Barcelona y Madrid aglomeran la mayoría de los turistas que recibe España anualmente. Ávidos por recorrer el Park Güell, conocer el Museo del Prado o caminar por Las Ramblas, no hay duda de que visitar las dos ciudades más cosmopolitas y capitales turísticas de aquel país no es una mala elección.
No obstante, España es un país que provincia tras provincia esconde secretos que sólo pueden ser descubiertos lejos de sus grandes urbes. Tal es el caso de los pueblos medievales, aquellos sitios donde parece que el tiempo se detuvo algunos siglos atrás entre sus callejones sinuosos y empedrados, a los pies de un castillo o rodeados de murallas que te harán sentir en un auténtico viaje en el tiempo. Conoce algunos de los pueblos medievales que debes apuntar en tu lista de destinos cuando viajes a España:
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Peratallada
Un pueblo lleno de encanto y de los más íntegros de toda España, pues en cada una de sus calles aún se respira un aire medieval que se complementa con la afluencia de viajeros los fines de semana y durante el verano, cuando sus callejuelas combinan historia con tradición en un ambiente festivo que te transportará al pasado.
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Albarracín
En lo alto de un imponente peñasco se encuentra Albarracín, un pueblo de poco más de mil habitantes, callejones empedrados y tejados antiguos de un rojizo que te transporta de inmediato a otra tiempo. La mejor época del año para visitarla es el otoño, cuando sus alrededores se pintan de amarillo y rojos intensos que combinan con los edificios medievales, mientras que las visitas al Guadalaviar, las murallas y el Conjunto histórico son paradas obligadas.
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Ronda
Un escenario propio de la fantasía se hace realidad una vez que cruzas el Puente Nuevo en camino hacia el casco antiguo, mientras el Tajo de Ronda, un abismo de más de 100 metros, te da la bienvenida. A pesar de que Ronda ya no es el pequeño pueblo de antaño, aún conserva auténticas reliquias de otras épocas, como los baños árabes, el Palacio de Mondragón y el Museo de la localidad, todo mezclado con una oferta de alojamiento y diversión creciente.
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Pals
Uno de los secretos mejor guardados de Catalunya es Pals, una villa completamente medieval ubicada en la Costa Brava a la que no le falta nada para ser la escapada veraniega perfecta. Camina por sus muros de piedra entre callejones y arcos con enredaderas que datan del siglo IX, baja a la playa, conoce el Barrio Gótico y la Torre del Homenaje: todo en un fin de semana.
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Bárcena Mayor
Un pueblo tranquilo con menos de 100 habitantes en medio del Valle de Cabuérniga, que si bien ya no conserva gran parte de su arquitectura medieval, ha recibido un fuerte impulso gubernamental para atraer turismo a la zona. Con un clima de montaña y rodeado de paisajes naturales, es punto de partida natural para aventuras ecoturísticas como trekking.
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Santillana del Mar
El casco histórico de Santillana del Mar, un complejo que aún conserva su pasado medieval. Además de la Cueva de Altamira, uno de los puntos más famosos de todo el mundo para admirar arte rupestre, cuenta con un Museo de la Tortura durante la Inquisición y a unos cuantos kilómetros las famosas playas de Cantabria.
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