¿Qué es mejor?
¿Ser temido o respetado?
Yo digo que… ¿Es mucho pedir ambos?
—”Iron Man” (2008)
La ironía de amar a Iron Man
Es irónico adorar a Iron Man en esta época llena de guerra, terrorismo y conflictos entre naciones, aunque –en realidad– esas tensiones han existido desde que Stan Lee lo creó hace más de 50 años. En ese entonces, el autor tenía la idea de crear el personaje más detestable que representara la avaricia y el desinterés de los capitalistas y sus mentalidades enfocadas a la guerra. Tony Stark diseña armas, las vende, es líder de la industria y un absoluto narcisista. No esperaba que se convirtiera en una figura tan popular y –por supuesto– tampoco sabía que su popularidad crecería con el paso de los años.
Stark actualmente es representado como un héroe antiguerra, sin embargo, sirvió como la inspiración para una herramienta más de destrucción en el mundo real. El mundo de la tecnología se está enfocando en copiar el modelo de Stark y replicarlo para crear supersoldados más ágiles y efectivos para tácticas de asalto e intervenciones.
En otras palabras: Estados Unidos piensa crear miles de Iron Man más ágiles que cualquier ejército. Nada podrá detenerlos.
Proyecto Talos
Legacy Effects, General Dynamics, Lockheed Martin y Raytheon, empresas enfocadas a la balística de precisión y telemetría, efectos especiales y la ingeniería militar, desean crear un traje que proteja a los soldados de cualquier tipo de daño y eliminar el peso con el que deben cargar constantemente. La armadura de un combatiente puede pesar hasta 50kg, lo que desean es reducir esa cantidad a un mínimo. Parece un sueño de ciencia ficción salido de la mente de Stan Lee y lo es. Sólo que esa visión ahora se trasladará a la realidad.
Los primeros prototipos son parte del Proyecto Talos, llamado así por la historia del gigante de bronce que protegía la ciudad de Creta en Grecia de los invasores. Las presentaciones que hablan sobre este avance tecnológico –al igual que las de Tony Stark– no hablan tanto de su capacidad como arma en caso de combate, sino que se enfoca en qué impacto tendrá en los contrincantes. Es decir, si se encuentran con una armadura básicamente invencible, es posible que dejen de pelear hasta que puedan igualar o superar al supersoldado con el que tienen que enfrentarse.
Si vemos más allá de ese lado positivo que intentan representar, es posible mirar las posibilidades de que un ejército cuente con soldados invencibles. En caso de guerra, superarían a cualquier otro combatiente y tomarían control casi de inmediato. Si cae en las manos incorrectas se convertiría en el ejército perfecto para dominar a cualquier nación. Asimismo, es posible imaginar que en otro país se esté desarrollando un sistema similar, lo cual no daría fin a las guerras, sino que las haría mucho más complejas y peligrosas para los civiles (quienes se encontrarían en medio del fuego sin protección).
¿En qué consiste?
La movilidad aumentada es el factor principal en este tipo de proyectos. La armadura sería dos veces más pesada que una persona promedio, pero no representaría una gran carga. Está construido como un exoesqueleto; mediante el uso de pequeños motores impulsa cualquier movimiento del individuo que lo porte. Si quiere correr, lo hará mucho más rápido, los golpes serán más fuertes y no se cansará, ya que la mayor parte del trabajo lo haría la armadura.
Además de eso, incluye los dispositivos de Iron Man, computadora integrada que monitorea en tiempo real el cuerpo y hace funcionar al exoesqueleto. Incluye la visión nocturna, se dice que miras de precisión y el casco le permite mirar mejor en la periferia. Lo único que aún no se desarrolla es la propulsión que hace volar a Tony Stark.
Sin embargo, lo más sorprendente y aterrador es el armazón que puede blindar los ataques de bala. Se dice que sería de material semilíquido que, mediante distintas señales, se solidificaría protegiendo a los soldados, haciéndolos inmunes a cualquier disparo de bala común.
En realidad serían los soldados perfectos.
El Proyecto Talos piensa lanzarse en 2018. Sin embargo, aún son necesarias múltiples pruebas para perfeccionarlo y poderlo comercializar la idea para uso militar. Aunque parece fantástico mirar a un Iron Man en la vida real, no lo será así para quienes tengan que enfrentarse a esas máquinas invisibles. Este tipo de tecnologías y los planes que tiene Elon Musk para la humanidad nos hacen pensar que posiblemente el futuro no será próspero, sino una distopía salida de una película de ciencia ficción.
¿Entonces seguiremos amando a Tony Stark?
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Referencias
History
Economist
Pulzo