No siempre el querer estar solo, es decir contigo mismo, significa antipatía hacia la sociedad por un sentimiento de tristeza que te arrastra a lugares aislados de profunda depresión. A pesar de que existen personas que efectivamente padecen el contacto con otros, en ocasiones la soledad se liga más a un sentimiento de entenderse a sí mismo como persona, porque se identifican las propias necesidades y se escuchan los propios sentimientos, y de apreciar el tiempo de autobúsqueda.
Nada tiene que ver con estar aburrido sino con gozar la intimidad. La conexión que se alcanza con los sentidos y las opiniones que emanan de tu ser se vuelve un placer si ya has tenido la experiencia de salir a comer, al cine, de viaje, y demás, sin la compañía necesaria de alguien más.
Incluso para las personas que disfrutan de su propio sujeto es la oportunidad hallada para aprender a escucharse, cuidarse y quererse. Estar solo no se traduce en sentirse solo; permanecer así en un sitio y un tiempo limitados es la elección por encontrarse e incluso por consentirse.
Si todavía no te decides a dar ese paso que conlleva un “¿Iré a solas al cine?”, o “¿Debería ir a ese café, aunque todos estén ocupados hoy? O “¿Será extraño ir a caminar sin alguien?”; es momento de que te arriesgues. Para tal cometido te sugerimos esos lugares para tener una cita contigo que harán menos difícil tu vida.
Tu habitación
Puede ser un dormitorio o el cuarto en donde se guardan los objetos personales. Se sabe que es complicado dadas circunstancias de espacio o economía, pero si llega a ser posible, nada se compara con tener una estancia doméstica que sirva como refugio del caos externo.
Centro Cultural Elena Garro
En el barrio de la Conchita se guarda un lugar apacible y bello donde se puede leer o asistir a diversos eventos culturales sin llevar necesariamente a alguien. La seducción del recinto es indiscutible, las opciones que enmarca su estructura son fuera de serie y se pueden ir las horas ahí dentro deliciosamente.
Jardín Sonoro de la Fonoteca
También en Coyoacán, es el jardín central de la Fonoteca Nacional y es un habitáculo que logra conexiones físicas y espirituales con el visitante. Su conformación natural y de sonido hacen que la presencia de la persona siempre tenga que ser móvil. Espacio predilecto para el diálogo interno y motivado.
Museo de Arte Moderno
En una de las secciones quizá menos transitada del Bosque de Chapultepec se guarda un aposento para la innovación; desde los años 80 se intentaron varias vías para acercar a los caminantes al museo, mucho se ha logrado pero igual permanece como un destino silencioso para cultivarse y escuchar las opiniones de sí mismo.
La Casa del Cine
Siempre hay buenas propuestas de cine, talleres o exposiciones en este número del Centro Histórico de la Ciudad de México. Se ha tachado la decisión de ir a ver una película a solas, pero a veces resulta un buen ejercicio para la mente el criticar un filme sin opiniones ajenas.
Pizza del Perro Negro
Con varias sucursales en la ciudad, la aquí recomendada es en su domicilio de la Roma Norte. En contraste con los tumultuosos ambientes que caracterizan a la pizzería, nunca sobra el ir a comer con el principal cometido de consentir al paladar y saber que no es para nada extraño.
Tepoztlán, Morelos
Tepoztlán efectivamente es un pueblo mágico de México, es una región incluso económica si se va con nadie más que consigo y permite la perspectiva de un ‘yo’ más cercano a la naturaleza. Puede que un viaje así se considere más allá de una cita normal, pero una salida de fin de semana es tentadora cuando se quiere guardar intimidad.
Caravanseraï
Una casa de té en la colonia Roma Norte que es muy tranquila, acogedora y brinda aromas/sabores que ayudan a pasar el tiempo en soledad. De estética iconoclasta, también es un sitio que puede despertar los instintos creativos necesarios si lo que se busca es inspiración. Ideal para sentarse a leer un buen libro.
Mirador de la Torre Latinoamericana
A veces situarse en las alturas ayuda para respirar un vertiginoso aire y para tomar conciencia de la magnitud del espacio donde se vive. Mirar por un prologando tiempo la trama de la ciudad es hipnótico y propone rutas que a lo mejor no se han andado todavía. Seguramente se generan más ganas por caminar al bajar este piso.
El Cordobés
En mesas pequeñas que sugieren incluso la visita de una sola persona es fácil sentarse a leer o a trabajar en un proyecto personal. La vida ajetreada que ahí acontece también es un deleite visual para aquellos que gustan de observar la actividad humana.
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