En el estado más pequeño del territorio nacional, fundado en 1522 y que tiene por significado ‘lugar de tortillas’, hallarás muchas actividades para realizar y zonas hermosas para visitar donde se respira una parte importante de la historia de México. Dentro de las sorpresas que Tlaxcala te ofrece está la plaza de toros más antigua del país, que fue construida en el siglo XVIII o el Parque Nacional de la Malinche en el cual se pueden hacer actividades como senderismo, campismo y disfrutar de una zona limpia lejos de las grandes ciudades.
Por supuesto, Tlaxcala no carece de Pueblos Mágicos, esos rincones de encanto arquitectónico y gastronómico que se han vuelto desde hace ya varios años patrimonio de la nación y sitios recurrentes de esparcimiento entre los mexicanos y los extranjeros. En este estado del centro del país hallarás varias opciones para dejar de lado las preocupaciones y las actividades del diario a través de las calles llenas de magia e historia de algunos de los rincones más hermosos de México.
Tlaxcala te recibe con las puertas abiertas para que conozcas sus encantos, su historia y su atmósfera amigable a través de los siguientes sitios de alto valor histórico de los que quedarás enamorado a primera vista:
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Tlaxco
Aquí podrás admirar gran parte de la belleza natural de Tlaxcala, ya que Tlaxco es un pueblo enclavado en una región montañosa y boscosa con varios riachuelos, cascadas y arroyos que le dan vistas fabulosas. Todo ello hace que las pinturas rupestres halladas en las cavernas conocidas como La Parada y La Gloria tengan un carácter místico. Además de ello, Tlaxco es conocido por el sabroso pulque que se puede adquirir en sus tiendas y fábricas, las artesanías en madera que abundan en la región y la producción de un delicioso queso que te provocará deseos de chuparte los dedos debido a su sabor. Su zócalo es pacífico, lugar de reunión para disfrutar de la brisa refrescante de la tarde en compañía de una buena bebida. Tlaxco fue habitado por otomíes a finales del siglo XIV, por lo que también tiene una rica historia tras sus espaldas.
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Huamantla
En este sitio, Hernán Cortés, el invasor español, enfrentó a grupos otomíes que resguardaban la región tlaxcalteca. Siglos después de estos acontecimientos, Huamantla se distingue no sólo por su rastro histórico sino por su valiosa gastronomía: algunos de los mejores aguamieles y pulques que puedas probar en vida los podrás disfrutar aquí. También son tradicionales los tapetes y alfombras fabricados por expertas manos artesanas que les imprimen a sus creaciones impresionantes tejidos y diseños que ya han forjado un patrimonio artístico muy especial. Y si eres un viajero de emociones fuertes y dispuesto a arriesgar el físico con tal de divertirte, no dejes de ir en agosto para vivir de cerca el aliento de un toro sobre tu cuello con la huamantlada, en la cual se liberan toros por las calles al más puro estilo de Pamplona, España.
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Apizaco
No es propiamente un Pueblo Mágico, pero Apizaco no necesita serlo para ofrecerte varias cosas que ver y con las cuales pasar una tarde más que agradable. Visita los lugares históricos más famosos como el Monumento al Héroe de Nacozari, la locomotora 212 donada por Ferrocarriles Nacionales, la Capilla de El Calvario o el Templo de Santa Anita, todos ellos de gran valor arquitectónico. Apizaco ha crecido a ritmo veloz, por lo que ha pasado de ser considerado un pueblo a una ciudad industrial, sin embargo, aún se respira una atmósfera relajada digna de visitarse que ha visto cómo varias de sus tradiciones más marcadas siguen presentes, como la fabricación de bastones de madera tallada.
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Cacaxtla
En este interesante lugar se hallan unas ruinas arqueológicas con algunos de los murales mejor conservados de todo el país, lo que es muestra del gran talento que tenían los artistas prehispánicos. Uno de ellos parece ser un humano con cola de escorpión (asociado al culto al planeta Venus), un Guerrero Águila y una batalla de gran realismo. Además de este recinto prehispánico, el contraste cultural que se da en Cacaxtla es muy fuerte, ya que es un lugar con muchos templos católicos construidos tras la llegada de los españoles. Notables ejemplos son el Templo de Jesús de los Tres Caminos, San Miguel del Milagro, San Bernabé Aparicio y la Parroquia Virgen de la Natividad.
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