El budismo es un medio de transformación individual y social que ofrece prácticas y enseñanzas a todo aquel que lo desee. Además, a través de sus prácticas, especialmente la meditación, es posible obtener el bienestar que como seres humanos debemos vivir. Estos son los templos budistas más impresionantes que querrás visitar sin importar si profesas esta filosofía.
Entre mitad del siglo VI y del IV a. C., el budismo se fundó en el noreste de la India y en poco tiempo se extendió hacia el continente asiático, influyendo en las prácticas espirituales y culturales, el arte y como podrás ver en estos templos, la arquitectura.
Y aunque los templos budistas tienen una arquitectura muy estética, su objetivo se centra en la facilitación para la reflexión y la meditación en silencio para lograr obtener un estado de paz.
Estos son algunos templos budistas que merecen una visita.
Wat Benchamabophit, Tailandia
La construcción del templo Wat Benchamabophit de Bangkok finalizó en 1911 y está compuesto en su totalidad de mármol italiano importado de Carrara. Sus ventanas de arcos y vitrales representan el canal tailandés. Además, su galería cuenta con 52 estatuas de Buda en pilares individuales, que muestran la diversidad de íconos de Buda de diferentes épocas y lugares.
Seiganto-Ji, Japón
En las faldas de la cascada más alta de Japón y rodeado de bosques, Seiganto-Ji es un santuario y escuela racionalista de budismo que cree firmemente en el cambio constante.
Wat Rong Khun, Tailandia
Este templo budista ubicado al norte de Tailandia fue fundado en 1997 y su construcción totalmente blanca fue diseñada por el pintor tailandés Chalermchai Kositpipat. Su estilo es contemporáneo pues en algunos de sus mosaicos te encontrarás con algunas representaciones personajes pop como Spider Man, Michael Jackson y Hello Kitty, los cuales no serán motivo para que sus visitantes deban no muestren el respeto que un templo budista merece.
Datsan Gunzechoinei, Rusia
Rusia es el hogar de un millón y medio de budistas practicantes y San Petersburgo aloja el templo de Datsan Gunzechoinei. Si bien hoy en día es un lugar de culto, a lo largo de su historia, el templo se ha utilizado para comunicaciones militares, deportes e investigación en zoología. Admira sus tradicionales detalles de estilo art nouveau y sus vitrales diseñados por el famoso místico ruso Nicholas Roerich.
Paro Taktsang, Bután
Paro Taktsang, en el valle de Paro en Bután, es un templo que se encuentra a un lado del acantilado al que sólo podrás acceder mediante una caminata atravesando cascadas, ruedas de oración y una casa de té tibetana. Cuenta la leyenda que Padmasambhava, el gurú que llevó el budismo a Bután, meditó durante tres años en las cuevas de Paro Taktsang y luego voló en el lomo de una tigresa.
Bagan, Myanmar
Originalmente, la capital real de Bagan alojaba alrededor de 10 mil estructuras budistas. En la actualidad, sus senderos se mueven alrededor de los 2 mil templos y pagodas, desde Dhammayangyi, el más grande de Bagan, hasta Shwezigon, el primer templo chapado en oro de Myanmar.
Taung Kalat, Myanmar
El rey birmano Anawrahta incorporó el culto nat (espíritu antiguo) en los templos y prácticas budistas en el siglo XI. Si visitas el templo de Taung Kalat conocerás sus 37 estatuas representadas en sus formas humanas ubicadas en los 777 escalones que conducen a las puertas del templo, un templo postrado en la cima de un tapón volcánico en el centro de Myanmar.
Man Mo Temple, Hong Kong
Este templo es budista y taoísta y fue construido en 1847 para honrar al dios de la literatura y al dios de la guerra. En este lugar los visitantes sacuden palos de bambú para que los adivinos del templo les digan su futuro.
Angkor Wat, Cambodia
Angkor Wat es la estructura religiosa más grande jamás construida. Originalmente dedicado al dios hindú Vishnu, el pueblo camboyano volvió a dedicar el templo de arenisca al budismo Theravada a finales del siglo XII. Con sus más de 400 hectáreas, Angkor fue una vez una mega ciudad visitada por peregrinos de todo el mundo.
Wat Xieng Thong, Laos
Wat Xieng Thong se traduce como ‘ciudad dorada’ o ‘árbol de fuego’ y es aquí donde se realizan las coronaciones de Laos y los festivales para recibir el Año Nuevo más increíbles. Te sentirás cautivado por su ubicación sobre el río Mekong y sus tejados con estilo Luang Prabang enfilados especialmente para atrapar espíritus malignos.
Si visitas un templo budista, aunque no vayas precisamente a practicar la meditación, es importante que sigas el código que tienen establecido. Deberás retirarte los zapatos antes de ingresar, vestir ropa que cubra tus rodillas y hombros y si hablas, hazlo en un muy bajo volumen. Evita tomar fotografías de mal gusto, como a los monjes meditando o selfies que no demuestren más que tu falta de cultura.
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Después de visitar alguno de estos, te sentirás más cerca de alcanzar el Nirvana.
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