Cada tres años, las orillas del río Ganges atestiguan una de las peregrinaciones religiosas más grandes del mundo. Millones de hinduistas se dan cita para limpiar sus almas en un festival que recibe el nombre de Kumbh Mela. Conscientes de que la vida terrenal a menudo pone tentaciones que simplemente no se pueden dejar pasar, estas personas se sumergen en las aguas de uno de los afluentes sagrados más importantes del mundo.
Al ser una de las religiones que más se preocupa por mantener puro el espíritu para complacer a sus dioses, no debe sorprendernos que algunos de sus seguidores abandonen todos sus vienes materiales para convertirse en hombres santos, que buscan llegar al grado más elevado de iluminación. Estos fieles, conocidos como sadhus se someten a la austeridad para alejar todas las tentaciones de sus cuerpos y sólo se alimentan de la comida que les ofrecen aquellas personas que se cruzan en su camino.
Pero, ¿qué ocurre con la espiritualidad en occidente? A menudo nuestro ritmo de vida nos impide preocuparnos por cosas que van más allá de los bienes materiales; desde pequeños, los medios e incluso nuestros padres, nos hacen creer que lo único importante para triunfar en este mundo es tener éxito económico y sobresalir en asuntos laborales.
Estos pensamientos nos convierten en máquinas vivientes que, tarde o temprano, se darán cuenta de su condición humana; justo en ese momento verán que todo lo que han hecho no llena un vacío que han sentido dentro de sí desde el instante en que comenzaron a tener conciencia. Ese debe de ser una de las sensaciones más duras a las que puede someterse un ser humano; reconocer que su vida no ha sido otra cosa más que un largo proceso de producción casi automática. Sin tener la posibilidad de tomarse un tiempo para apreciar un atardecer o preocuparse por lo que pasa más allá de lo que sus ojos son capaces de ver.
Afortunadamente para estas personas, existen lugares en los que pueden encontrarse consigo mismos a través de actividades que los llevan a explorar sus propios límites. Al sur de California, en Estados Unidos, se encuentra un hotel escondido en medio de la sierra, donde la gente puede acudir para liberarse de toda la presión a la que se someten diariamente, The Ranch. Un espacio que cuanta con un programa de estilo militar con duración de cuatro días en los que sus participantes son sometidos a todo tipo de actividades que ponen a prueba sus capacidades de resistencia.
Los días, para aquellos que deciden unirse, comienzan desde las cinco y media de la mañana con una sesión de estiramientos justo antes de tomar un desayuno compuesto por cereales, fruta y leche de almendras; todo lo que aporte la energía necesaria para cumplir con una caminata de 22 kilómetros colina arriba. Proeza que cumplen equipados con apenas una botella de agua y un par de bolsas de plástico para poder hacer sus necesidades básicas.
Después de la caminata, los huéspedes pueden disfrutar de una comida de mediodía compuesta por alimentos como coliflor, quinoa y humus, todos ellos cuidadosamente preparados en las cocinas de The Ranch; luego se continúa con más actividades deportivas. Todo el esfuerzo del día se ve recompensado por una sesión de masaje que debe terminar antes de las ocho y media de la noche, hora en la que el hotel apaga por completo sus luces.
Personajes como Lea Michele, Selma Blair, Mandy Moore, Connie Britton y Elle MacPherson se han sometido a este entrenamiento intensivo que, aseguran, les dio una visión totalmente distinta sobre la vida y sobre sí mismas. Campamentos y programas como el que ofrece este hotel son una gran esperanza para aquellos que, a pesar de llevar una vida alejada de la espiritualidad, tienen deseos de reflexionar acerca de sí mismos y del mundo que los rodea; con el único fin de alcanzar la felicidad.
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Si deseas conocer más acerca de The Ranch y de su programa, puedes visitar su sitio web, donde encontrarás toda la información relacionada.
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Fuente:
SModa en el País
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