En una situación “moralmente correcta” podría asumirse que hablar de hombres muertos que engendran hijos se trata de un filme de drama con filias como “Nekromantik” (Jörg Buttgereit, 1987); para aquellos a los que este título cinematográfico no les sea ajeno quizá no les impacte tanto la idea de la fecundación ‘post mortem’, en cambio para otros, sonará como algún extremismo ilustrado por otro director desquiciado, siempre pensando en los comportamientos más extraños del ser humano.
Quizá podría entrar en la sección de actos poco comunes, pero la palabra filia tendría que descartarse por completo, pues la este tipo de fecundación es un proceso científico.
El término ‘post mortem’ le es atribuido debido a que las mujeres que se someten a este proceso no acuden a un banco de semen cualquiera, sino que se solicita la extracción del espermatozoide de un muerto, generalmente de quien pretendían tener descendencia.
Curiosamente algunos de nuestros órganos dejan de funcionar al menos 48 horas después de perder toda capacidad de reacción cerebral; evidentemente las células reproductoras también tienen su periodo de prolongación ‘after die’, que se extiende alrededor de 36 horas; si el hombre ha fallecido y se desea extraer su esperma para después depositarlo en un banco de espermas, y posteriormente realizar el proceso de fertilización, puede hacerse con toda tranquilidad durante ese periodo.
La técnica ha ido mejorando con los años, Cappy Rothman fue el primer urólogo en implementar esta técnica a finales de la década de los 70 en la ciudad de Los Angeles, California; aquella extracción fue hecha al hijo de un prominente político que sufrió muerte cerebral. Para esa primera intervención, Rothman pensó en tres maneras de realizar la curiosa tarea: la primera era introducir una droga que hiciera convulsionar al cuerpo y llegar a la eyaculación; la segunda fue intervenirlo directamente y extraer sus órganos reproductores para extraer el esperma y, como en algún perturbador film, la tercera opción era utilizar la estimulación manual. lo que sea que esto implique.
Independientemente de cómo lo haya logrado, funcionó y eso llevó a Cappy a ser cofundador y director médico en California del Cryobank, el banco de espermas más grande de Estados Unidos, aunque la práctica era poco común en esos años, entre el 2000 y 2014, las cifras de solicitantes se incrementaron de manera repentina.
Las constantes pruebas e investigaciones han consolidado la práctica, que utiliza más de seis maneras de extraer el esperma, de entre las cuales destacan las consideradas por Rotham, un par más en las que se introduce una aguja en el testículo para extraerlos directamente, y otra que requiere de la extirpación del epidídimo (órgano donde se almacenan y maduran los espermatozoides).
Sin embargo, el caso de la ética siempre nos estará agobiando. ¿Qué es correcto y que no lo es?, ¿es poco ético sacar a un hombre muerto de su tumba para intervenirlo con el único fin de engendrar un hijo? ¿él hubiera estado de acuerdo?… A estas preguntas sólo los participes tienen respuesta.
Igual que en el caso de la producción de embarazos artificiales por los diferentes métodos que existen, cada país tiene sus propias regulaciones respecto al tema; en países como Francia, Alemania, Suecia y Canadá, la extracción ‘Pos mortem’ está estrictamente prohibida, a diferencia del Reino Unido, donde se requiere una autorización previa, igual a la de donación de órganos; por otro lado, en Israel basta con que la viuda afirme que su esposo estaba de acuerdo.
Una práctica poco usual pero útil para aquellas mujeres que deseaban ser madres con el amor de su vida y lo perdieron antes de poder lograrlo. De nada serviría ir a sacar al marido después de leer este artículo si lleva dos años muerto, lo mejor sería conseguirse a alguien más (de preferencia con vida) para obtener resultados garantizados.
Si deseas seguir leyendo historias tan perturbadoras como aterradoras, te recomendamos leer acerca de El tétrico experimento soviético de los muertos vivientes, y si después de esto tienes ganas de olvidarte del tema, te dejamos una lista de 100 películas que necesitas ver para comenzar a ser un cinéfilo.