Las manos. Ese instrumento esencial y necesario que a veces damos por sentado. Nos sirven para amar, para trabajar, para ayudar. Conectadas con el cerebro, pueden ser nuestra arma más poderosa. Desde hacer con ellas un gesto amable, recorrer el cuerpo de un amante, hasta una presentación confidente y segura que se sella con un buen apretón de manos, éstas nos delatan. Unas manos suaves y cuidadas hablan de trabajos más bien intelectuales, no de trabajos físicos. Unas manos agrietadas y duras son símbolo de quien ha hecho de ellas por años un instrumento de trabajo.
Si alguien nos pone nerviosos, éstas tiemblan, o sudan. Dicen también que en nuestras manos se puede leer nuestro destino, nuestro futuro. “Esta línea simboliza una vida larga y próspera, esta otra los hijos que tendrás”. Ya es cuestión de personalidad y creencias tomar al pie de la letra estas explicaciones o reírse de la imposibilidad de conocer verdades tan certeras con una simple marca de la vida. Jugando con esta idea, nació la siguiente serie, que en vez de rendirle tributo a las manos, las muestra como extremidades que en vez de servir de ayuda, limitan.
En esta serie, una colaboración que hacen posible el fotógrafo belga Jeffrey Vanhoutte y el artista Babak Hosseiny, las manos ya no son manos: se vuelven representación de las limitaciones, de los obstáculos o deseos del individuo. Son decoración, detalle, pero no artefacto.
Las imágenes son siniestras. Estos híbridos surrealistas con situaciones imposibles nos recuerdan a alienígenas, algo sacado de una película de terror. Son imágenes que recurren a la ansiedad, que imposibilitan a estos individuos deformados quienes parecen estar perfectamente adaptados a su situación. Las manos ya no son manos. Ya no tienen esa función primaria, ahora se asoman por la boca, por alrededor de los ojos, aparecen detrás del cuello. A veces limitan, otras son pura extensión, pero sin función lógica aparente, como un lunar simplemente está ahí, en la piel, sin sentido.El hiperrealismo de estas imágenes, logradas con maquillaje, retoques, y ediciones digitales, hace que sean todavía más transgresoras, pues nos hacen despertar ante un nuevo escenario nunca antes imaginado; nos muestran a las manos como nunca antes las habíamos visto, en lugares que nunca las esperaríamos.
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Imágenes de: Design Boom
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