No vas a conocer al amor de tu vida en un bar. La mayoría de las relaciones que comienzan entre luces tenues y botellas de licor terminan en desilusión. Más tarde o más temprano, la personalidad coqueta y divertida que se muestra tras la barra va desdibujándose hasta una realidad aburrida y habitual que termina por arruinarlo todo.
Un estudio de la Universidad de Chicago demostró que el 76 % de las personas que se conocen en un antro, pub, bar o centro nocturno no establecen una relación duradera, sino que apenas supera los 3 meses.
Por suerte, hay bares en los que el flirteo no es la prioridad, sino las experiencias inusuales que ofrecen a sus visitantes. En Tokio, estos lugares abundan, aquí los 6 más extraños:
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Kagaya
Un loco anfitrión hace de este lugar un sitio único en el mundo. En ocasiones baila, canta y se disfraza de seres extraños y desconcertantes. El menú también es sumamente extraño: los clientes lo crean por sí mismos basándose en las emociones que quieren “saborear”; algo “cool”, “extremo”, “ligero”, etcétera. Los platos y vasos son tan extraños como todo el lugar, algunos emiten sonidos muy raros.
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The vibe bar
Este es un lugar para personas sin prejuicios. En el sitio hay cientos de juguetes sexuales que las mujeres pueden elegir y comprar, desde la entrada —tienen forma de vagina— se adivina que no es un lugar común. El acceso incluye un recorrido explicativo y dos bebidas, sin embargo, el tiempo y las copas pueden extenderse tanto como la clienta lo prefiera. Los hombres pueden tener acceso pero sólo si están en compañía de una mujer.
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Christon Café
Por las tardes funciona como un restaurante al que todo el mundo tiene acceso, pero por las noches el ambiente cambia radicalmente. Las paredes están adornadas con enormes crucifijos y del techo caen abismales candelabros. Se trata de una mezcla de elementos religiosos y conductas “sacrílegas” fuera de control que se confunden entre las luces neón.
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Namahage
Este no es un lugar para niños. Los meseros se visten como demonios y su fin es asustar a quienes estén presentes. Aun así, Namahage goza de una muy buena recurrencia entre familias, quienes van a disfrutar de pollo frito y sopas nave. Los pequeños se adaptan con el tiempo y este sitio se convierte uno de sus lugares preferidos.
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Ninja Akasaka
Para entrar se necesita una contraseña secreta. Quien la proporciona es un ninja tras un oscuro portal ubicado en el barrio de Akasake-Mitsuke. Al entrar al bar podrás ver cofres, espadas y espejos que adornan las paredes de madera y simulan ser las de un castillo antiguo. El sushi es la especialidad.
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Alcatraz ER
Este es el bar más raro de Tokio. Al llegar, los clientes son esposados y llevados al interior; ante un escenario sucio y decadente están las siniestras mesas de acero donde los comensales degustan sus platillos. Las paredes están llenas de pintura, los menús están teñidos con tinta que simula ser sangre. La presentación de las bebidas es inusualmente incómoda: cabezas de muñecas, jeringas, vasos de precipitados, mamilas. Para completar el cuadro, las meseras están disfrazadas de enfermeras dementes.
Estas extrañezas son propias de Japón, por ello, no es de sorprender que abunden en Tokio. Visitar cualquiera de ellos, hace que la experiencia en la ciudad sea mucho más divertida e inolvidable. ¿Cómo olvidar beber en una cárcel psiquiátrica o que estás siendo atendido por un ninja? Imposible.
El dinero no es pretexto para no visitar Japón. Hay muchas cosas que puedes hacer en un día en Tokio sin gastar mucho, incluso existen programas que te pagan por ir a vivir a este hermoso país. Sólo es cuestión de buscar, planear y estar decidido a vivir una experiencia imborrable.