Todavía recuerdo aquella noche, hace ya siete meses que supe que vendría a vivir a Barcelona. Había aplicado tiempo atrás para realizar un Master, con muy pocas expectativas de ser aceptada y sin un centavo en la bolsa para intentarlo. Pero esa noche supe que me iría, aún no sabía cómo, ni cuándo, pero esa era la nueva meta.
Entonces, por qué Barcelona, no está mal escrita la pregunta o la acentuación es indebida, es mas bien porque en la pregunta está la respuesta: porque Barcelona…
Esta ciudad me cautivó la primera vez que la vi el año pasado, fue casi fugaz mi estancia, un poco insípida y con indicios de tristeza, pero algo había entre sus calles, en medio del gótico, sobre la historia, encima del aire; es como si la ciudad entendiera la tristeza por la que has pasado y te abrazara con frialdad para que te sientas en plena confianza.
Para que comprendan estos sentimientos debo regresar siete meses en el tiempo para explicar que la noche que supe que viviría en la capital Catalana, no era ni un 20 % de lo que soy hoy. Sí, mi historia incluye un corazón destrozado, una soledad sombría y un camino que parecía no tener futuro. Tenía un trabajo de esos que te hacen estancarte para siempre en lo seguro, de esos en los que la mitad de tu vida se va en esperar la hora de la comida y el fin de semana, y a eso le sumas una historia de amor mal terminada. Era como si Barcelona me llamara a gritos desde el otro lado del mar y me explicara que toda mi soledad tenía cabida en una ciudad que en verano despierta y en invierno se toma un cortado largo a la orilla del tren.
Nunca he podido acallar mi mente, es como si funcionara independiente a mi propio pensamiento, por eso es que creo que escribir libera un poco la oleada de emociones que chocan desde que entran por los ojos: lo asimilo, lo fotografío y luego lo redacto. Eso es lo que quiero hacer con Barcelona, hacer el máximo intento de asimilarla.
Soy un cuerpo y un alma en recuperación a miles de kilómetros de casa.
¿Por qué Barcelona? Porque es el sitio perfecto para empezar desde cero, para remediar las cosas que están enfermas, acomodar lo que no está en su lugar.
También para estudiar, por supuesto, que será el reto más importante de mi estancia en el Viejo Continente y, ¿por qué no?, una época para estar en soledad con las palabras. Las personas olvidamos la importancia de la soledad, y la realidad es que debemos estarlo hasta que no sea insoportable nuestra propia compañía. Estar a solas con Barcelona…
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