De todos los universos posibles y paralelos que se crean en “Groundhog Day” (1993) sólo uno es capaz de terminar con el ciclo de repeticiones en el que está atorado su protagonista Bill Murray, y es donde logra establecer verdadero contacto con Andie MacDowell.
El film se centra en un día que, haga lo que haga Murray, se reinicia; sólo después de un tiempo largo e impreciso Murray se va dando cuenta, tras arruinar el día y repetir ese fracaso con ligeras variaciones durante tal vez años, incluso muriendo algunas ocasiones, de lo que debe de hacer para salir del bucle.
Ese fracaso y soledad en la que está atrapado el personaje no lo puede compartir con nadie más hasta el final. Algo semejante ocurre con la humanidad en relación con la vida en el Cosmos, según la teoría del Gran Filtro.
Esta teoría fue postulada por el científico Robin Hanson en 1996. Establece la existencia de una barrera para el contacto planetario; esa limitante es el nivel tecnológico de las civilizaciones, la humana y las alienígenas.
Robin Hanson trató de dar una respuesta a la pregunta paradójica que constituye el problema de Fermi: ¿Por qué no hemos hecho contacto, o no han hecho contacto con nosotros, alguna civilización interestelar tecnológicamente avanzada pese a que en nuestra Galaxia existen miles y millones de sistemas solares donde podría evolucionar la vida?
El científico hizo un listado, paso a paso, que describe el proceso para que una civilización llegue a la colonización de otros planetas y el encuentro con otras formas de vida inteligente: un sistema de estrella físicamente adecuado para la vida. Moléculas reproductivas. Vida unicelular. Vida unicelular compleja. Reproducción sexual. Vida pluricelular. Animales que usen herramientas. Avance tecnológico y cuestionamientos sobre vida en otras partes del universo. Cataclismo de civilización.
Nos hayamos en la penúltima etapa y aún no encontramos nada; o bien, la inteligencia necesaria para crear la tecnología es muy rara en el universo; o la vida inteligente que puede crearla tiende a la extinción.
La teoría del Gran Filtro se inclina por la segunda opción: existe una barrea tecnológica entre el contacto con otras formas de vida inteligente –en términos humanos– y la aniquilación total de la especie por ella misma. Lo que hace pensar que estamos atrapados en un límite tecnológico, inasible, semejante al día siempre eterno de Bill Murray.
Lo desesperanzador es que la humanidad ya ha alcanzado la tecnología necesaria para acabar consigo misma; en esos umbrales la exploración espacial recién comienza, lo cual, estadísticamente hace más probable que se desencadene por acción humana una catástrofe que nos lleve a la extinción total a que hagamos contacto.
Esta semana se descubrió la existencia del sistema solar TRAPPIST-1, muy parecido al que habitamos, compuesto por siente planetas que podrían albergar vida; un avance importante en el camino para resolver la intriga sobre la vida en el universo. Puede que en uno de esos planetas pueda y exista, aunque sea unicelular, o con una inteligencia que estemos incapacitados para comprender o comprendernos, vida.
Es probable que exista vida más allá del planeta Tierra; lo que es improbable, de acuerdo a esta teoría, es que esa vida sea ligeramente, pero comprensiblemente, parecida a la nuestra. Por más que se crea en la teoría heliocéntrica, la humanidad sigue esperando un reflejo suyo proveniente de alguna galaxia lejana.
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Si el tema de la vida fuera de este planeta te interesa, tal vez te preguntes: ‘¿Por qué una invasión alienígena es un riesgo real temido por Stephen Hawking y Carl Sagan?’. Además entérate de las nuevas noticias de la NASA: ‘Encuentran materia orgánica en uno de los planetas más próximos a la Tierra’.
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Referencias:
Actualidad RT
History
Verne
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