Viajar es una forma de aprender y de ampliar nuestros panoramas y criterios. Conocer otras formas de vida nos ayuda a reflexionar sobre la propia además de todos los beneficios que trae el viajar: probar comida nueva, ver paisajes diferentes, conocer personas, aprender historia del lugar…
Una iniciativa para incentivar el turismo en el interior de México es el programa Pueblos Mágicos que agrupa a poblaciones que deben cumplir algunos requisitos para entrar en el programa y obtener los beneficios de inversión que implica.
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En octubre del 2018 se agregaron diez poblaciones más al programa, sumando un total de 121 Pueblos Mágicos. A continuación te contamos los detalles de estos pueblos mágicos para que los visites o los pongas en tu lista de próximos destinos.
Nombre de Dios, Durango
Es un pueblo con construcciones de la época de la colonia, sobre todo iglesias antiguas que aún conservan su toque. En este poblado fue celebrada la primera misa de la zona norte del país, en 1555, por el fraile franciscano Gerónimo de Mendoza. Entre sus atractivos puedes encontrar sus cascadas, caminos arbolados y riachuelos que llenarán tus ojos de naturaleza.
Tlaquepaque, Jalisco
Tlaquepaque está muy cerca de Guadalajara y es unos de los lugares más visitados de Jalisco. Es una población alfarera que produce gran cantidad de artesanías; debes visitar el Centro Cultural El Refugio, La Casa del Artesano y, por supuesto, su plaza central donde podrás admirar un kiosko muy bello.
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Zimapán, Hidalgo
Un rincón habitado entre las montañas de Hidalgo, Zimapán es un pueblo minero que aún conserva su toque colonial que podrás ver en sus iglesias y casonas.
Comonfort, Guanajuato
Este poblado se llamaba Chamacuero, palabra de origen tarasco que significa “derrumbarse” o “lugar de ruinas”. Fue en 1861 cuando se le agregó la palabra Comonfort en honor a Ignacio Comonfort. Sus iglesias son notables así como el Museo Luis Mora, ubicado en la casa donde vivió el político de ese nombre. Se pueden encontrar artesanías de carrizo y de piedra.
Amealco, Querétaro
Amealco se fundó en 1538 y es uno de los poblados más antiguos de lo que hoy conforman el estado de Querétaro. Sus habitantes se dedican mayormente a la agricultura y el comercio y su plaza central tiene un diseño escalonado que es de admirarse. La Casa de la Cultura, el Palacio Municipal y su iglesia principal dan cuenta de la antigüedad y la riqueza cultural de este poblado.
Melchor Múzquiz, Coahuila
Este municipio del norte del país es un lugar que combina naturaleza con construcciones coloniales y una gran oportunidad de conocer a las comunidades kikapoo, que conservan aún sus estructuras ancestrales. Puedes visitar cascadas y conocer el lugar donde nace el río Sabinas, además de refrescarte a la sombra de sus milenarios ahuehuetes.
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Compostela, Nayarit
La parroquia de Santiago de Compostela es un sitio que no puedes perderte cuando visites esta población. En las épocas prehispánicas, este lugar se llamó Coatlán y fue en 1540 que la llamaron Compostela, como parte de la Nueva Galicia. Sus capillas que datan de la época colonial también son imprescindibles.
Aquismón, San Luis Potosí
Si has ido a los sótanos de las golondrinas, seguro pasaste por este poblado de la huasteca potosina. Los lugares que no te puedes perder son su iglesia principal dedicada a San Miguel Arcángel, la estatua a la Madre Huasteca y, por favor, debes probar el zacahuil.
Bustamante, Nuevo León
Bustamante está ubicado a 75 kilómetros de Monterrey y uno de sus grandes atractivos son las grutas que puedes explorar de manera superficial si eres novato, o conseguir un guía para ir más profundo en la tierra. Pero su gran virtud es el pan: debes probar el pan que venden ahí y que, en su mayoría, distribuyen a diversas ciudades.
Guadalupe, Zacatecas
Guadalupe es un municipio que colinda con la capital del estado y que ofrece atracciones culturales de tipo colonial como museos y un santuario que es también la pinacoteca colonial.
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