Esther se levanta a las cinco de la mañana para hacer una rutina de ejercicio de 30 minutos. Después de bañarse y arreglarse para ir al trabajo, a las 6:30 am está en la barra de su cocina tomando un desayuno sano que a diario ella misma se prepara. Como el tráfico hacia su trabajo es intenso, sale a las 7:15 de su casa para llegar a las 8:30 a la agencia donde labora desde hace tres años. A las 2 de la tarde tiene una pausa para comer y regresar a sus labores.
Cuando bien le va a Esther sale a las 6 de la tarde de su trabajo, pero la mayoría de las ocasiones se desocupa hacia las 8 o 9 de la noche. Todos los miércoles y viernes acude a un diplomado en el que tiene que hacer trabajos y tareas. Esther lleva una vida bastante ajetreada sin tomar en cuenta los compromisos con su novio, familia y amigos. Es normal que al término de los días o las semanas se sienta agotada en extremo a pesar de ser una persona joven.
¿Pero qué ocurre cuando una persona lleva una vida menos estresada y demandante y aun así se siente tan agotada o más que Esther? Pueden ser los primeros avisos de alguna enfermedad que requiera la visita al médico.
¿Te has sentido agotado sin motivo, sin ganas de levantarte de la cama y sin energía? Descubre las señales que te indican cuando tu agotamiento no es normal.
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Te sientes agotado al despertar aunque hayas dormido profundamente
Tus ocho horas de sueño no son suficientes para recobrarte de la rutina de los días anteriores. Sientes como si apenas te hubieras ido a la cama hace cinco minutos y has tenido que despertar de nueva cuenta. El buen sueño debe ser reparador y hacerte sentir descansado, en caso contrario, acude con un médico para una revisión de tu estado físico.
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Aunque hagas ejercicio, éste no te ayuda a sentir energía
La actividad física sirve para que tu organismo se sienta revitalizado, fuerte, vigoroso e incluso para evitar cuadros de depresión. En caso de que tu rutina de ejercicio no esté proporcionándote vitalidad, tal vez sea buena idea hacer un chequeo de rutina para saber qué está pasando.
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Comes bien pero no es suficiente para sacudirte la fatiga
Al igual que el sueño y el ejercicio, la buena alimentación es fundamental para darle energía a tu organismo. Si llevas una dieta sana y balanceada y no te es suficiente para que hagas tus actividades con normalidad, un estudio médico tal vez sea necesario para saber qué pasa.
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Tu fatiga está acompañada de dolores musculares y articulares
Es uno de los síntomas del Síndrome de Fatiga Crónica, una patología contemporánea que afecta a mujeres de entre 30 y 50 años de edad. El cansancio viene sin razón aparente y ha sido asociado a algunos virus como el de Epstein Barr y el Herpes tipo 6.
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Ha disminuido tu deseo sexual a causa de tu extremo cansancio
No todos los días se tienen deseos de mantener relaciones sexuales, pero si este sentimiento se prolonga por semanas o meses debido a que sientes una energía en extremo baja, pon atención a este síntoma que no es del todo normal.
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Por más que lo intentes, no puedes despertar o levantarte de la cama
Es cierto que existen días en los que quedarse en la cama es seductor y hasta necesario para relajarte o descansar, pero cuando esto se convierte en algo crónico y tu deseo por hacer tus actividades es nulo, empezamos a hablar de un tipo de fatiga que tal vez sea consecuencia de estados psicológicos como depresión.
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Llevas una vida tranquila y libre de estrés pero aun así te cansas mucho
Si eres un asiduo de la práctica de la meditación, yoga y la clase de ejercicios que te dan paz mental y energía física, le estás haciendo un gran favor a tu cuerpo. Sin embargo, cuando todo esto no te hace sentir menos cansado, hay algo que está pasando en tu cuerpo y debes revisarlo de inmediato.
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¿Qué provoca que te sientas excesivamente cansado?
Pueden ser diversas causas: insatisfacción personal o depresión, sueño insuficiente, una dieta poco adecuada, enfermedades del corazón, agentes infecciosos, cambios hormonales, problemas cardiacos o enfermedades crónicas como cáncer o diabetes. Debes visitar a un médico en caso de que tu cansancio no esté justificado y se haya convertido en algo crónico.
La ingesta de antihistamínicos, betabloqueantes, relajantes musculares, antidepresivos y los analgésicos opiáceos son causas comunes de una gran fatiga. Revisa si estás ingiriendo de manera incorrecta alguno de estos medicamentos.
El organismo es una máquina perfecta que sabe detectar cuando algo va mal y te envía señales silenciosas que podrían indicarte cuando estás enfermo. Estar atento a ello es importante para evitar la aparición o el desarrollo de peligrosas enfermedades que podrían causarte algo más que la necesidad de visitar al doctor.