*Este artículo fue publicado anteriormente y ha sido modificado
La reina de Francia María Antonieta murió por la misma vía que su marido, el rey Luis XVI: su cabeza rodó a causa de la guillotina. Ocurrió un 16 de octubre de 1793, tan sólo unos meses después de la muerte del monarca francés. Ese hecho y las circunstancias que rodearon su fallecimiento, han dado a María Antonieta un estatus de leyenda entre historiadores y público en general.
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Fue una mujer de excesos en sus actos y sus pensamientos que no aceptaba que la realeza fuera como cualquier otro mortal: ella se creía elegida por Dios y se daba el lujo de empolvar sus pelucas con harina cuando muchos franceses no tenían siquiera alimento para llevarse a la boca.
¿Por qué María Antonieta fue ejecutada?
Son varias las razones por las que esto ocurrió. En primer lugar se le acusó de conspirar contra Francia y planear intrigas contra el gobierno. Fue acusada de satisfacer caprichos innecesarios tomando dinero del país y así arruinando las finanzas públicas. Por último fue acusada de mantener una relación incestuosa con su hijo Luis Carlos, delfín (aspirante al trono) de Francia. Todo ello le dio una imagen ante su gente de déspota, despilfarradora y cruel. Francia entera exigía su ejecución pública.
Dos días antes de su muerte fue destronada y detenida. El 16 de octubre de 1793, día en que fue ejecutada, abandonó su celda y compareció, con un aspecto triste y demacrado, ante el Tribunal Revolucionario, en La Conciergerie, en París. De ahí fue enviada al cadalso, ante el cual caminó en medio de abucheos y el repudio de su pueblo. Llevaba las manos atadas a la espalda y un rostro pálido y desencajado.
La antes reina, de origen austriaco, tenía apenas 37 años de edad y todo un país en su contra. Los presentes en la plaza de la Revolución -actual plaza de la Concordia, donde nace la avenida de los Campos Elíseos- se mostraban eufóricos ante el inminente desenlace de la reina. Después de que la cabeza de la reina cayó y el verdugo la mostró al público se escuchó un grito lleno de júbilo: “¡Viva la República!”.
La vida de María Antonieta está llena de misterios, contradicciones y quizás demasiada exageraciones. Es cierto que su carácter fue polémico, pero la historia y el mito se han encargado de mostrarla como cruel y vanidosa cuando la realidad no fue tan oscura sobre esta mujer.
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