Busca en tu memoria el siguiente recuerdo: miras al horizonte, sientes cómo un monstruo se va a acercando al sol y lo va derribando poco a poco. El oscuro azul marino va reinando la parte que fue más clara del cielo; la noche se acerca. Sabes que la luz del día se va a terminar y tú estás en medio –como simple mortal– escuchando el ruido de las olas y la sensación de la arena en tus pies y lo único que puedes decir es: “qué hermoso”. Viste el atardecer con tus amigos o tu pareja y creaste un momento único, un contacto con la naturaleza. Estas son algunas playas cerca de la CDMX que puedes visitar en el puente, este último del año.
Viajar a la playa es una experiencia sensorial. Así lo afirma el consagrado biólogo marino Wallace J. Nichols en su libro Blue Mind. Para él, nuestro contacto con el agua es una serie de activaciones en nuestro cerebro que nos llevan incluso a despertar la empatía y la felicidad. Cuando te encuentras frente al mar abierto y observas la gama de colores que un atardecer puede reflejar sobre el agua no sólo quedas maravillado por el aspecto visual, sino que comienzas a sentir paz, a sentirte seguro. Empiezas –según él– a ser más primitivo.
A veces se confunde ser primitivo con lo irracional y atrabancado; sin embargo, volver a este estado simplemente es sucumbir ante tus emociones más extremas, es decir, las más sensitivas. Un viaje a la playa provoca que te conozcas mejor a ti mismo, te regresa a un estado emocional equilibrado y en paz. Consigues la felicidad y la libertad. Dejas atrás el paisaje urbano que en cada edificio oculta estrés, presión y responsabilidades.
Por eso, hoy te presentamos aquellas playas cercanas a la Ciudad de México que debes visitar simplemente para que puedas despegarte del monstruo citadino y vuelvas a recordar todo aquello por lo que vale la pena luchar; todo por lo que vale la pena vivir.
Si aún no tienes planes para este fin de semana largo, estas son algunas playas cerca de la Ciudad de México en donde podrás convivir con el océano, el arena y el sol.
Barra Vieja
Esta playa de Acapulco es muy famosa entre los lugareños y turistas, lo cual es bastante valioso. Estamos acostumbrados a que el puerto esté atiborrado, pero aquí es una mezcla de cotidianidad y grupos que quieren despegarse de la ciudad. Estarás rodeado de restaurantes donde puedes probar el delicioso pescado a la talla o incluso rentar un caballo, salir en cuatrimoto o simplemente disfrutar del hermoso atardecer de la playa que está unida al río Papagayo y a la Laguna Tres Palos.
Revolcadero
A diferencia de Playa Escondida, en el revolcadero de Acapulco no encontrarás precisamente tranquilidad. Esta playa muy popular y extensa del estado guerrerense donde miles de familias conviven entre sí, pertenece al famoso Acapulco Diamante que aglutina tres de las playas más importantes de la región –Punta Diamante y Playa Diamante son las otras dos–. Sin embargo, en Revolcadero puedes practicar surf o simplemente gozar de las delicias culinarias que ofrece la costa.
Playa Mimosa
La experiencia de viajar a Acapulco va más allá de tradiciones. Si bien es encantador ir a los sitios que nos recuerdan a la infancia o a los que ya estamos acostumbrados, también hay que considerar pasar nuestras vacaciones en un lugar donde puedes tener la playa para ti y tus acompañantes. Playa Mimosa es un espacio privado, libre de turistas, ofertas, vendedores y y actividades o deportes extremos. Las casas que allí rentan se concentrar en un objetivo: satisfacerte y hacer que sientas que tú vives en ese lugar. Es toda una experiencia ¿A quién lo le hubiera gustado vivir en Acapulco? Aquí lo puedes hacer por unos días. #AcapulcoAmanece
Barra del Pío
El estado de Guerrero ofrece demasiadas opciones, pero una alejada del clásico y hermoso Acapulco es Barra del Pío –a 200 kilómetros del puerto–. Podría decirse que aquí es lo que llamarían un auténtico paraíso. No hay comercios ni rastro de actividad humana, de hecho para llegar a este lugar lo ideal es rentar caballos. Esto no es para nada un inconveniente cuando tienes ganas de aventurarte y hacer conexión con la naturaleza. Llegarás en aproximadamente una hora, pero gozarás de toda una experiencia única y estupenda.
Playa Icacos
La Playa Icacos es por excelencia, la más grande de todo Acapulco. Su especialidad son los deportes acuáticos como windsurfing, para el cual afortunadamente, no necesitas ser un experto. Además, en esta zona se ubica el Rollo Acapulco, uno de los sitios que debes visitar sí o sí en el puerto. Hay que tomar en cuenta que el oleaje es bastante fuerte y eso es un aliciente hermoso para gozar de un intensa actividad en el agua. Ideal para visitar con amigos o incluso en familia.
Playa de Boca del Rio
Esta es una de las regiones poco conocidas del estado de Guerrero; sin embargo, es igual o más encantadora que los sitios con gran afluencia. Boca del Rio se encuentra en la Costa Chica y pertenece al municipio de Florencio Villarreal. Cuando llegas a aquí la peculiaridad reina, verás a los pescadores lanzar sus atarrayas y por ende, tendrás la oportunidad de probar las delicias típicas del mar como el camarón, la jaiba, el robalo o el pargo.
Esta no es una playa para emociones fuertes o actividades extremas, simplemente es ideal para quien busca descansar y escapar del ajetreo cotidiano. Puedes pasear sobre la arena, nadar y engatusarte con las delicias que ofrece el lugar; el contacto con la naturaleza se hace sentir y es una buena manera de enamorarte más de la región.
Todos alguna vez hemos contado nuestra experiencia en la playa. Allí forjamos mágicas historias y tomamos miles de fotografías que se quedaron para siempre en un álbum que emula a nuestra memoria; muchas sonrisas, amor, amistad, felicidad y libertad. La naturaleza tiene esa esencia y México cuenta con muchos de estos lugares, esos que vuelven loco nuestro cerebro hasta el punto de maniatarlo.
Planea el viaje y salte de esa atmósfera urbana. Descansa y vuelve a soñar. Vuelve a ser primitivo por unos días y lleva hasta el extremo tus sentimientos. Viaja por todo el país y sigue descubriendo todo aquello que aún oculta México; llena tus ojos de la increíble naturaleza, su gente y tradiciones. No importa si tienes vacaciones o no, libérate y vive al límite de tus emociones.
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