otros descubrimientos posiblemente más importantes. Tanto así que pensar que la Inteligencia Artificial es un peligro, una manifestación definitiva de un evidente miedo al progreso de la humanidad.
«Yo soy optimista. Creo que uno puede construir cosas para hacer un mundo mejor. Pero, además, soy especialmente optimista en lo que respecta a la inteligencia artificial […]. Y creo que hay quienes son pesimistas y tratan de darle bombo a todos estos escenarios apocalípticos. Simplemente, no lo entiendo».
-Mark Zuckerberg
El creador de Facebook tachó de irresponsables las declaraciones de hombres como Musk, pues dan la impresión de que intentan frenar a toda costa cualquier beneficio que la IA pueda aportar a la humanidad. Sobre todo porque este tipo de comentarios están basados en una visión aparatosa de esta tecnología, es decir, que no atienden a formatos –por decirlo de alguna manera– más pequeños; algo como lo que Facebook lanzó este año para la selección de anuncios es en definitiva una extensión de esta tecnología que algunos científicos no toman en cuenta por estar preocupados de la existencia de un Terminator.
Lo único cierto detrás de todo esto es que ambos están un tanto equivocados al hablar tan a la ligera de la Inteligencia Artificial. Por un lado, no podemos fiarnos de los miedos de tipos como Musk, pues están apegados a formatos gigantes que ni siquiera han comenzado a gestionarse y para los cuales ya existen regulaciones, precisamente, para evitar una catástrofe; por el otro, tampoco debemos abrazarnos del todo a bots como los de Zuckerberg, pues al ser programados por humanos aún admiten muchas fallas que hay que corregir. Dicho esto, es obvio que por el momento no podemos llamar genio a nadie, al menos no en cuestiones de IA.