Más allá del 4-D
¿Recuerdan la insólita transformación del Super Nintendo al Nintendo 64? Mario ya no viajaba en mundos bidimensionales que nos permitían verlo como si estuviese dentro de una colonia de hormigas en medio de un vidrio, sino en un mundo similar al nuestro, con figuras redondas, vista de 360 grados y un mundo entero qué explorar. El 3D cambió el entretenimiento para siempre. Eventualmente llegaron los televisores que nos hacen ver películas con relieve y en la actualidad existen salas que afirman ser de cuatro dimensiones, cuando en realidad es imposible. Aunque lancen agua, muevan los asientos y echen humo de las pantallas, sigue siendo entretenimiento en tercera dimensión. Si en realidad esas salas fueran de cuatro dimensiones, estaríamos viajando en el tiempo o incluso el espacio.
De acuerdo con algunos científicos como Paul Halpern, los humanos vivimos en un espacio de cinco dimensiones. Las dos que casi no se mencionan son: tiempo y espacio. Aún sigue siendo un tema de debate sobre si eso es cierto, pero nos da un panorama más amplio de lo complejo que es nuestro lugar en el Universo. Si implementamos la relatividad, no sólo existimos un plano de tres dimensiones, sino que existimos en un periodo específico de tiempo efímero y en un espacio variable que nunca es el mismo en el cosmos.
Ahora imaginemos lo siguiente: ¿qué tal que no sólo estamos en esas cinco dimensiones, sino en once? Parece un asunto de ciencia ficción, inspirado en “Doctor Who”, sin embargo, es posible… al menos dentro de nuestras mentes. No obstante, esto no significa que podamos viajar entre dimensiones como el mismo Doctor Strange, sino que nuestro cerebro es tan complejo que es imposible comprenderlo y trasladarlo hacia un plano tecnológico.
Cerebro multidimensional
Un proyecto llamado el Blue Brain Project en Suiza se está encargando de analizar el comportamiento de la mente humana al desarrollar recuerdos y procesos cognitivos, tal como lo reportan distintos medios, como Cosmos Magazine o Science Alert, los cuales también revelaron que los investigadores que son parte del estudio han descubierto que el cerebro humano funciona en 11 dimensiones. «Encontramos un mundo que nunca imaginamos», afirma el grupo de científicos, y –en efecto– es difícil de creer lo que tratan de explicar.
El Blue Brain Project pretende crear un mapeo de todos los procesos por los que pasa el cerebro para finalmente trasladarlo hacia la inteligencia artificial; sin embargo, parece ser más complicado de lo que parece. De acuerdo con el estudio, cuando las neuronas trabajan para solucionar un problema (así sea una tarea motora o la recolección de un recuerdo) se crean unas especies de estructuras insólitas que se materializan y desaparecen a los pocos momentos. Ellos lo describen como un castillo de arena que aparece súbitamente en algunos espacios vacíos dentro de las estructuras del cerebro y se va cuando ya no es necesario.
El artículo de Cosmos Magazine explica el funcionamiento: digamos que un humano pensará en un recuerdo. Cuando empieza a hacerlo, se produce un click que consiste en una serie de neuronas que se hacen parte de millones de “castillos de arena” que se van uniendo. Al inicio se pensaba que el click funcionaba sólo en cuatro dimensiones, pero –cuando se dieron cuenta de que se unían unos con otros– se dedujo que funcionan en siete y hasta once. Las neuronas responden a los estímulos, crean esas estructuras (de manera organizada) y cuando el proceso finaliza, se disuelven, así que es casi imposible saber cómo funcionan y cómo es que tratarán de trasladarlo hacia una inteligencia artificial.
¿Para qué sirve saberlo?
Este descubrimiento es más importante de lo que parece. Es un paso más en el desarrollo de inteligencia artificial que se asemeje casi por completo a la forma operativa del cerebro de los humanos, sin embargo, la complejidad con la que se crean esas estructuras hará que la ciencia se enfoque en descifrar esas otras dimensiones y saber cómo se transfiere la información y cómo influye para la toma de decisiones. Asimismo, el descubrimiento abre la posibilidad de que vivamos en un universo con más dimensiones de las que se creía y que, posiblemente, sea de apoyo para comprender el funcionamiento del cerebro.
La humanidad aún está lejos de entender por completo el funcionamiento del Universo y –por ende– de su propia mente. Para desarrollar Inteligencia Artificial se requiere replicar por completo un cerebro y –como reveló el descubrimiento del Blue Brain Society– eso será casi imposible si no se comprende cómo es que se pueden crear tantas dimensiones con las neuronas en el proceso cognitivo. Sin embargo, la ciencia avanzará y posiblemente en el futuro finalmente entenderemos los límites de nuestra mente y del cosmos mismo.
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Referencias
Science Alert
Cosmos Magazine
The Guardian