Necesitaríamos muchas líneas más para describir con palabras e invitarte a descubrir la magia más allá de la apariencia del municipio de San Miguel de Allende, anclado en el centr-este del estado de Guanajuato. Este sitio fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2008, y en 2017 fue nombrado como la Mejor Ciudad del Mundo por la revista Travel+Leisure, lo que disparó su turismo en masa y sus costos. Pero San Miguel de Allende es más que eso, nos recibe con la vista de una villa de cuento hundida en el valle que se enaltece con la barroca arquitectura de la parroquia, que poco a poco se descubre al bajar en el peralte de la autopista 57.
Una vez pasadas las visitas turísticas, te puedes perder en sus empedradas calles y descubrir detrás de cada definido portón una galería que seduce con su arte, que se resguarda para llevarte a un cortejo de los sentidos, afirmando que los libros y viajes llegan a la vida en el momento justo para enriquecer. Al dejarte seducir por San Miguel de Allende, puedes observar las placas de los edificios que resguardan el primer cuadro del jardín central; e incluso en una especie de viaje al pasado, aparece la historia de la Plaza de la Conspiración, que nos introduce a la gestación de nuestra independencia, esa que nunca valoramos más que cuando nos es arrebatada.
Eclipsado injustamente por el Festival cervantino realizado en Guanajuato, algunos tienen la fortuna de apreciar el significado de este estado en nuestra historia, y descubrir que en San Miguel de Allende las madrugadas nos envuelven con su silencio místico que rompe a las 5:30 am, con el repuntar del llamado de las campanas en la parroquia. Nos enmudece la fina arquitectura que guarda cada construcción de toque barroco colonial, bajo un equilibrio exquisito en su perfección, de forma que toda la villa es un museo que se traduce en la historia de cada piedra y cada pedazo de concreto.
Hay algo en San Miguel de Allende que sólo a los que lo perciben atrapa, no es para todos, ya que actualmente necesitas alejarte de los puntos mainstream, ir más allá de la selfie y perderte para entregarte a su magia innegable. Así hasta entender que existe un rincón sin temporalidad al cual regresar, en el cual dejarte abrazar por la tranquilidad mientras te enamora, un lugar en el que los exos de los pasos que han hundido sus piedras darán rumbo a tus huellas.
En este viaje, una semana se puede sentir como un mes. San Miguel de Allende es un lugar mágico en el que debes darle tiempo al tiempo. Los locales dicen que es el corazón de México, pero para muchos visitantes más bien se graba en el corazón de cada persona que pisa sus tierras. Así que mantente despierto, atento, y espera a que te llame para que lo encuentres.
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