Un infarto renal es una necrosis completa o parcial del riñón después de una trombosis aguda (formación de un coágulo sanguíneo) o embolia de las arterias renales (una partícula alojada en la arteria). A menudo puede ser confundido con un cólico renal o una pielonefritis aguda.
La muerte de un tejido o más de la zona renal se debe a la obstrucción de la arteria renal, la encargada de llevar la sangre al riñón. No es una condición frecuente en la medicina aunque tampoco son pocos los casos registrados. El infarto renal puede ser consecuencia de varios motivos como tratamientos de cáncer de riñón, hemorragia incontrolable del riñón o pérdida masiva de proteínas por la orina.
Síntomas de un infarto renal
Se caracteriza porque el paciente experimenta vómitos, fiebre, hematuria y dolor lumbar o abdominal. Cuando una arteria renal o las dos, en el caso de los pacientes que sólo poseen un riñón, se obstruye detiene la producción de orina y la función de los riñones, lo cual es otro síntoma que avisa sobre un posible infarto renal.
En algunos casos no presenta síntomas y pasa inadvertido. La mejor manera de obtener un diagnóstico certero sobre esta condición es a través de una arteriografía renal (inyección de una sustancia radiopaca dentro de la arteria renal).
Tratamiento de un infarto renal
La forma más común de tratar un infarto renal es a través de anticoagulantes que eviten la formación de más coágulos que sigan causando malestares en el riñón. También se encuentran los trombolíticos, fármacos cuya misión es disolver coágulos. La salud del riñón puede ser mayor cuando la arteria no ha sido obstruida por completo o cuando los fármacos actúan en un lapso de hasta tres horas máximo disolviendo los coágulos.
Los médicos prefieren el uso de fármacos a la cirugía, una opción mucho más compleja y peligrosa. La cirugía sólo servirá para corregir la obstrucción de los vasos sanguíneos mientras que los fármacos ofrecen la posibilidad de terminar con lo que está obstruyendo las arterias y vasos sanguíneos.
Cuáles son los factores de riesgo para padecer un infarto renal
Se ha descubierto que las personas que presentan las siguientes condiciones tienen más riesgos de padecer un infarto renal:
Enfermedades del corazón como insuficiencia cardíaca, enfermedades en las válvulas cardíacas, inflamación del endocardio, o infartos en el pasado.
Trastornos vasculares como enfermedad reumática inflamatoria de los vasos sanguíneos (vasculitis), que incluyen arteriosclerosis, aneurisma aórtico, poliarteritis nodosa, shock circulatorio o diabetes mellitus.
Enfermedades del tejido conjuntivo (colagenosis) como el lupus eritematoso.
Lesiones vasculares por cirugía o examen de rayos X (angiografía).
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