En los últimos siglos la humanidad ha comenzado a preocuparse cada vez más por la vida en la Tierra y la posibilidad de poder emigrar a otro planeta. Se trata de una preocupación válida cuando es evidente el deterioro que la actividad humana le ha causado al planeta, incluso algunos científicos aseguran que dada la enorme cantidad de plástico que producimos, quedarán rastros de éste en el sedimento, por lo que en cuestión de siglos alguien podría identificar nuestra era como la del plástico.
Kepler-11. NASA/Tim Pyle
La carrera hacia el espacio puso en la mira todas las posibilidades “allá afuera” en el Universo: existen múltiples teorías de cómo podríamos habitar la Luna, películas de una vida en Marte, etcétera. Y aunque la mitad de ello se trate de ficción, lo cierto es que existen científicos dedicados a examinar y analizar exoplanetas a cientos de años luz, que podrían contar con las condiciones idóneas para que la especie humana pudiera habitarlos.
Pero…
¿Qué es un exoplaneta?
Es simplemente un planeta que orbita alrededor de una estrella —como el Sol— en otro sistema solar. Identificarlos con un telescopio a simple vista resulta casi imposible, es por ello que la NASA ha desarrollado sondas espaciales, como “Kepler”, cuya única misión es buscar planetas, trazar sus órbitas y su tamaño. El descubrimiento también se puede dar por otros métodos, por ejemplo, registrando cuánto cambia el brillo de una estrella durante su periodo de tránsito.
A la fecha la NASA ha confirmado 3 mil 791 exoplanetas. Existen 2 mil 919 que son candidatos y en total se han registrado 2 mil 828 sistemas planetarios.
Proxima… ¿qué?
Proxima Centauri es la estrella más cercana, aunque su tamaño es de tan sólo un octavo de nuestro sol. Se encuentra a aproximadamente 4.22 años luz y fue descubierta en 1915. Su cercanía y el sistema planetario que rige la han hecho popular, puesto que alrededor de ella orbita Proxima Centauri b, un exoplaneta encontrado en 2016.
Recientemente se descubrió que Proxima Centauri b podría tener agua en su superficie, por lo que podría ser una gran opción para la especie humana y la vida tal y como la conocemos. Este descubrimiento parte de diversos estudios y simulaciones. Los grandes cuerpos de agua en su superficie sólo podrían darse bajo ciertas condiciones climatológicas. Para comprobarlo, los científicos realizaron varias simulaciones con tecnología que aquí, en la Tierra, se utiliza para medir el cambio climático.
Kepler. NASA/Kepler mission/Wendy Stenzel
Proxima Centauri b no es el único
Así como este exoplaneta, la sonda Kepler ha encontrado otros exoplanetas que tras la inspección de los científicos de la NASA han sido considerados candidatos a convertirse en lugares habitables por organismos vivos:
Kepler-62f. NASA/Ames/JPL-Caltech
Gliece 667 Cc
Este planeta es denominado una supertierra —pues tiene una masa y tamaño más grande que la Tierra, pero menor que los gigantes de hielo como Neptuno y Urano—, se encuentra a 23.2 años luz en la constelación de Escorpio y orbita alrededor de la estrella Gliese 667 C, con una temperatura promedio de 4.3 grados celsius.
Kepler-442b
También es considerado una supertierra, aunque no se sabe a ciencia cierta el número exacto de su masa. Se encuentra a 1,120 años luz de la Tierra, en la constelación Lyra y su temperatura aproximada es de -40 grados celsius.
Interpretación artística de Proxima Centauri b. ESO/M. Kornmesser
Kepler-452b
También conocido como Coruscant, este exoplaneta se encuentra a mil 400 años luz de la Tierra, en la constelación Cygnus. Su masa es cinco veces más grande que nuestro planeta, por lo que su gravedad sería el doble que la conocida. Su temperatura es de -8 grados centígrados aproximadamente, algo bastante tolerable para los habitantes de nuestro mundo. Kepler-452b es considerado como un primo de la Tierra, por su similitud en tamaños, temperatura y porque su tiempo de traslación es de 285 días. Sin embargo, llegar a este mundo nos tomaría cerca de 26 millones de años.
Wolf 1061c
Este planeta se encuentra en la constelación Ofiuco, a 13.8 años luz de nuestro mundo. Así como Gliece 667 Cc, forma parte de un sistema planetario triple. La masa de Wolf 1061c es de 4.3 veces la Tierra, y una temperatura promedio de -50ºC. Y así como muchos de los exoplanetas que se han encontrado, es muy posible que éste no rote sobre su propio eje, lo cual provoca que un lado esté en permanente contacto con el sol, mientras que el otro se encuentra en total oscuridad y por lo tanto, helado.
Elaboración artística de Kepler 186f. NASA/Ames/SETI Institute/JPL-Caltech
GJ 357 d
Ubicado en la estrella GJ 357 en la constelación llamada Hydra, este exoplaneta podría contener agua líquida en su superficie, así como la Tierra. Los científicos de la NASA creen que de estar compuesto por roca, tendría el doble de la masa que nuestro planeta. GJ 357 d orbita justo en el límite de la zona habitable de su estrella por lo que la temperatura que recibe de la estrella enana M es suficiente para que el agua se mantenga en estado líquido.
Interpretación de cómo podría verse GJ 357d. NASA Goddard Space Flight Center/Chris Smith.
A pesar de los descubrimientos y la posibilidad de que en algún punto de la historia humana nos convirtamos en una especie interplanetaria, la realidad es que nuestra tecnología aún no está tan desarrollada para lograr viajes tan largos y mucho menos que tengan un retorno. Así que por lo pronto, es muy probable que no veamos ninguna colonia humana en Proxima Centauri B u otros exoplanetas de este listado, pero si algo nos queda es la esperanza de que tal vez un día no sólo seamos capaces de viajar por el espacio, sino de ver el desarrollo de otra forma de vida en estos lugares.