Internet no sólo trajo consigo un sinfín de oportunidades que antes parecían impensadas para la comunicación y la conectividad en tiempo real de todo el mundo. Al mismo tiempo, la red que cambió la historia del mundo también exportó lo peor de la sociedad y abrió la posibilidad a una consecución más sencilla de un sinfín de crímenes que sólo ocurrían en la vida real.
La red es como las calles de una gran ciudad: cualquier cosa puede pasarte si no sabes andar con cuidado. Entre falsa publicidad, anuncios de spam y páginas engañosas, es sencillo perderse en cualquier callejón sin retorno y terminar en el sitio menos indicado. Nadie debería navegar sin la precaución necesaria, especialmente si se trata de menores de edad que no conciben los peligros que se esconden detrás de su pantalla y pueden poner en riesgo los datos personales y archivos de su computadora, o aún peor: a ellos mismos.
La seguridad de los más pequeños que se sientan frente a una computadora con Internet puede ser vulnerada por un fenómeno que ha tomado una fuerza inusitada en la última década y que se trata de un auténtico problema informático con graves estragos en el mundo real: hablamos del grooming, la técnica a través de la cual los usuarios más jóvenes de la red son estafados por adultos mayores que los contactan con la intención de aprovecharse sexualmente ellos.
El groomer normalmente utiliza un perfil falso y se vale de la ingenuidad de los más pequeños que navegan sin supervisión adulta. Es un individuo adulto con toda la intención de conseguir ganar la confianza del menor en cuestión para lograr interacción sexual, tanto virtual como real.
Este sujeto se vale de engaños y chantajes para conseguir la atención del menor en cuestión. Suelen utilizar cuentas de redes sociales y hacerse pasar por personas de edad similar a sus víctimas, todo a través de un bajo perfil que genera empatía con el niño cumpliendo favores, charlando sobre los problemas del pequeño y siempre manteniendo el tema en secreto para evitar que el niño lo comparta con otras personas.Se interesan por imágenes sexualmente explícitas, vídeos o conversaciones de menores. En el mejor de los casos, el resultado de ser víctima regular de grooming es la obtención de material digital donde aparece el niño sexualizado; sin embargo, un problema aún mayor se presenta cuando la escalada de mentiras y chantajes escapa del plano virtual con toda la intención de un contacto real.
El perpetrador del crimen intenta por todos los medios convencer a su víctima de materializar la supuesta amistad en el plano real. Poco a poco obtiene datos valiosos sobre el menor, desde la dirección exacta de su domicilio, los horarios del día en que pasa tiempo a solas conectado a Internet y hasta sus gustos y aficiones.
Todo habrá de servir para intentar agendar una cita que, en caso de concretarse, puede ser el inicio de una escalada de violencia, agresión y abuso sexual, una espiral decadente que se aprovecha de la ingenuidad del menor y su sentimiento de culpa para mantener el contacto en distintas ocasiones y puede culminar en trágicas consecuencias, como secuestro o trata de menores.
Internet no es un juego; es una enorme red con alcances inimaginables y que ostenta el mismo poder para informar y comunicar, que impulsar negocios multimillonarios o servir de nicho a un grupo de criminales que buscan abusar sexualmente de los menores que utilizan la red sin la menor precaución, supervisión ni el consejo de un adulto responsable y enterado del potencial negativo de Internet.
Es obligación de cualquier padre y madre explicar a sus hijos sobre las consecuencias de una navegación desinformada e imprudente, de la misma forma que se le enseña a cruzar calles, tomar un autobús y volver a casa conforme tiene edad para hacerlo. Se trata de una herramienta necesaria para su formación personal y profesional, también para su ocio y diversión, pero debe ser considerada en todos sus aspectos para saber cuáles son los riesgos asociados a su mal uso.
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Conoce los riesgos que corres cada vez que te expones sin mediar al aluvión de información que supone navegar en la red y cómo combatirlo luego de leer “El peligro de creer todo lo que lees en Internet y cómo puede acabar con tu vida”. ¿Alguna vez has escuchado sobre las burbujas informativas y cómo terminan por legitimar mentiras y verdades a medias, creando una visión distorsionada de la realidad? Lee “El abismo de Facebook y el desastre perfecto de un mundo confundido y desinformado” para saber más.