Uno de cada nueve hombres son diagnosticados con cáncer de próstata a lo largo de su vida.
Aunque la taza de supervivencia es muy alta, aún hay miles de fallecimientos al año por esta causa. Es el segundo tipo de cáncer que más cobra víctimas anualmente.
Aquellos que mueren no sabían que tenían ese problema y nunca se realizaron un análisis médico. En muchos casos, los pacientes no se preocupan por su salud o creen que los cambios en sus cuerpos son normales, subestimando los peligros a los que pueden enfrentarse.
De hecho, la mayoría ignora las señales de que existe un problema hasta que comienza a haber dolor o extrema incomodidad y en ese momento pueden confundir otras posibles condiciones de la próstata con el cáncer. Por tal motivo, es necesario visitar a un urólogo o un médico para que realice un examen e identifique la condición de la que se está sufriendo.
La próstata es una glándula pequeña que forma parte del sistema reproductivo. Envuelve el tubo que transporta la orina fuera de la vejiga y su tarea es secretar un fluido lechoso del cual consiste el 30 % del semen para ayudar a que los espermas se mantengan vivos dentro de la vagina de una mujer.
Es común que se haga más grande en los hombres mayores, pero también puede inflamarse por distintas condiciones como la prostatitis crónica, prostatitis bacteriana (en la que se infecta) o hiperplasia prostática benigna (una condición en la que la próstata se inflama pero no es peligrosa). Así que si identificas algún síntoma, es mejor ir al médico antes de que empeore la condición.
Los síntomas más comunes que indican que podrías tener problemas en la próstata son:
Baja presión del flujo orinal: es decir, que la orina no salga con la misma presión que en el pasado o que se tenga que “empujar” con fuerza.
Sensación de que no toda la orina salió del cuerpo: es común que, si existe presión en la próstata, la vejiga no se sienta de forma normal.
Dificultad para orinar: como mencionamos, la próstata inflamada puede impedir el paso de la orina, por lo que será difícil comenzar a hacer pipí.
Orina frecuente: la próstata podría impedir que la vejiga almacene demasiado líquido, provocando que el sujeto tenga cada vez más ganas de ir, orinando una cantidad menor de lo que comúnmente suele liberar.
Fuertes ganas de orinar: similar al punto anterior. La constante presión en la vejiga provoca que sea difícil controlar el impulso de orinar o de que querer hacerlo en repetidas ocasiones.
Escurrimiento de orina: si después de ir al baño, el sujeto derrama líquido, es posible que parte de esa orina no haya sido liberada completamente por la presión de la próstata.
Otros síntomas que indican algo más grave (como cáncer o una infección) son…
Presencia de sangre en la orina o el semen: la próstata podría estar afectando al resto del sistema reproductor.
Dolor o quemazón al orinar o eyacular: lo mismo que en el punto anterior. La infección o el cáncer podría estar provocando fuertes daños al resto del sistema, afectando el comportamiento normal de los órganos.
Dolor fuerte en la espalda baja, caderas, área rectal, en la pelvis o en los muslos: básicamente en toda la zona cercana a la próstata.
Además de un examen físico, un médico tendrá que realizar distintas pruebas para identificar apropiadamente la condición y comenzar un tratamiento. Cabe destacar que, aunque el cáncer de próstata sea muy común, cuando es diagnosticado de forma temprana puede controlarse y erradicarse fácilmente. Por otra parte, una infección o un tumor avanzado será más difícil de combatir y pondrá en riesgo la vida del paciente, ya que podría expandirse a otros órganos, afectando considerablemente su calidad de vida.
La principal razón por la que los hombres no se hacen el examen de próstata es por miedo al procedimiento (el cual requiere que un doctor inserte sus dedos por la cavidad anal y así poder palpar la próstata en busca de tumores o inflamación). Es un procedimiento que nos puede salvar la vida, así que es momento de abandonar ese tabú e ir de inmediato al doctor si notamos una anomalía en el comportamiento de nuestros órganos. Si tienes problemas, visita a un médico.
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