15 cosas que no sabías que le pasarán a tu cuerpo al fallecer

15 cosas que no sabías que le pasarán a tu cuerpo al fallecer

15 cosas que no sabías que le pasarán a tu cuerpo al fallecer

Sentí una punzada en el estómago.
Se llama desamparo.
—Rafael Pérez Gay

No hay sensación más cruel y desesperante que ver el cuerpo de un ser querido en un ataúd de madera. Sabes que no te escucha, no te ve y no te siente. Ahora es como una fotografía, la diferencia es que tú aún puedes tocarle y sentir su piel fría, acariciarla lentamente y notar cómo su elasticidad se va perdiendo, así como su color. Parece que duerme, pero ya no ves su pecho inflarse ni sus fosas nasales.

Se ha ido para siempre. Puedes llorar, patalear y reclamarle a un ser superior, pero ¿de qué sirve si por más que te enojes no hay manera de hacerle volver a la vida? Algunos rezan, otros sufren en silencio y unos más prefieren olvidar. Lo cierto es que el proceso post mortem implica más que el desamparo y la desolación que queda en los sentimientos. Es también un proceso biológico de descomposición del cuerpo más complejo de lo que parece. ¿Sabes qué le ocurre al organismo una vez que se declara la muerte?

Tiene mal olor

Esto se debe a que las células muertas liberan enzimas que se conectan con las bacterias y hongos; al recibir la información necesaria se alojan en los órganos y empiezan a poblarlos, liberando gases nocivos que eventualmente despedirán olores pútridos.

La muerte tiene tres pasos: el primero es el deceso clínico

El corazón se detiene y es cuando se declara la muerte. En esta primera fase el corazón deja de bombear sangre y los pulmones dejan de producir oxígeno. Cuando un cuerpo se encuentra en esta etapa hay posibilidades de reanimarlo, aunque puede traer consecuencias, como la dificultad para realizar alguna actividad.

El segundo paso es la muerte biológica

Esto quiere decir que el cerebro se detiene y deja de enviar señales al resto del cuerpo. La piel se torna pálida, el organismo se endurece y se vuelve frío. Una vez que alguien muere de esta manera ya no hay regreso.

La última fase es la muerte molecular

Éste es el período en el cual el cuerpo se pudre y las bacterias, hongos y microbios se alojan en los órganos, destacando la piel, atacando y contaminando al ser inerte.

La piel se encoge

A veces, cuando exhuman un cuerpo luego de un tiempo, pareciera que el cabello y las uñas crecieron. Esto es falso. Lo cierto es que la piel se encoge hasta fundirse con la osamenta, por ello se crea la idea de que existen partes del cuerpo que siguen creciendo.

Los huesos se fosilizan

Contrario a lo que se piensa, los huesos nunca se descomponen como la piel y otros órganos. Cuando se entierran, el agua que se filtra llega a ellos creando pequeños cristales que se endurecen al grado de unirse con las rocas aledañas. Por ello, no muchos restos sobreviven.

La carne se deshace

Con el tiempo, la piel pegada a los huesos se deshace y se adhiere al tejido óseo conformando su composición, misma que se anexará al suelo una vez que llegue su momento final.

El pene tiene una erección

Una vez que la sangre deja de ser bombeada, se acumula en la parte más baja del cuerpo y en el caso de los hombres, se concentra en los genitales. Esta situación generará una erección y es probable que suceda inmediatamente después de la partida, en especial si el fallecido se encuentra boca abajo.

Las bacterias proliferan

Al no haber un sistema inmunológico que defienda al cuerpo, las bacterias y hongos que entran al organismo se aprovechan para anidar y enfermar al cadáver. Así que es probable que mientras se descompone existan síntomas de alergias, gripe, viruela, infecciones estomacales y demás.

La grasa se vuelve jabón

Si el clima es algo húmedo o caliente, la grasa del cuerpo puede juntarse y mediante un proceso llamado saponificación el cuerpo permite que la grasa natural de la piel y de los órganos se mezcle y dé como resultado una pasta jabonosa que funge como tal. Para que esto suceda se requieren años.

Gases y ruidos

Los órganos se relajan, por lo que el excremento y la orina pueden liberarse, además de gases de todos los orificios.

Desaparecen las arrugas

La tensión muscular desaparece casi inmediatamente, en cuestión de horas, por lo que al menos las líneas de expresión del rostro se van. Sin embargo, la piel envejecida se sigue viendo de esa manera, arrugada y deteriorada.

Te sigues moviendo

El cerebro muere primero, por lo que deja al sistema nervioso valerse por sí mismo. Por ello, provoca movimientos involuntarios que van desde oscilar los dedos hasta levantarse y caerse sin control.

El cuerpo se convierte en abono

Al ser un organismo natural sin vida, sirve para hacer crecer mejor otras plantas una vez que es enterrado.

Aún puedes escuchar

Se cree que los sentidos mueren poco a poco, pero el último en desaparecer es el oído. No es que el cuerpo sea consciente de ello, pero el ser humano deja de escuchar hasta el último momento.

Sí, tal vez el proceso de duelo es lo más difícil, emocionalmente hablando. Sin embargo, el proceso de descomposición del cuerpo es sumamente decadente y hasta cierto punto bastante deprimente. Ver cómo un cuerpo que alguna vez estuvo sentado junto a ti va decayendo y de pronto es una pila de huesos despierta hasta tus más secretas curiosidades. Cada cuerpo se descompone a un ritmo diferente, por lo que es normal que haya cadáveres que en menos de un año estén casi en descomposición total, mientras que otros pueden “durar” por más tiempo.

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Las fotografías que ilustran este artículo pertenecen a Cathine Ertmann y Andrés Serrano.

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