5 muralistas que retrataron la tristeza de México y deberías conocer

5 muralistas que retrataron la tristeza de México y deberías conocer

5 muralistas que retrataron la tristeza de México y deberías conocer

Tras la Revolución, en México latía una necesidad de cambio, y este sentimiento fue uno de los mensajes del muralismo. Más allá de ser un círculo de pintores e intelectuales, el muralismo fue un momento clave en al arte en México. Desde los temas plasmados hasta los materiales utilizados, el muralismo pretendía resaltar la identidad de los mexicanos, sus raíces indígenas, y despreciando a las clases adineradas y opresoras. Podríamos decir que Diego Rivera era un gran exponente de la belleza natural e histórica de México, mas José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros se atrevieron a mostrar las luchas, las miserias, la opresión y el deseo por una vida digna para todos los mexicanos.

Palacio Nacional, la Escuela Nacional Preparatoria, la Secretaría de Educación Pública y el Palacio de Bellas Artes son algunos de los lugares donde se encuentran los murales de estos grandes exponentes. Sin embargo, Rivera, Siqueiros y Orozco no fueron los únicos en transmitir un mensaje de empoderamiento a la gente de México. Existieron muralistas no menos talentosos, pero sí menos reconocidos, por la historia.

A continuación te presentamos algunos de los muralistas menos conocidos pero igualmente importantes en el arte mexicano:

Olga Costa

Alemana de nacimiento, mexicana por naturalización y de corazón, Olga Costa fue una pintora que rompió con los estereotipos de esa época. Artista autodidacta, Olga Costa es muy conocida no por pintar lo que todos veían, pero plasmar las texturas de México. La aspereza de una roca, las formas de la tierra bajo los pies, la luz del las costas. Olga no seguía las tendencias de sus contemporáneos, las rompía para capturar la verdadera esencia de México.

José Chávez Morado

Esposo de Olga Costa y un hombre considerado tan importante como Rufino Tamayo, José Chávez Morado logró plasmar su fe en el país, sobre todo en el pueblo. Chávez Morado era un pintor comprometido con la sociedad mexicana, en su pintura, los héroes de la Revolución, las luchas y el pueblo son los actores principales y todas sus obras siguen una misma ideología, el arte debe ser público. Sin embargo, no sólo se dedicaba a la pintura; Chávez morado realizó caricaturas, grabados, ilustraciones y escultura monumental en las cuales siempre plasmó la esperanza de un México mejor.

Débora Arango

Mujer colombiana, apasionada por el arte y la filosofía, rebelde por naturaleza, Débora Arango fue una mujer innovadora en el arte. Su arte fue categorizado cómo pornográfico e impúdico, pues en sus pinturas mostraba desnudos de tamaño real, pero su obra iba mucho más allá. en México, Débora estudió a los muralistas y su compromiso con la sociedad, así que para su trabajo decidió utilizar las figuras de obreros marginados, prostitutas y monjas como medio de crítica al pueblo y la política colombiana.

María Izquierdo

La primera mujer en tener una exposición fuera de México, María Izquierdo tomó una decisión importante en el curso de su obra: no mostrar un sentido nacionalista, pero un sentido existencial, algo más cercano a las emociones del espectador. Adicionalmente, su pintura tomaba la figura de la mujer para expresar todas sus inquietudes sobre la vida como la soledad, la tristeza y las diversas crisis que una persona presenta a lo largo de su vida.

Manuel Rodríguez Lozano

Si bien Manuel Rodríguez Lozano siempre se caracterizó por su habilidad en la pintura y el dibujo, también es cierto que su obra es libre, popular, dura y fuerte. Un hombre familiarizado con la indiferencia de la sociedad y firme en sus convicciones, pues a pesar de ser invitado a formar parte del movimiento muralista, se negó, pues decía que: “la política en el arte es no hacer política”.

Un hombre con un arte incorruptible y fiel a sus creencias, Manuel Rodríguez Lozano pintaba algo más que al pueblo, pintaba la desesperación e indiferencia latente en el México postrevolucionario.

El muralismo, movimiento artístico mexicano con fines educativos que ocurrió a principios del siglo XX, fue esencial para unificar a un país que estaba recuperándose de una revolución y aunque es comúnmente considerado como una corriente artística, también se le puede considerar como un movimiento político y social.

Salir de la versión móvil