10 artistas del collage que disfrutan el lado salvaje de lo femenino

10 artistas del collage que disfrutan el lado salvaje de lo femenino

10 artistas del collage que disfrutan el lado salvaje de lo femenino

Cuando ni los pinceles ni las pinturas son suficientes, es momento de buscar nuevas vías para expresar una idea, un sentimiento o retratar la libertad de un cuerpo desnudo. Acostumbrados a la idea esnobista de que todo arte debe tener como principio un espacio en blanco, muchas personas se han encerrado en una especie de esfera que les impide ver el potencial estético de casi todo lo que nos rodea; desde un paisaje que enrojece el pasto mientras el sol de la tarde esparce sus últimos rayos, hasta el absurdo que encierra el catálogo de alguna tienda departamental, absolutamente todo guarda dentro de sí una obra de arte en potencia.

La aparición del Dadaísmo en 1916 nos dejó claro que el arte se escondía en cosas tan simples como el balbuceo de un bebé y que una idea rigurosamente ejecutada era siempre un concepto forjado en el que la etiqueta de “obra de arte” sólo embonaba para no tirar por el retrete el esfuerzo de un artista que sacrificó noches enteras en pos de la catarsis. A partir de este conjunto de ideas concretas, así como la creación de trabajos cada vez más sencillos y directos nació el collage, un estilo que a través de extractos de la realidad representa abstracciones mentales que a veces parecen ser más directas que la palabra misma.

Quienes deciden adoptar esta estética para representar sus ideas deben ser cuidadosos con los elementos que eligen para estructurarlas y es que, al ser fragmentos de otra realidad, las interpretaciones podrían ir hacia un lado equivocado. Sin embargo, cuando el cuerpo es el protagonista de estas imágenes, sólo se puede pensar en fuerza y sensualidad aplicadas a diferentes momentos de nuestra cotidianidad. Es por ello que estas artistas han dedicado sus trabajos a explorar las múltiples posibilidades de cuerpo a través de sus collages, en los cuales, más allá de la sensualidad, también aparece retratada esa fuerza y bravura de una figura que se revela ante la presión social y las absurdas exigencias de la gente; todo en favor de una expresión, ahora sí, cada vez más libre.

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Paula do Prado

Las irreverentes máscaras y siluetas que esta artista nacida en Montevideo, Uruguay, develan siempre dos identidades en un solo cuerpo. Por un lado está aquella que cada quien se hace de sí misma; por el otro, la personalidad que todo individuo dentro de una sociedad puede formarse a partir de los otros. Este último aspecto es representado por todos los materiales reciclados que la artista emplea para realizar sus trabajos, cuyo protagonista es sin duda alguna el cuerpo y su autenticidad.


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Eugenia Loli

El ingenio de esta artista la ha llevado a crear mundos paralelos en los que el cuerpo y la feminidad son parte esencial del arte. Relacionando su iconografía con la vida misma, el trabajo de Loli representa todas y cada una de las formas que toma el cuerpo femenino, tanto en realidades alternas como en la nuestra donde, más allá del placer, la figura de la mujer implica un carácter creador en toda la extensión de la palabra.


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Kara Walker

Los collages de esta artista han herido demasiadas sensibilidades alrededor de mundo por denunciar el racismo y las injusticias que se han cometido en nombre de esa supuesta supremacía que los colonizadores ingleses y el mismo Ku Klux Klan aseguran tener frente a las personas de color. Desde siluetas negras dispuestas sobre un fondo blanco, hasta fotografías familiares sobre puestas en grabados del siglo XIX justo cuando la esclavitud era aún un negocio rentable. Sin embargo, el trabajo de Kara propone una liberación en todos los sentidos a través de estas reflexiones gráficas.


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Martha Rosler

Gracias a su carácter transgresor y altamente propositivo, el collage es una de las formas artísticas más socorridas para aquellos que buscan denunciar una realidad que duele. En el caso de Martha Rosler, la guerra es el objetivo a vencer, para ello se vale de imágenes completamente contrarias. Como fondo pone escenas bélicas ─muertos y campos de batalla─ a los que enfrenta con imágenes de modelos de revista vistiendo ropa elegante. De esta manera representa los estándares de belleza impuestos por la sociedad y la forma en que inevitablemente representan una fantasía que nos distrae de todo lo que ocurre a nuestro alrededor.


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Hannah Hoch

Para más de una persona, ella es la pionera del collage femenino. En cada uno de sus trabajos utiliza cuerpos deconstruidos para burlarse de las estéticas burguesas y elitistas que exigen una expresión artística perfecta o al menos armónica en la que la simetría sea el factor principal. Sin embargo, si nos detenemos a pensar un poco, el cuerpo humano está muy lejos de cumplir con todas esas exigencias, es por ello que a partir de sus cuadros, Hoch se ha dedicado a crear una “mujer nueva” que va en contra de toda convención.

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Wangechi Mutu

Al igual que Kara Walker, esta artista keniana utiliza el collage como una forma de luchar en contra de la colonialización. Sin embargo, Mutu, al formar parte de un movimiento conocido como femmage ─ensamble de las palabras /feminine/ y /collage/─, mismo que a pesar de ser acuñado desde los setenta, no todas las artistas dentro de esta disciplina se sienten identificadas con éste. Además de ahondar en cuestiones de género, las figuras que la autora plasma en sus cuadros se revelan en contra de esa hipersexualización de la mujer negra en la sociedad occidental.


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Anita Steckel

Ante una sociedad que disfruta del sexo pero censura los cuerpos desnudos, esta artista aprovechó la liberación sexual de principios de los sesenta para divertirse denunciando esa hipocresía burguesa. La disposición de cuerpos gigantes invadiendo los grandes centros urbanos de Estados Unidos es una declaración más que obvia en contra de la moral torcida de la población norteamericana. Anita se mofa de su mojigatería, pero al mismo tiempo los invita a dejarse llevar por el placer de la desnudez.

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Suzanne Wright

Para esta artista la feminidad es una entidad capaz de, literalmente, conducirnos a las estrellas. A través de cohetes, piernas y otros elementos tecnológicos, Wright nos propone un viaje por el Universo a través de los sentidos, el placer y todas las sensaciones que aparecen en cuanto la desnudez se hace presente.


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Barbara Kruger

Lo que más amamos de esta artista es que hizo del collage una de las expresiones artísticas más directas que existen. Sus imágenes, a pesar de estar repletas de statements, continúan alojando una infinidad de significados que van apareciendo conforme los espectadores se enfrentan a ellas. En 2016, Kruger intervino las inmediaciones de la estación del metro Bellas artes, con frases como «en la violencia olvidamos quiénes somos» o «guerra por la paz», la artista invitó a los transeúntes a reflexionar sobre los tiempos violentos en los que nos desenvolvemos diariamente.


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Nichole Washington

Los collages de esta artista de Minnesota expresan poder y fuerza a través de colores vivos y frases breves, mas no simples, que expresan la el poder ancestral que se esconde dentro de cada cuerpo. Las mujeres que aparecen en sus imágenes sostienen una mirada retadora, fuerte y necesariamente fija que incluso llega a intimidar a algún desprevenido que se encuentre con estos cuadros de manera aleatoria. Sin embargo, siempre se agradece que el arte pueda ser apreciado de una manera tan directa.


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Aunque el cuerpo por sí mismo ofrece ya la posibilidad de mostrar su fuerza sin necesidad de intermediarios, debemos de aceptar que el hecho de que ésta pueda aparecer retratada de forma artística es siempre una buena noticia y es que si consideramos que hoy ni siquiera el arte se salva de la monotonía, explorarla en todas sus formas nos podría ayudar a salvarla de la terrible rutina que amenaza con destruirla incluso a ella, que siempre ha luchado por liberarnos de sus sombra.

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