Cómo saber la temperatura ambiental sólo con el sonido de los grillos

Cómo saber la temperatura ambiental sólo con el sonido de los grillos

Cómo saber la temperatura ambiental sólo con el sonido de los grillos

Todos los aficionados a irse de campamento y estar en contacto con la naturaleza están muy familiarizados con esta sensación: el sol comienza a ocultarse, cae la noche, se respira una brisa fresca y la temperatura comienza a disminuir mientras aparecen los primeros grupos de estrellas en el cielo; de pronto, se despierta el coro de ruidos ocultos entre árboles, arbustos y rocas. Con el cri cri cri identificamos que entre la maleza podríamos descubrir un montón de grillos. ¿Pero qué pensarías si te dijéramos que en cada uno de estos sonidos se esconde un significado que pone en evidencia la perfección de la naturaleza?

 

Es muy difícil no identificar cuál es el sonido que generan los grillos, pero pocos nos ponemos a pensar qué es lo que lo provoca y por qué funciona con tanta precisión. A veces, si prestamos atención se vuelve muy intenso o es más pausado. Incluso podemos pasar horas buscando el origen, tratando de localizarlo para callarlo; pero inmediatamente cesa, pasan unos minutos y comienza de nuevo. ¿Por qué ocurre este curioso —y en ocasiones frustrante— fenómeno?

 

El investigador Thomas Walker —del Departamento de Entomología en la Universidad de Florida— menciona que los grillos provocan ese ruido al frotar dos estructuras especializadas llamadas “tegmina”. Una porción pequeña del margen interior izquierdo de la estructura del tegmen se ha formado como un raspador; mientras que el lado derecho del tegmen es como una vena llamada “lima”, la cual es una serie de dientes proyectados hacia abajo. Cuando el grillo realiza el sonido, la tegmina se eleva y mueve lateralmente de manera alterna en la mitad del cuerpo, abriéndose y cerrándose. El sonido es producido sólo durante el fuerte cierre del ciclo del movimiento de las alas.

El sonido que producen no lo es todo, pues se ha descubierto que éste se encuentra relacionado con la temperatura. El investigador John A. Doherty de la Universidad Cornell en Estados Unidos, realizó un estudio con la especie de grillo Gryllus Bimaculatus y encontró que en los machos la temperatura ambiental tiene un gran impacto en el tono y repetición de los sonidos que genera. El sonido y la repetición se incrementa conforme aumenta la temperatura entre los 15 y 24 grados centígrados. Doherty menciona que este fenómeno no ocurre en temperaturas arriba de los 24 grados centígrados.

 

Con lo anterior, podemos plantear que los grillos pueden ser un termómetro encontrado en la naturaleza. Si quieres experimentarlo por ti mismo, existe una fórmula: la dinámica consiste en contar el número de sonidos que se producen en un lapso de 25 segundos; divide el resultado entre tres y después agregas cuatro. La cifra total es la temperatura en grados centígrado. Así que si ahora encuentras un grillo en tu casa —aunque no lo puedas ver—, puedes entretenerte confirmando qué tan precisa es esta fórmula.

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