Famosos libros escritos bajo el efecto de las drogas

Famosos libros escritos bajo el efecto de las drogas

Famosos libros escritos bajo el efecto de las drogas

La creación literaria es para unos una actividad difícil, mientras que otros sólo la consideran una pérdida de tiempo. Sin embargo, la redacción de un texto puede ser una tarea tormentosa, increíblemente difícil que pide atención por parte del autor para exponer diversos temas u opiniones. El autor busca plasmar en tinta diversos temas para atrapar al lector. Pero, hay escritores que se han válido de sustancias como las drogas para enriquecer su texto e incluso han creado magníficas obras de arte gracias a estas sustancias.

Artistas como Charles Baudelaire han generado grandes obras debido al uso frecuente de drogas. Baudelaire era miembro honorario de la orden de los Asesinos (hassasin) quienes fumaban hachís. Thomas de Quincy exploró su vida con el opio en su obra Confessions of an English opium eater, Carlos Castaneda narró sus viajes místicos con el peyote en sus obras sobre Don Juan y muchos otros artistas como los que se mencionan a continuación han redactado sus trabajos bajo la influencia de las sustancias que alteran la mente, la percepción y el cuerpo.

Poesía – Li Po (701 – 762)

Rodeado de flores, ante un jarro de vino,

Libo solo, sin compañera.

Alzo la copa y convido a la luna.

Ella, mi sombre y yo, venimos a ser tres amigos.

Aunque la luna no puede beber,

Y mi sombra en vano sigue a mi persona,

Las tomo por transitorias compañías.

¡Divirtamonos, amigas, antes de que pase la primavera!

Canto, mientras la luna pasea.

Bailo, mientras mi sombra vacila.

Antes de mi embriaguez nos entretenemos juntos.

Y cuando estoy estoy ebrio, se deshace nuestra compañía.

¡Oh, luna! Serás mi inmortal amiga,

nos veremos a menudo, a través de la Vía Lactea

El poeta clásico chino de mayor importancia en su país junto a Tu fu. Su poesía no dejaba de lado la embriaguez que caracterizaba al poeta, pues él defendía la bebida gracias a su poder para unir personas.

Kubla Khan – Taylor Coleridge (1816)

Quizá la historia de la creación de este poema sea la visión perfecta del artista bohemio del romanticismo. No sólo porque Coledridge hizo del opio la principal fuente de inspiración de este poema, pues fue concebido después de un sueño que tuvo mientras consumía esta sustancia, sino porque Kubla Khan es considerado uno de los primeros poemas románticos que existen. El opio llevó al poeta a imaginar las lejanas tierras de Xanadú y al Kan del imperio mongol llamado Kubla Khan.

La Nausea – Jean Paul Sartre (1938)

Uno de los pensadores más importantes del siglo XX, exponente de temas como el nihilismo y el existencialismo. Este premio Nobel de la paz mantenía una estrecha relación con las anfetaminas y la mezcalina. Las primeras para poder redactar sus textos y la segunda para relajarse y dormir. Al parecer la mezcalina tuvo mucho que ver con la creación de una de sus obras más famosas llamada La nausea, en la que lo cotidiano y lo absurdo se mezclan para dar paso a una de las filosofías más famosas de los últimos años.

On the Road – Jack Kerouac (1957)

La magia de On the road es fácil de identificar en el texto sin trabajo de edición que salió hace pocos años. Kerouac era un ávido escritor que buscaba nuevas formas de expresión por lo que empleó la técnica de la escritura automática. Básicamente el escritor debía dejarse llevar por sus impulsos y escribir lo que fuera que sus sentimientos le obligaran a teclear en el momento. Pero una gran ayuda para el escritor que fue descrito por Truman Capote como un simple mecanógrafo fue la bencedrina. A partir de esta droga, Kerouac, quien se encontraba en los campos de la meditación oriental por aquellos años, comenzó una frenética sesión de escritura en la que para evitar perder tiempo cambiando de hojas en su máquina de escribir, creó un rollo gigante pegando las hojas por lo que pudo completar su más importante novela y su legado cultural en tan sólo tres semanas.

Naked Lunch – William Burroughs (1959)

La vida de Burroughs estuvo llena de excesos, lo que lo llevó a tener tantos problemas como sus libros autobiográficos lo demuestran. En Junkie habla de la gran cantidad de heroína y alcohol que un humano está dispuesto a soportar, pero en su obra cumbre, uno de los textos más confusos del siglo XX y una obra maestra que muestra la locura que la posguerra trajo consigo, fue The Naked Lunch. Éste es una mezcla de géneros literarios y filosofías personales que Burroughs escribió bajo diversas drogas.

One flew over the cuckoo’s nest – Ken Kesey (1962)

No sólo fue conejillo de indias para el gobierno estadounidense, Kesey también fue uno de los más grandes promotores del LSD en los años sesenta. Estos hechos están estrechamente relacionados porque justamente fue esta droga la que servía para experimentar con él en sus años con el gobierno. Después de dejar los experimentos pero con la mente liberada, Kesey escribió este libro que aboga por la desinstitucionalización de los psiquiátricos en Estados Unidos, mismo que fue escrito bajo la musa de Kesey, el LSD.

Dr. Jekyll and Mr. Hyde – Robert Louis Stevenson (1886)

Uno de los clásicos de la literatura inglesa fue escrito gracias a la ayuda de una de las sustancias más condenadas hoy: la cocaína. Según el hijo de Stevenson, en tan sólo seis días la cocaína fue capaz de hacer que su padre escribiera esta obra maestra del horror de una época; un tratado psicológico hecho novela e incluso mejoró en gran parte su estado de ánimo.

Cujo – Stephen King (1981)

Un escritor no puede producir tantas historias en tanto tiempo como lo hace King sin ayuda externa, o por lo menos eso parecía hasta que dejó las drogas definitivamente. Pero durante una época en la que el autor no paraba de ingerir drogas y alcohol, escribió uno de sus primeros clásicos: Cujo. Mientras unos dicen que King recuerda poco sobre el proceso de escritura del libro, otros afirman que en verdad lo entristece no recordar nada sobre Cujo debido a la etapa autodestructiva que vivía a principios de los años ochenta.

Fear and Loathing in Las Vegas – Hunter S. Thompson (1971)

Quizá más conocida por su adaptación cinematográfica, esta novela fue escrita bajo la influencia de muchas de las drogas que describe en su libro, pues la novela fue escrita con muy poco tiempo de diferencia entre los eventos autobiográficos del libro y el artículo que escribió mientras estaba en Las Vegas.

Under the Volcano – Malcolm Lowry (1947)

Este libro ambientado en Cuernavaca durante el día de muertos, no sólo está repleta de situaciones generadas a partir de la ingesta de alcohol, sino que también fue escrita de la misma forma. Mientras Lowry se encontraba en México en una espiral de adicción y destrucción, comenzó a realizar esta novela no sin antes ingerir cantidades industriales de licor.

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