Cada hacienda tiene una, o muchas historias que contar. En sus muros mohosos se refleja no sólo el paso del tiempo, sino la expresión de cultura, la riqueza de las tradiciones y la profundidad de las mismas. Las haciendas son producto de un periodo de grandes contrastes, son parte de una economía basada en el latifundio, en la cual grandes extensiones de tierra estaban en manos de hacendados. Signos del esplendor de nuestra cultura y de sus abigarradas contradicciones sociales.
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La hacienda mexicana se conformó a partir de la época colonial, en estas grandes propiedades de tierra se realizaban cultivos para la exportación: algodón, cacao, caña de azúcar, agave, café e incluso arroz. El desarrollo de estos cultivos durante la era porfirista fueron prolíficos y durante el siglo XIX el desarrollo de vías de transporte ferroviario colaboraron a la extensión y crecimiento de estos grandes territorios. El sistema hacendario funcionó bajo sistemas de explotación de la mano de obra de indígenas y negros, quienes laboraban las tierras con salarios miserables y atados bajos sistemas que los endeudaban como eran las tiendas de raya.
Estas hermosas y lujosas construcciones pueden hoy visitarse desde una perspectiva turística, han sido transformados en hoteles e incluso en museos; algunos de ellos ofrecen la posibilidad de presenciar la producción de artículos de la región como tequila, café, pulque o aceite y en el mejor de los casos, incluso nos permitirán probar y degustar los productos. Además de admirar las construcciones de estas imponentes haciendas que ofrecen hospedaje, podrás adentrarte en todas las atracciones turísticas locales, el resto es un encuentro con la historia en el que retrocederás, en un viaje gozoso, a través en el tiempo.
Ex Hacienda San Andrés Tectipan, Estado de México
Ubicada en el Estado de México, esta hacienda ha hecho historia. Data del siglo XVI, Rivera pintó su primer cuadro llamado ‘La Era’ desde el interior de esta hacienda, retratando los volcanes.
Aquí que puedes disfrutar de unos días de descanso ya que también se ha convertido en hotel con un buen restaurante llamado “Los tres caracoles” en el cual sirven comida típica, además de tener en su interior una granja, viveros, jardín de cactáceas, helipuerto y rutas para pasear, andar en bici y cabalgar. También cuenta con espacio para hacer yoga y meditar. Cuenta con visitas guiadas al Parque nacional Ixta-Popo, Nepantla, Acolman y Teotihuacán.
Hacienda San Jacinto Ixtoluca, Morelos
Ubicada en el Estado de Morelos, en Tlalquitenango, esta hacienda se ha transformado en un hotel con vastas áreas verdes, área para acampar y restaurante. Cuenta con un enorme jardín y sus gruesas paredes en ruinas muestran los signos del tiempo y aunado a ello, los grandes árboles de amate de cientos de años.
Hoy, es un lugar atendido por ejidatarios, lo cual tiene un mérito extra, pues las ganancias del proyecto turístico pertenecen a la comunidad, que ofrece actividades recreativas y de descanso. Además de poder degustar de los platillos típicos como conejo, codorniz, mojarra y cecina.
Hacienda de Zinpizahua, Veracruz
Ubicada en la zona cafetalera de Coatepec, esta hacienda es una de las productoras de café más importantes de la región hasta el día de hoy. El grano llegó a México desde Cuba a fines del siglo XVIII y comenzó a cultivarse en la región de Veracruz como uno de los mejores productos del país.
Esta hacienda era propiedad de uno de los soldados más cercanos a Hernán Cortés. Su hotel es sencillo pero acogedor y ofrece paseos por los cafetales, así como senderismo y paseos en bicicleta.
Hacienda El Carmen de Miraflores, Jalisco
Esta hacienda tequilera es una de las muchas ubicadas en Jalisco dedicadas a la producción de diversos productos, como alcohol, azúcar y aceites. La Hacienda fue formada por la orden religiosa de las Carmelitas descalzas. La producción tequilera es de las más importantes en la región, y se disfrutan sus extensos campos de agave que, junto con el tren turístico hacen de este paseo una opción inigualable. Además, la hacienda ofrece hospedaje con spa, temazcal, campo de golf y hermosos huertos.
Hacienda Uayamón, Campeche
En el sur de México la producción de henequén surgió a inicios del siglo XX y fue una de las bases de la economía nacional. Las haciendas de este tipo llegaron a poseer miles de hectáreas y formaron colosales fortunas.
La hacienda de Uayamón se distingue por ser una de las más grandes y espléndidas pues además de la ceiba que adereza la entrada principal, los lujos que contrastan con los muros ruinosos, hacen de esta estancia una experiencia única. Cerca se encuentra la zona arqueológica de Edzná, una de las principales ciudades mayas y destacadas por su arquitectura.
Hacienda Don Juan, Chiapas
Ubicada en San Cristóbal de las Casas, cercana al pueblo de San Cristóbal, se trata de una hacienda convertida en hotel, con acabados rústicos de piedra, adobe y madera, propios del barroco colonial. Desde esta hacienda se puede partir para conocer los múltiples sitios arqueológicos de la región: Palenque, Bonampak, las Lagunas de Montebello.
Hacienda San José, Yucatán
En el estado de Yucatán, esta hacienda es una de las más íntimas ubicadas aún entre vegetación frondosa y fascinante. El hospedaje que ofrece incluye desde habitaciones dentro del casco, hasta cabañas y chozas construidas estilo maya con hamacas, que es el espacio preferido para dormir de los habitantes mayas. Esta hacienda se encuentra a 50 km de la ciudad de Mérida y fue usada para la cría de ganado. Hoy, pueden realizarse paseos por los cenotes de la región, la ciudad de tinte colonial.
Hacienda Soltepec, Tlaxcala
En esta hacienda se encuentra el Museo del pulque, en donde podráa ser testigo del proceso de elaboración y degustar la bebida. Tlaxcala es la región, -junto con Hidalgo-, que ofrece el mejor pulque. La Hacienda cuenta con servicio de hospedaje y atractivos como vuelo en globo aerostático, cabalgatas, visitas por Huamantla, famosa por su fiesta de la Virgen de la Caridad y sus tapetes de aserrín de colores.
Está construida como un castillo medieval, en ella se filmó la película “La Escondida” y además pueden realizarse tours al volcán “La Malinche”.
Hacienda Los Santos, Sonora
El norte del país es una de las regiones ganaderas y mineras por excelencia; este hotel absorbió a tres haciendas productoras de plata y azúcar. La decoración es estilo Boutique, de manera que cada habitación es única y está decorada con artesanía regional, además de que cuenta con servicios de alberca y restaurante, tiene más de 500 variedades de tequila.
Hacienda de Cortés, Morelos
Es una de las haciendas que no podemos dejar de visitar, además de formar parte de uno de los más grandes ingenios azucareros del país durante el siglo XVII, fue el cuartel de Zapata en la época de la Revolución Mexicana. Dese su fundación fue emblemática de la explotación regional de población indígena y negra.
El edificio cuenta con lujosas instalaciones y un inmenso acueducto, fuentes coloniales y amplios jardines. Además de ofrecer actividades como descensos en balsa y las visitas a la zona arqueológica de Xochicalco.
Algunas de estas haciendas han pasado por fin a manos de quienes pertenecen, de los ejidatarios y pueblos que desde la colonia forjaron con sus manos sus muros y trabajaron sus tierras.
Estos recintos no sólo son parte de nuestra historia, si recorremos sus terrenos, podemos encontrar que nos hablan de un México más profundo. En cada rincón de nuestro país nos encontramos con lugares y recintos que simbolizan un legado de tradición e historia.
Quizá llegues tú a visitarlas y a contar tu propia historia.
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