Seguramente alguna vez has ido al mar y te has encontrado con un alga marina flotando en el agua que te ha sacado más de un susto cuando roza tus pies o piernas… o puede que hayas visto una de tantas películas en las que figura algún hombre emergiendo del agua totalmente cubierto de algas que aterroriza a todo aquel que se encuentre en la costa.
Sea cual sea el caso, la realidad es que las algas son totalmente comunes en el mar, se trata del alimento de algunos peces, ayuda a almacenar el carbono de nuestro ambiente y son capaces de capturar hasta el doble que los bosques templados y los tropicales; sin embargo, el sargazo —un tipo de alga parda— ha llegado a las costas de México en exceso.
Pero… ¿y qué es el sargazo?
Éste se caracteriza por ser de gran longitud y proviene principalmente del Mar de Los Sargazos, ubicado muy cerca del Triángulo de las Bermudas. Normalmente éste no sería objeto de preocupación si se encuentra en mar abierto, ya que según el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, se trata de «un ecosistema, no daña y es refugio para tortugas, el pez dorado, el volador y otro endémico conocido como pez sargazo».
No obstante, cuando el sargazo es arrastrado a la orilla de las playas, comienza a descomponerse bajo los rayos del sol, interrumpiendo a los vacacionistas con un fétido olor y una vista poco estética. Esto podría parecerte un problema de primer mundo; sin embargo, el trasfondo del exceso de sargazo tiene consecuencias más graves:
¿Cuáles son sus efectos en nuestro ecosistema?
El exceso de sargazo que estamos viendo es indicador de que la contaminación en el agua ha incrementado exponencialmente y de ello los únicos responsables somos nosotros mismos. Además, provoca daños en el ecosistema; la investigadora Brigitta Ine van Tussenbroek Ribbink explica:
«Las algas liberan ácido sulfúrico que provoca alergias, y algunos microorganismos que viven en ellas también son tóxicos para la piel, y los gases que despide pueden ser dañinos. El sargazo ha provocado la muerte de peces, tortugas, pulpos, tiburones; y las tortugas no pueden llegar a desovar y las crías no pueden llegar al mar.»
Por si fuera poco el impacto ambiental de estas algas, también existe un gran impacto social y económico, ya que afecta a la industria hotelera y turística de las playas del Caribe cuyos ingresos dependen directamente de la cantidad de vacacionistas que los visitan y de su tiempo de estancia.
La misma investigadora indica que por desgracia este es un fenómeno que ya está en nuestro ecosistema y es difícil revertir. Se trata de un problema muy grave en caso de no aplicar medidas integrales que involucren el acopio, transportación y procesamiento del sargazo, aprovechándolo para otros fines como la producción de biocombustibles.
Entonces… ¿cómo lo aprovechamos?
Diversos estudios se han realizado para saber cómo usar todo este sargazo, la principal apuesta ha sido procesarlo para producir biocombustible, sin embargo, investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California sintetizaron los nutrientes del sargazo y pudieron utilizarlo con éxito como antifúngico, en particular con los hongos que afectan el algodón y las fresas —aunque esto sucedió en un laboratorio, quedan pendientes las pruebas de campo—.
Otras usos a menor escala del sargazo es en el desarrollo de productos como los cosméticos, composta, farmacéuticos y bioplástico.