Las enfermedades mentales de Van Gogh y cómo se reflejaron en sus cartas

Las enfermedades mentales de Van Gogh y cómo se reflejaron en sus cartas

Las enfermedades mentales de Van Gogh y cómo se reflejaron en sus cartas

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Vincent van Gogh revolucionó la historia del arte con su particular forma de entender el mundo y plasmarlo en sus lienzos. El pintor vivió una vida difícil y tormentosa, tuvo muchos problemas familiares y económicos durante toda su vida, mucho se ha hablado acerca de los posibles trastornos que vivió y que no fueron diagnosticados o tratados debidamente, lo más probable es que estos mismos problemas hayan afectado para bien (o para mal) su propio talento.

Van Gogh luchaba contra sus propios demonios internos: frecuentes episodios de depresión, ansiedad paralizante y, según algunos relatos, los síntomas del trastorno bipolar, que eventualmente le cobraría la vida en 1890, poco después de cumplir 37 años. Se cree que Van Gogh hubiera tenido la capacidad para superar esta depresión con ayuda de las terapias y medicamentos adecuados. Él mismo lo escribió así en una de sus últimas cartas:

«Si hubiera podido trabajar sin esta maldita enfermedad, qué cosas podría haber hecho».


Foto: Vicent van Gogh, Autorretrato con oreja vendada , 1889, Artnet
Más de 100 años después de su muerte, los profesionales médicos están de acuerdo en que Vincent van Gogh sufría de psicosis, pero aún no están seguros de por qué, así lo comentó Louis van Tilborgh, profesor de historia del arte de la Universidad de Ámsterdam, al New York Times: «Es difícil hacer un diagnóstico, por lo que el progreso real que hemos logrado es que los especialistas en el campo están hablando de ello, y nunca lo habían hecho antes».

Eso se debe a que hay una serie de posibles causas que llevaron a Van Gogh a cortarse la oreja en 1888 y a suicidarse dos años después. Entre las teorías planteadas a lo largo de los años se encuentran el trastorno bipolar, la epilepsia del lóbulo temporal, el trastorno límite de la personalidad, la psicosis cicloide y la esquizofrenia.

Los estudios que determinaron estos diagnósticos se basaron en las numerosas cartas, información histórica del arte y evidencia médica de Van Gogh, los resultados se compartieron en la conferencia en el marco de la exposición “Van Gogh, al borde de la locura” en el Museo Van Gogh. La conferencia de 30 expertos médicos internacionales dio a conocer sus hallazgos. Y no le caerán bien a nadie que crea que el pintor es un caso extraordinario de las enfermedades mentales. Según los informes, los expertos descartaron la esquizofrenia porque Van Gogh padecía breves episodios psicóticos, sobre los que reflexionaba posteriormente en sus cartas.


Foto: Vincent van Gogh, Sorrowind old man, 1890, Wikimedia Commons

Las cartas de Van Gogh

El relato más directo y honesto de Van Gogh sobre su confusión psicoemocional proviene de las cartas a su hermano Theo. En una de las primeras cartas, Van Gogh expresó una aspiración que siguió siendo significativa para él durante toda su vida: «Mantengamos el valor y tratemos de ser pacientes y amables. Y no importa ser excéntrico, y hacer una distinción entre el bien y el mal». Este es un pensamiento agridulce en retrospectiva, dada la autocompasión que implica por ser excéntrico. Años más tarde, esa misma excentricidad sería interpretada como una locura por sus vecinos, quienes lo desalojarían de su casa y lo llevarían a ingresar en un manicomio.

Cuando sus episodios de depresión se apoderaron de él, fueron implacables. Pero detrás de su profunda desesperación había un sutil optimismo que lo arrastra y le permite seguir pintando a pesar de la angustia mental: 

«Esta es mi ambición, que se basa menos en la ira que en el amor, más en la serenidad que en la pasión. Es cierto que a menudo me encuentro en la mayor miseria, pero todavía hay dentro de mí una armonía y una música serena y pura. En las chozas más pobres, en el rincón más sucio, veo dibujos e imágenes. Y con una fuerza irresistible mi mente se dirige hacia estas cosas. Créeme que a veces me río a carcajadas porque la gente sospecha de mí por todo tipo de malignidades y absurdos, de los que ni un pelo de mi cabeza es culpable – yo, que en realidad no soy nadie más que un amigo de la naturaleza, del estudio, del trabajo y especialmente de personas». 


Fotos: Academia Play

Y, sin embargo, Van Gogh finalmente vio sus luchas psicológicas no como algo que negar, sino como su verdad artística, como una parte vital de su experiencia honesta, que es la base necesaria del gran arte:

«¿Sabes que es muy, muy necesario que la gente honesta permanezca en el arte? Casi nadie sabe que el secreto de un trabajo bello reside en gran medida en la verdad y el sentimiento sincero».

Sin embargo, los expertos no han podido precisar la causa subyacente de la enfermedad de Van Gogh, que llevó a varias estadías prolongadas en hospitales psiquiátricos en sus últimos años. No hay duda que su visión y pesar fueron trasladados a su manera de interpretar su propia realidad, afortunadamente existe un legado escrito y pictórico de Vincent van Gogh.


Foto: Vincent van Gogh, La noche estrellada, 1889

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