El 45 % de los nacimientos en México ocurren con este procedimiento quirúrgico, el triple de la tasa idónea recomendada según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las cesáreas innecesarias son especialmente comunes en el sector privado, pues representan un aumento de más del 50 % de las ganancias para los médicos encargados de realizarla a diferencia de un parto vaginal natural.
La OMS advierte de los distintos riesgos de realizar cesáreas innecesarias, no sólo para las madres, también para los recién nacidos: «como en cualquier otra cirugía, la cesárea está asociada a riesgos a corto y a largo plazo que pueden perdurar por muchos años después de la intervención y afectar a la salud de la mujer, y del neonato, así como a cualquier embarazo futuro». Conoce qué pasa con tu cuerpo después de una cesárea:
Picazón intensa
La sensación de picazón que recorre todo el cuerpo es común después de esta operación y se debe principalmente a la administración de anestesia, la mayoría de veces local durante el procedimiento. Según BabyCenter, «muchas mamás sienten picor en todo el cuerpo, en particular aquellas que recibieron narcóticos en su anestesia epidural o espinal».
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Dolor abdominal
La manipulación del grupo de músculos abdominales, además de la profundidad de la incisión y el esfuerzo durante el nacimiento provocan un dolor intenso que debe mejorar con los analgésicos recetados por los profesionales de la salud. Es probable que el dolor se mantenga al extenderse y cambiar de posición, y no ceda hasta después de 6 meses de la operación.
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Cicatriz
La mayoría de las incisiones en la actualidad se practican con un corte transversal (horizontal) a la altura de la vejiga de entre 10 y 15 centímetros de largo por 3 de grosor. Los tejidos que se deben cortar para que la operación resulte exitosa son la piel, grasa subcutánea, la aponeurosis muscular y el peritoneo parietal. El resultado estético de una césarea es una cicatriz menor a 5 centímetros que comúnmente se mantiene toda la vida.
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Flacidez y abultamiento abdominal
Se trata de un problema estético que puede afectar psicológicamente a un sinfín de madres, en especial a aquellas que se rehusaban a pasar por el quirófano durante el nacimiento de su hijo. El largo periodo de recuperación complica el regreso a la actividad rutinaria y por lo tanto, el tejido adiposo se acumula con mayor facilidad en esta zona. En ocasiones, es necesario ejercicio específico para eliminar los abultamientos o la flacidez propia de la operación.
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Útero sensible
La posibilidad de experimentar la ruptura de los tejidos del útero en un próximo embarazo aumenta con cada cesárea y se considera necesaria la vigilancia puntal del desarrollo embrionario, especialmente si se planifica un parto natural después de una cesárea.
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Relaciones sexuales dolorosas
Aún después del periodo posoperatorio, las relaciones sexuales pueden resultar dolorosas e incómodas hasta 18 meses después del procedimiento quirúrgico. Si después de este tiempo la penetración sigue siendo dolorosa, lo mejor es para descartar daños a los tejidos que componen las paredes internas de la vagina.
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