Bien dicen que las mejores vacaciones son al lado de la playa, y tienen razón. El sol, el mar, la arena, y la brisa en el cuerpo, es una de las sensaciones más relajantes que podemos tener, sobre todo después de un largo tiempo de estar encerrado en la oficina, sin nada más que edificios alrededor y con el ruido de los autos pasando, así como el intenso tráfico que sufrimos día con día. Y nada mejor para pasar un tiempo a solas con el ruido de las olas de Huatulco. Aquí te dejamos un par de consejos para que cuando visites Oaxaca sepas qué hacer o qué visitar.
Huatulco –declarado como reserva protegida– está conformado por nueve bahías, las cuales se despliegan en una extensión de 35 kilómetros de franja litoral. También cuenta con 36 playas vírgenes en las que podrás practicar deportes acuáticos como esnórquel, buceo. Por ejemplo, en la bahía Tangolunda y Conejos, podrás disfrutar de la belleza de los arrecifes, o si eres más aventurero, podrás dar un paseo en tirolesa y disfrutar de toda la naturaleza a tu alrededor.
Para seguir con la aventura y probar de un poco de adrenalina corriendo por las venas, Huatulco es el sitio perfecto para poner a prueba tus habilidades y tomar un par de clases de surf. O si lo tuyo son la motos acuáticas, podrás dar una vuelta en un Jet Ski, mientras el sol te da un bronceado increíble. Pero si eres de los que les gusta ir por el azul del mar, y hacer un poco de pesca, puedes solicitar a un grupo de expertos que te acompañen en el viaje, pues seguro te mostraran los mejores sitios para que logres atrapar un gran pez y llevarlo directo a la mesa. Nada como un pescado fresco, ¿no crees?.
Aunque en Huatulco no todo se centra en la playas o en sus bahías, pues también hay atracciones para quienes gustan de una caminata. Por ejemplo, hace muy poco tiempo se inauguró el Centro Textil Artesanal Beel Guiée, un negocio familiar en donde podrás ver cómo se lleva a cabo el teñido natural de la lana, misma con la que se elaboran diversos productos como tapetes. El Museo de Artesanías oaxaqueñas, es una parada casi obligada; podrás comprar telares, trajes típicos, y accesorios.
Y como en esta visita no podían faltar los manjares culinarios, puedes comenzar con una cata de mezcales en la Crucecita, justo en el corazón de Huatulco. Y no te puedes ir de este paradisiaco lugar sin antes probar las deliciosas tlayudas en la famosa “Casa de las Tlayudas”, su especial preparación al carbón les da un toque especial al que nadie se puede resistir. Así que si aún no sabes a dónde ir estas vacaciones o aún estás planeando ese viaje que tanto has deseado, Huatulco es el lugar indicado para ti.
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