También desde el espacio se ha escrito una parte importante de la historia de nuestro planeta y su civilización. No sólo el primer alunizaje pasó a ser considerado como uno de los grandes hitos de la humanidad, sino también la instantánea que fue tomada el 18 de septiembre de 1977 por la sonda Voyager 1: la primera fotografía que mostraba a la Tierra y la Luna juntas y enteras.
Apenas iban trece días desde que la sonda despegara de Cabo Cañaveral, Florida, cuando esta imagen fue captada y le dio la vuelta al planeta. En ella se mostraba la inmensidad del espacio, el lugar de nuestro planeta en el vasto Sistema Solar y su satélite natural pegada a ella como dos partes indisolubles. La fotografía fue tomada a una distancia de cerca de 11,7 millones de kilómetros.
La imagen muestra el este del continente de Asia, el Océano Pacífico occidental y una parte y un pequeña parte del Ártico. En el caso de la Luna su brillo fue retocado para que luciera más, ya que el brillo del atierra es mucho más intenso que el de su satélite natural. en el momento en que Voyager 1 tomó la imagen se hallaba directamente sobre el Monte Everest (en el costado nocturno del planeta a 25 grados de latitud norte).
Voyager 1
Voyager 1 estaba en el espacio para completar una importante misión que exploraría los planetas exteriores del Sistema Solar (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) y algunas de sus lunas. La sonda captó vitales fotografías que servirían para saber qué había en los confines del espacio e incluso llegó a los límites de nuestro sistema planetario.
A partir de aquel lejano año de 1977 la sonda Voyager 1 surca de manera solitaria el espacio interestelar, devorando kilómetros y kilómetros de trayecto que para el tamaño del universo apenas es un trayecto insignificante. Es el objeto salido de nuestro planeta que ha alcanzado las distancias más alejadas.
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