Lunes. El sonido agudo de la alarma te despierta a las cinco de la mañana, pero decides aplazar el duro sufrimiento de separarte de la comodidad de tu cama por diez minutos más. Como si sólo hubiera pasado un segundo, la alarma vuelve a sonar implacablemente.
Antes de tomar el valor de levantarte piensas en lo que te espera a continuación: bañarte, desayunar algo rápido y salir pronto de casa. El sauna salvaje del transporte público te espera, paciente para hacerte parte de una masa uniforme de personas que se adhieren unas a otras. Debes apurar el paso para llegar a un lugar que odias a hacer lo que odias con un salario que no te satisface. No tienes opción. ¿O sí?
Puede que sí. ¿Qué pensarías si alguien te dijera que, si tú quieres, puedes abandonar esa vida que te aqueja y ponerte a viajar por el mundo sin necesidad de mucho dinero?
Esto es posible, y se trata de Housesitting. Fundamentalmente, se trata de cuidar casas -habitando en ellas- mientras sus dueños no están. Es como ser un nómada por el mundo, con el beneficio de no gastar en hospedaje y quedarte en lugares cómodos y seguros, así como conocer lugares que difícilmente conocerías viajando como turista.
Además, esto te dará mucha flexibilidad de tiempo para conocer a fondo el lugar que decidas visitar. Vivirlo como lo haría alguien que vive ahí, tener nuevas experiencias no como un visitante si no como un habitante.
En los tratos en esta modalidad no hay una retribución económica. Sólo la satisfacción de un trato justo: alguien que necesita viajar y alguien que necesita que cuiden su hogar. La dinámica es sencilla: inquilino deberá mantener la casa en buenas condiciones haciendo labores cotidianas y de haberlas, tendrá que cuidar a las mascotas que lo habiten; alimentarlos y sacarlos a pasear. También deberás regar las plantas, podar el césped y hacer todo lo necesario para que tu temporal hogar se conserve en óptimas condiciones hasta la llegada de sus dueños.
Puede que la sola idea de viajar de esta manera te inunde de un temor infinito. Sin embargo, toma en cuenta que ésta es una práctica ya realizada a lo largo del planeta. Funciona. Diversos sitios de internet ofrecen un registro seguro para comenzar esta aventura y te darán toda la información que necesitas. Aquí puedes encontrar uno en México, y aquí para diversas partes del mundo. Te sorprenderá lo fácil que es.
Pocas veces sabemos de lo que somos capaces si permanecemos en nuestros límites. Nos privamos de nuevas experiencias simplemente por temor. ¿Te imaginas todo lo que harías si no tuvieras miedo? En soledad o en compañía, viajar siempre es una buena opción para rencontrarse con lo esencial.
Naturalmente, las cosas grandiosas no son fáciles de conseguir. Hay que dejar atrás asideros que, aunque nos lleguen a lastimar como lo hacen los grilletes, nos dotan de un sentimiento de confort y seguridad cotidiana. Soltarnos por completo de lo que creemos seguro y atrevernos a vivir es un riesgo a los que poco se atreven y cuando lo hacen, gritan al mundo que es algo que lo volverían a hacer una y otra vez.
No nos consta que haya vida después de la muerte, pero sí que hay mucha vida que disfrutar antes del desenlace final.
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