“Siempre te amo por primera vez, siempre te amo por primera vez”.
Juan Gelman
Para los dromomaníacos, los aeropuertos, estaciones o centrales de autobuses son iglesias donde se beatifican destinos o latidos a distancia. Le rezan a las compañías de viajes para poder trasladarse sin problema a cualquier parte.
Nómadas de vocación que no paran, dejan su sueldo en distintos lugares, aunque las obligaciones y la rutina los frenen temporalmente; otros son audaces y renuncian a la incertidumbre del futuro y crean su religión: la dromomanía, que la Real Academia española define como una inclinación excesiva u obsesión patológica por trasladarse de un lugar a otro.
Su placebo, el efecto de Bernoulli en las nubes; saberse en las alturas los satisface como a un niño que come chocolates y piensa que todo es posible.
Las carreteras avanzan como rollo de película en sus ojos y ofrecen la certeza de que mañana puede ser distinto. La espontaneidad se declara en el desierto, el pasado es la quietud nadando en la playa, o la aceleración de almas que caminan en una ciudad cosmopolita que apenas ayuda a esos transeúntes a reparar en lo que son.
La distancia se vuelve la dopamina de los viajeros que hoy buscan acumular más experiencias, y no pertenencias que, según el circo de la publicidad, se vuelven tan obsoletas como creer que viajar es sólo para unos cuantos.
El escritor y dramaturgo español Javier Poncela expresa que el deseo de viajar es un síntoma neto de inteligencia. De adquirir mayor conocimiento no sólo al investigar los lugares que se quieren visitar, sino viviéndolos, no sólo por lo que las guías turísticas muestran, sino por la vida cotidiana del lugar que se visita: conversar con un taxista o un desconocido en la calle con quien se discuta de temas trascendentes y, en ocasiones, existenciales.
Una suerte de aldea se ha creado para los dromomaíiacos que no resisten permanecer tanto tiempo en el mismo lugar, pues repetir acciones les causa una irritación, como si un brote de comezón les invadiera y los invitara a buscar asilo político en donde puedan renovarse.
Couchsurfing, Mochileros en México y Worldpackers son algunas de los remedios para curar esa irritación de la rutina, o simplemente el no querer cortar ese cordón umbilical de estabilidad financiera, y todos esos trotes que el sistema nos impone como meta para llegar a la tan ansiada jubilación. ¿Cómo funcionan, entonces, estas rutas de escape?
Por redes sociales principalmente, como si se recreara la película “Cadena de favores” versión vacaciones cuasi eternas: yo te hospedo, tu hospedas, y alguien escribe una referencia relacionada con la experiencia, o yo te hospedo y tú trabajas; y así, el ser ciudadano del mundo se vuelve una realidad accesible sólo para aquellos valientes que desafían las normas y optan por dejar las comodidades de una habitación de lujo para vivir nuevas experiencias, realizar lo que nunca se consideró hacer alguna vez en la vida, escuchar historias inimaginables, o crear lazos de amistad con quienes menos se piensa.
Los dromomaníacos al volver a su ciudad o conocer un destino sienten lo que el poeta Juan Gelman expresó alguna vez: “Siempre te amo por primera vez, siempre te amo por primera vez”, pues esto es lo experimentan al observar un lugar como si nunca se hubiera estado ahí; o también una parte inconsciente le recuerda lo que Chavela Vargas cantó: “Uno siempre vuelve a los lugares donde amó la vida”.
Viajar se vuelve oxígeno para ellos. Cada paso es un alimento que le cobra sentido a su existencia. Los lugares se vuelven una meta lograda sin importar cómo, aunque a veces ponga su vida en riesgo. Los pies en la carretera puede confirmar, en ocasiones, lo que alguna vez dijo el escritor Henry Miller: “Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”. Así que siempre debes estar listo para buscar esos nuevos ojos.
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Si te has sentido identificado con lo que acabas de leer, entonces debes conocer los países en los que deberías vivir seis meses mientras decides qué hacer con tu vida; pero si ya te haz decidido, entonces las 100 cosas que puedes hacer con tus amigos para tener el mejor viaje en 2017 son ideales para ti.