8 señales de que tu columna se está deformando y necesitas tratamiento

8 señales de que tu columna se está deformando y necesitas tratamiento

8 señales de que tu columna se está deformando y necesitas tratamiento

Hace unos ocho millones de años que el ser humano comenzó a caminar erguido.

Atrás quedaban aquellos días en los que los ancestros del actual homo sapiens sapiens caminaban a cuatro patas y su espina dorsal se alineaba en forma paralela al suelo, lo cual le dotaba de una increíble fortaleza en la espalda. Para desarrollar nuevos métodos de supervivencia, la espalda comenzó a evolucionar hasta una posición vertical, uno de los principales rasgos del mencionado homo sapiens sapiens. Al mismo tiempo la espalda se curvó un poco para soportar su cerebro más grande y pesado.

Esto ha traído consecuencias negativas para la humanidad, según el antropólogo Bruce Latimer, de la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland, Ohio, quien explica: «Se cambió el centro de gravedad. A cuatro patas, dicho centro es perpendicular a la columna. Pero cuando esta pasa a una posición vertical, el peso recae en la cadera y la columna debe curvarse. No solo es una curva, sino varias, y ese es el origen del problema, porque la columna no puede controlar sola tanto peso».

La evolución hizo que los actuales seres humanos desarrollaran problemas de espalda. El principal de ellos es la escoliosis, una curvatura de la columna vertebral que puede llegar a ser muy molesta en la mayoría de los casos. No en balde somos la única especie de mamíferos sobre la tierra que tiene este problema.



Ante cualquiera de esta señales, la visita al médico es recomendable para conocer el estado de salud de tu columna, la cual está pagando el precio de las ansias del ser humano por alcanzar el cielo.

Tu movimiento de cabeza y de espalda no es normal.

La cabeza está diseñada para realizar movimientos hacia arriba y abajo, hacia los lados, así como para hacer movimientos rotatorios gracias al soporte del cuello. Por otro lado, la espalda también tiene un rango de movimientos que nos permite doblarla. Cuando sientes que alguno de estos movimientos no se hace de manera normal o que hay rigidez, puede ser que alguna vértebra no esté acomodada de la manera correcta.

Utiliza una báscula en cada pie cada vez que te peses.

Haz esta prueba para comprobar que tu cuerpo está distribuyendo su peso de manera uniforme hacia uno y otro lado. Si observas lo contrario puede ser un indicio de que tu espalda está adoptando una postura anormal.

Las suelas de tus zapatos se están desgastando más de lo normal.

Esto es una evidencia palpable de que la mala postura de tu columna está provocando un cambio en tu pisada. Cuando la columna o la pelvis se hallan desalineadas, el peso corporal se recargará para uno u otro lado, provocando que uno de tus pies tenga que soportar más carga.

Una de tus piernas es más corta que la otra.

Esto es indicativo de que hay un problema en tu pelvis y de que las articulaciones sacroilíacas o las articulaciones lumbares no están funcionando de forma correcta. A este problema se le llama dismetría. Además de algún problema de columna, hay muchas razones por las que este problema se presenta. Entre los más comunes se encuentran las anomalías congénitas, trastornos del desarrollo, algún traumatismo, alguna enfermedad de tipo neuromuscular, inflamaciones o infecciones.

Tienes molestias constantes de manera inexplicable.

Éstas pueden ser dolores de cabeza, de espalda, de tipo muscular o puede existir una repentina aparición de manchas en los músculos o las articulaciones. Todo ello son signos comunes de subluxación (una alineación incorrecta de huesos).

Te sientes enfermo o tardas mucho tiempo en recuperarte.

La subluxación es responsable de un sistema inmunológico débil. Eso provoca que sientas fatiga, dolor corporal, malestar general o que una sencilla gripe tarde mucho en sanar.

Sientes fatiga, estrés y escasa concentración.

Una columna deformada o con vértebras desviadas hace que las personas se sientan con poca energía, irritables, con altos niveles de estrés y una fatiga creciente.

Tienes los pies inflamados.

Cuando existe un problema de columna o cadera, tus pies tienden a inflamarse. Esto hace que el problema sea visible cuando te percatas de que uno de tus pies apunta hacia fuera al caminar.

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