Las visitas a los templos es casi algo obligatorio en cualquier viaje por Asia, ya que en ellos es más fácil entender las creencias y las convicciones que mueven la fe de los creyentes.
Uno de los más concurridos en la increíble isla de Sri Lanka es el Sri Dalada Maligawa, mejor conocido como el Templo del Diente de Buda; pero para entender por qué es importante visitarlo, es necesario conocer la historia que envuelve al que podría ser el más famoso del mundo.
Después de que incineraron a Siddhartha Gautama (Buda) en madera de sándalo, algunos de sus discípulos sacaron cuatro de sus dientes, los cuales, a partir de ese momento, fueron peleados por reyes debido al significado que representaba poseerlos. En el siglo IV, uno de ellos cayó en manos del rey de Kalinga, ubicado en el noreste de India, quien se lo regaló a su hija y lo escondió en su peinado hasta que llegó a la isla de Sri Lanka.
Siglos después, Gran Bretaña invadió la isla y los ingleses se apropiaron del diente. Fue hasta 1948 cuando los esrilanqueses se independizaron, y, finalmente, pudieron recuperar la reliquia que aún es venerada por los creyentes del budismo. Se dice que si el diente es destapado algún día, las lluvias no cesarán y Sri Lanka se inundará por completo.
El templo que resguarda el preciado objeto se ubica en la montañosa ciudad de Kandy; es impresionante por su arquitectura del siglo XVII a base de granito, mármol y marfil; sin embargo, es aún más impresionante por el fervor que se puede sentir por parte de los creyentes, quienes pasan horas haciendo largas filas sólo para poder estar unos segundos frente al famoso diente de Buda.
Sólo es posible apreciar una de las distintas capas de oro que cubre al diente, y aun así, las personas se apuntan para visitarlo en alguno de los tres horarios disponibles: por la mañana, a medio día y por la noche. Los adornos de oro, los detalles de plata y las decenas de colmillos de elefante hacen que el lugar te impacte por su majestuosidad, así como por el estruendoso redoble de los tambores que anuncian la exposición del relicario del diente de Buda. Toda esta combinación junto con el olor a incienso convertirán tu visita en una experiencia que jamás olvidarás.
Este diente es también la pieza clave de la procesión anual conocida como “Perahera”; el evento dura 10 días y comienza en la luna llena de agosto; es tan espectacular que la isla recibe a turistas de todo el mundo que buscan presenciarla, sobre todo por el magnífico recorrido de los elefantes que forman parte de la tradición.
El mamífero es el encargado de transportar la reliquia, aunque en realidad muchos investigadores sospechan que por motivos de seguridad de la pieza, el diente verdadero nunca es sacado del templo y lo que circula es una réplica del preciado objeto.
Kandy es una ciudad especial en medio de montañas, perfecta para proteger y conservar la reliquia más sagrada de los budistas. Por esta razón, si planeas viajar a Asia, una de las paradas que debes hacer es al Templo del Diente de Buda, para que puedas ser testigo de la fe con que los budistas veneran uno de los lugares más sagrados de su religión, lleno de lucha, conquista, independencia y tradición.
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