En la cultura popular a veces nacen obras que durante un periodo de tiempo se vuelven relevantes, pero que eventualmente quedarán en el olvido por no cumplir con una calidad que las defina como “representativas”. Tal es el caso de “The Inbetweeners”, una serie británica –disponible en Netflix– que narra la vida incómoda de cuatro torpes compañeros de la preparatoria: un geek, un tímido, un “lento” asqueroso y un mentiroso compulsivo. Los freaks se unen en distintos enfrentamientos de la adolescencia y la serie va a acompañada de un soundtrack fabuloso.
Sin embargo, la serie cuenta con distintos momentos hilarantes, y refleja una realidad más cercana de la que suelen representar las películas estadounidenses de adolescentes, creando así una conexión íntima con el espectador.
En un episodio, los cuatro deciden tomar una pequeña vacación de fin de semana cerca de un lago en el bosque. Ahí, comienzan a arrepentirse ya que están lejos de la tecnología y de un lugar apropiado para ir al baño. Eventualmente y por culpa del alcohol, causan que el automóvil que usaban para transportarse, se hunda en el lago al no poner el freno de mano.
En la narración uno de los compañeros menciona que fue lo más absurdo, tonto y trágico que les pudo suceder, pero que es algo que tuvieron que experimentar, y que no se arrepiente de nada. Eso sucede constantemente en nuestras vidas: cuando crecemos tomamos con más cariño los recuerdos, porque traer a la memoria tiempos más sencillos, en los que cualquier aventura, incluso las malas, trae la melancolía de la libertad adolescente.
El problema de muchos millennials es que, al ingresar al mundo laboral o al estar rodeado de estudios, no suelen tener ni el tiempo ni el dinero para tener ningún tipo de viaje. Pero esa generación suele arreglar sus propios asuntos para tomarse un tiempo y recordar aquellas épocas en las que en cualquier momento se podía librar de lo abrumador de la vida. Aunque no sean viajes complejos, los siguientes son necesarios para cualquier millennial que necesite un descanso:
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Una escapada de fin de semana
Es un must no dejar de pasar estas oportunidades. Suena triste que sean dos días y medio, pero un viaje corto puede planificarse. Si se investigan destinos cercanos como pueblos o alguna playa que no esté muy lejos, con el itinerario adecuado se pueden disfrutar esas vacaciones cortas. Un punto a favor es que no suele gastarse mucho dinero, ya que no se compran recuerdos, sino que se trata de disfrutar hasta el último momento. Ya sea en busca fiesta o descanso, cualquier lugar que sea distinto a la rutina es bueno.
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Una “workation”
Una “workation” es una vacación con trabajo. Actualmente algunas empresas otorgan más libertad a sus trabajadores y están dispuestos a permitir vacaciones siempre y cuando cumplan con el trabajo que hacen todos los días. Suena poco práctico, pero ayuda a muchas personas a relajarse trabajando desde otros sitios durante las mañanas para disfrutar momentos de relajación o fiesta en las noches. Algo conveniente es que no se “gastarán” los días de vacaciones laborales, pero el gasto durante las “workation” será mayor
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Explorar el área que les rodea
Ya sea su ciudad, pueblo, o suburbio, siempre hay lugares nuevos que descubrir. No sólo es algo que se puede hacer todos los días, sino que también existe la posibilidad de desarrollar un itinerario para un fin de semana explorando el área cercana. Internet provee de información y reseñas de distintos sitios que pueden resultar ser un nuevo espacio favorito, e incluso permite conocer a más personas que no están tan lejos del punto de partida.
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Quizá para algunos suene demasiado simplista, pero estos viajes y vacaciones cortas recuerdan que no necesitamos estar demasiado lejos para disfrutar algo nuevo, sino que la vida es un continuo descubrimiento. Ya no existe la libertad que tuvimos en la adolescencia, y planear aventuras cortas no es conformarse, sino aprovechar el tiempo para olvidar un poco la sombra que nos sigue todos los días.
Si algo le falta al millennial es dejar de atribuirle romanticismo a otros países y comenzar a descubrir la belleza que existe cerca. Quizá así, reconozcan que el mundo es mucho más grande y más lleno de sorpresas de lo que se suele imaginar.
Fotografías de André Josselin.
