Fiestas lujosas, restaurantes exclusivos y vidas glamorosas, son las pautas de los millonarios, celebridades y royals, quienes a la hora de vacacionar buscan paz y tranquilidad. Portugal con sus paisajes naturales y turismo ecochic lejos de las junglas de concreto, ha atraído las miradas de dicho sector. Pero, ¿qué fascina a tan alto turismo para posicionarlo como el destino perfecto europeo e incluso para considerar a este país luso como un segundo hogar?
Subsecuentemente al primer nombramiento en 2013 como el Mejor Destino Turístico Mundial por World Travel Awards —el más prestigioso programa de premios de la industria turística—, Portugal ha aparecido de manera constante en las nominaciones y premiaciones de éste. 2017 no fue la excepción, pues el país luso obtuvo el reconocimiento Europe’s Leading Destination; además una de sus playas más conocidas, Algarve, consiguió el premio de Europe´s Leading Luxury Lifestyle Resort.
Los nombramientos no son para menos, pues sus hermosos paisajes, la exquisita gastronomía, la mezcla entre arte moderno y clásico, la rica historia y la calidez de su gente vuelven a Portugal un país atractivo. Desde Lisboa, la capital, pasando por las hermosas playas de Albufeira, hasta los acantilados como Boca del Infierno en Cascai, el turismo comercial está en auge.
Este turismo comercial no es suficiente para los millonarios, ya que más que lujos buscan un refugio de los paparazzi. La ciudad de Comporta, situada a una hora de Lisboa, es el destino favorito de celebridades como el diseñador Christian Louboutin, los hijos de Carolina de Mónaco, la actriz italiana Monica Bellucci y la actriz británica Kristin Scott Thomas, según la revista Forbes.
Tanto Comporta y Sintra como la región de Alentejo ofrecen a la elite privacidad, pues en palabras de Louboutin “(encuentran) la tranquilidad para vivir una vida normal; en sus playas y restaurantes (pasan) desapercibidos”. La discreta población local es el factor fundamental para lograr este objetivo. La normalización de los personajes ilustres que caminan entre los lugareños data desde 1866, fecha en la cual el escritor danés Hans Christian Andersen, describió este rincón de Portugal como “un lugar de paz y tranquilidad que desearía comunicar a todos los hombres” tras su visita.
Bajo dicho crecimiento turístico, el pasado gobierno portugués, a cargo de Pedro Passos Coelho, apostó, en pleno rescate financiero, por atraer a millonarios no sólo como turistas, sino como nuevos ciudadanos. La estrategia se centró en las llamadas Golden Visas, las cuales consisten en permisos de residencia en el territorio luso a ciudadanos de países no miembros de la Unión Europea. Este permiso es otorgado por desarrollar una actividad empresarial con una inversión de al menos un millón de euros, o por la adquisición de una propiedad inmobiliaria de al menos 350 mil euros en zonas de rehabilitación urbana y de 500 mil en el resto.
La administración lusa intenta seducir a las grandes fortunas mundiales tanto con el Visado Dorado como con las ventajas fiscales asociadas al anterior. Brasil y China han sido los principales países encantados por las estrategias portuguesas de mejora competitiva. Más la concertación de los esfuerzos gubernamentales se ha visto clara el pasado junio, cuando la icónica reina del pop estadounidense, Madonna, cambió su domicilio a Lisboa. Se rumorea que celebridades como Phil Collins y Ricky Martin planean seguir sus pasos. El turismo de millonarios a Portugal es mucho más que un paseo con retorno, es volver los callejos empinados, los acantilados y las playas un nuevo hogar.
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