No importa si es en verano, primavera o incluso invierno, en México prácticamente cualquier época es buena para visitar una playa. Sin embargo, esa flexibilidad vacacional a veces es más un problema que un gran acierto climático de nuestro territorio. Creemos en la falsa idea de que, en ciertas épocas del año, sobre todo en periodo laboral, playas como las de Veracruz o Guerrero van a estar completamente solitarias, pero no siempre es así; al menos cuando entre nuestros planes se encuentran los lugares más concurridos. Siempre hay quien decide darse un tiempo para escaparse de su rutina y caer en el cliché de los lugares de siempre.
Afortunadamente la costa de Veracruz es demasiado grande como para sólo albergar de tres a cinco playas populares. En ese extenso territorio hay lugar incluso para sitios ocultos de la vista del turismo en masa, estos pequeños destinos, a pesar de recibir pocos turistas, se están convirtiendo justo en los paraísos casi secretos que todo amante de la paz y la tranquilidad atesora en unas vacaciones. Pocos turistas y muchas opciones para pasarla de maravilla sin el escándalo tan característico de algunos bares y centros nocturnos, suena bien ¿no?
Si bien las opciones en cuanto a playas tranquilas no son muchas, las que tenemos son suficientes para unas vacaciones perfectas, ya que una vez que pises su arena por primera vez y escuches el mar a lo lejos, nunca querrás visitar otro lugar.
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Isla de Lobos
¿Alguna vez has sentido que las playas están muy lejos de ser ese lugar tranquilo que todo mundo dice? Eso es porque nunca has visitado un lugar como Isla de Lobos, con sus aguas cristalinas perfectas para el buceo y sus playas adornadas con pasto y palmeras de diferentes tipos celosamente cuidadas por el personal de la Marina. Al estar alejada de las playas concurridas, Isla de Lobos es el sitio perfecto para descansar del mundo, ya sea tomando un paseo por la isla o durmiendo en una hamaca.
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Costa Esmeralda
Pocos sitios en nuestro país tienen tanta armonía como éste. Basta con dar una mirada a la manera en la que coexisten los manglares con las zonas hoteleras para darse cuenta de ello; lo increíble de este lugar es que a pesar de estar cerca de hoteles concurridos, la paz difícilmente puede ser quebrantada. No importa si es de día o de noche, la atmósfera tranquila nunca se termina. Los lugares que debes visitar estando ahí, además de los manglares, son la cueva del pirata y el salón del silencio.
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Playa Chachalacas
Si hay algo que hace a esta playa memorable son sus grandiosas dunas que puedes recorrer a caballo, o si eres amante de las emociones fuertes, en moto. Cuando sea la hora de comer puedes acercarte a los pequeños restaurantes que se encuentran a lo largo de toda la costa, ahí encontrarás alimentos preparados con pescados recolectados la noche anterior. Algo que debes considerar es que no vas a encontrar muchos hoteles cerca, así que es mejor visitarla durante un fin de semana.
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Tuxpan
Los lugareños coinciden en que no hay mejor playa en todo Veracruz que ésta. No importa a cuál de sus sectores te dirijas, en cada uno de ellos siempre te encontrarás con aguas cristalinas y poco profundas que son ideales para que incluso los niños aprendan a nadar debido al poco oleaje que presentan. A pocos minutos de la playa se encuentra un poblado del mismo nombre en el que te podrás relajar disfrutando de su gastronomía y numerosos festivales durante todo el año.
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Playa Muñecos
¿Una playa resguardada por muñecos de piedra gigantes puestos ahí por la misma naturaleza? Definitivamente suena a algo que debes ver con tu propios ojos. A una hora del puerto de Veracruz esta playa, además de las formaciones rocosas que la rodean, presenta aguas color azul turquesa y arena muy fina. Entre las playas antes mencionadas, sin duda ésta es la más tranquila de todas, posiblemente el único ruido que escuches aquí es el de las olas rompiéndose contra las rocas.
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No importa qué playa decidas visitar, sólo recuerda que las vacaciones no se hacen de fotografías o souvenirs, más bien se trata de obtener experiencias que no se pueden guardar en ningún cajón o disco duro. De ti depende que ese viaje valga la pena o se convierta en otra caminata sin sentido en las calles de una gran ciudad.