Cuando pensamos en unas vacaciones para gente con espíritu libre, generalmente se nos vienen a la mente imágenes de desenfreno y exceso en los que poco importa la moral humana mientras haya un poco de diversión. Sin embargo y para ser un poco sinceros, esa idea se quedó atrás hace ya varias décadas. Por más que Hollywood trate de hacernos creer lo contrario, lugares como la isla de Mustique nos convencen de que un espíritu libre no necesita más que una playa y toda la tranquilidad del mundo para ser feliz.
Después de que lord Glenconner comprase la isla en 1958y le regalase una parcela a su amiga la princesa Margarita, este sitio se convirtió en un oasis para los famosos que buscaban pasar unas vacaciones lejos del bullicio de las ciudades, el espectáculo y por supuesto, los paparazzis. Kate Moss, Mick Jagger, David Bowie, entre otros famosos decidieron comprar un pequeño rincón de esta isla para que sus almas pudieran sentirse realmente plenas, lejos de cualquier cosa que les agobie.
Como era de esperarse, a lo largo de los 5,7 kilómetros cuadrados que abarca la isla no hay edificios enorme o centro comerciales. Todo lo que los visitantes pueden ver son pequeñas villas que pertenecen a algunos famosos —algunas de ellas se pueden alquilar—, así como dos hoteles de lujo: Cotton House y The Fireflym. Si quieres tener como referencia el hospedaje más barato de la isla, podemos citar Pangolin, la villa más accesible de Mustique con un precio alrededor de $3000 por noche.
Los sabores en Mustique se intuyen de inmediato: una combinación de mar y tierra se sirven en las mesas de los comensales, aunque si hay que destacar un platillo, ese es el sashimi de barracuda y la carta de vinos en el restaurante veranda, que en cada uno de sus platillos impregna una característica sensación caribeña dificilmente imitada por otros establecimientos.
Para llegar hasta este pequeño paraíso tropical incrustado en el Caribe, es necesario que llegues a la isla de Santa Lucía y abordes uno de los aviones exclusivos de Mustique. Aunque si corres con suerte y llegas en temporada alta, es probable que te encuentres con algún vuelo desde Barbados. La intención de que los vuelos y las formas de llegar hasta allí sean tan limitadas es para asegurar que sus huéspedes no serán molestados durante su estancia; pues como ya lo hemos dicho, no sólo se trata de un área de descanso, sino que es también la forma que muchos artistas tienen de escapar de su monotonía.
Sí, puede que todos estos lujos suenen costosos —porque de hecho lo son—, pero vale la pena preguntarse qué no daríamos por alejarnos al menos un día de todos nuestros problemas y estar un momento postrados frente al mar. Si sonreíste al imaginar esa escena. Ahí tienes tu respuesta.