Para conocer a fondo un país no basta con visitar sus ciudades o los centros cosmopolitas que se anuncian en las guías turísticas de alguna agencia; el adentrarse a las tierras no tan conocidas que ofrece una nación es la oportunidad perfecta para entender el funcionamiento y tradiciones reales de una civilización, así como para apreciar paisajes más allá de nuestra imaginación.
Estar en un pueblo, la mayoría de las ocasiones, se traduce en ese respiro lejos de la vida citadina, lejos del ruido, del caos y del estrés profesional que tanto caracteriza a nuestra sociedad. En Europa existe esa posibilidad de hallar puntos geográficos que conjuguen todas las caras aquí mencionadas; tanto de paz como de fantasía y experiencia humana.
A continuación, se especifican aquellos pueblos extraordinarios que podrían llevarnos al asombro, y que más vale visitar alguna vez en nuestra vida.
Nördlingen, Alemania
En Baviera, Alemania, se encuentra un pintoresco pueblo de arquitectura bien reconocida si es que leímos cuentos clásicos de niños, y de un aura sobrenatural al percatarnos que el pueblo se asienta sobre un enorme cráter de meteorito (caído hace millones de años). El pueblo, y el cráter obviamente, mide 25 kilómetros de diámetro, lo cual lo hace incluso más acogedor.
Castellfollit de la Roca, España
Cataluña es el punto específico donde se encuentra un pueblo que parece correr peligro constante en un precipicio de roca volcánica. La mayoría de las casas, si no es que todas, tienen vista al mar y la opción a fabulosas puestas de sol es infinita.
Saint Michel, Francia
Este pueblo se encuentra ‘perdido’ en el sentido de permanecer un poco alejado del resto de la población; incluso se ha utilizado su imagen en filmes o series, pero su extraña belleza empotrada en una prominente roca lo hace un pueblo tan enigmático que merece mención indiscutible. Todas las construcciones que allí se encuentran son de origen religioso y militar.
Sark, Reino Unido
Es casi como la isla donde vive Björk, pero con gente. Y, sobre todo, gente que hasta 2008 vivió bajo un sistema feudal que era bien controlado en sus 5 kilómetros cuadrados. En medio del Canal de la Mancha, la tranquilidad que invade a este territorio no se iguala fácilmente. La isla no tiene más allá de 507 habitantes.
Oia, Grecia
Las porciones de tierra sobre las que se erige este pueblo, a las orillas del mar en Santorini, son los restos de una isla que tras una explosión volcánica dieron forma a esta catastrófica belleza; desde la que se pueden tejer sueños mientras se mira a las olas chocar.
Albarracín, España
En esta región de Aragón, España, se halla el pueblo que según muchos expertos es el más bello de ese país. Se encuentra propuesta por la Unesco para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la belleza e importancia de su ser histórico.
Vernazza, Italia
Entre esos pueblos que parecen colgar hacia alguna costa, en Liguria se encuentra este pequeño pueblo bien adaptado al paisaje y a la naturaleza turquesa de sus aguas. Vernazza da la impresión de ser una nave que se dirige al mar.
Bourtange, Holanda
Resultado de un diseño defensivo y militar, este pueblo amurallado tiene la forma de una estrella en medio de los campos verdes de Holanda. El sistema de terraplenes, diques y canales que sirvieron para proteger esta plaza son una maravilla histórica.
Bled, Eslovenia
En el lago de Bled, muy cerca de Austria, se encuentra esta pequeña isleta que resulta punto central del pueblo homónimo. Es tan pequeño que fácilmente se pierde en los bosques, el clima glacial y las montañas.
Clovelly, Inglaterra
Es un pueblo de pescadores en el que aún las calles lucen como hace siglos y, de hecho, los automóviles no pueden entrar. Esta región inglesa cobra la entrada cual atracción turística y vale completamente la pena hacer dicha inversión.
Palmanova, Italia
Así como ya vimos el caso de Bourtange, Holanda, este pueblo también se encuentra en el grupo de las ciudades amuralladas, salvo que no tiene forma de estrella. La perfección quisquillosa de esta población es casi irritante, pero maravillosa.
Oberammergau, Alemania
Como si fuera una pequeña villa donde viven Hansel y Grettel, las casas aquí construidas cuentan con una decoración envidiable. Sus exteriores tienen frescos en cada espacio posible y la artesanía en madera que ostentas son altamente reconocidos.
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