Cosas que le pasan a tu cuerpo cuando empiezas a envejecer

Cosas que le pasan a tu cuerpo cuando empiezas a envejecer

Cosas que le pasan a tu cuerpo cuando empiezas a envejecer

Envejecer no sólo es un asunto de estética en el que la piel se marca con arrugas, manchas de sol y el cabello se torna canoso o sufre de alopecia. El paso del tiempo en nuestro cuerpo también involucra ciertos procesos que no vemos a simple vista y que no dependen de cuestiones tan banales como lo anterior. Se trata de cambios biológicos a nivel celular.

Por años, el ser humano se ha empecinado en la búsqueda de la vida eterna. En la literatura y las películas hay ejemplos que versan al respecto: una fuente, una piedra o un cuadro; siempre hay un objeto que podría mantenernos jóvenes y sin ninguno de los malestares propios de la vejez. En ese sentido, la investigación científica actual está dirigida a estudiar esos cambios celulares con el objetivo de retrasar el proceso del envejecimiento, en particular de las enfermedades asociadas a éste, pero ¿cuáles son esos cambios?

Cambios en el ADN

Algunos los llaman errores en el ADN y pueden irse acumulando. Dichos errores consisten en la replicación del ADN, pero no necesariamente se “copia” correctamente. Cuando estos tropiezos en nuestro código genético se juntan, pueden afectar las funciones de las células, provocando algo llamado inestabilidad genómica, que a la larga podría incluso provocar que una célula se torne cancerosa.

Los telómeros se acortan

Los telómeros no son más que los extremos de los cromosomas. Los protegen y permiten que la estructura sea estable. Sin embargo, con el paso del tiempo éstos se desgastan conforme las células se siguen dividiendo. Cuando ya no quedan más telómeros, esa estructura pierde estabilidad y los cromosomas no pueden replicarse, por lo que las células pueden morir.

Las células madre pierden velocidad

En el sentido de que las células madre dejan de ser tan activas, por lo que no se dividen con suficiente velocidad para reparar o renovar las células de los tejidos dañados. Las células madre son de suma importancia dado que pueden convertirse en otro tipo de células en nuestro cuerpo.

Acumulación de proteínas

Las proteínas son unas moléculas esenciales para las funciones de nuestro cuerpo, ya sea porque sirven de apoyo estructural para las células, llevan señales, transportan materiales, etcétera. Sin embargo, a mayor edad resulta más difícil que nuestro cuerpo se deshaga de las proteínas viejas. Cuando se acumulan pueden ser nocivas. Por ejemplo, se ha descubierto que el Alzheimer está relacionado con la aglomeración de proteínas que se sintetizan y provocan capas tóxicas beta-amiloide.

Senescencia celular

Se trata de un proceso que ocurre cuando las células están sometidas a estrés, lo cual provoca que se dañen y por lo tanto se resistan a la muerte programada ya que dejan de dividirse. Cuando una célula no muere puede tornarse cancerosa, pues infecta a las células en su proximidad y también las inflama. Un nombre popular para estas células es “células zombi”.

La comunicación celular se deteriora

La acumulación de las células senescentes también provoca que las células sanas no se comuniquen adecuadamente, por lo que el sistema inmune no puede actuar contra las células que pasaron por la senescencia, así como otros patógenos. A su vez, una comunicación ineficiente provoca que los procesos del cuerpo se deterioren también.

Daños al ADN y las proteínas

Una de las formas en las que el ADN y las proteínas pueden verse dañadas es porque la mitocondria deja de producir la energía necesaria para las células —ya que es la encargada principal de convertir el oxígeno y la comida en energía—. La ineficiencia en los procesos de la mitocondria a la larga provoca los daños.

El metabolismo se desequilibra

Con la vejez, las células dejan de identificar y procesar adecuadamente los nutrientes. Es por ello que la diabetes suele asociarse con la edad avanzada, dado que las células dejan de metabolizar la glucosa o las grasas del cuerpo.

En todos estos casos, los científicos han encontrado aplicaciones para revertir los cambios que nos aquejan, aunque la mayoría sólo han sido probados en ratones. Ejemplos de ello son: incrementar los niveles de telomerasa podría solucionar el acortamiento de los telómeros o los medicamentos en desarrollo que reducen la aparición de las células senescentes.

Será cuestión de tiempo, probablemente varios años, para disfrutar los beneficios de estas investigaciones y tal vez, sólo tal vez, nuestra vejez a nivel celular sea retrasada un poco.

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