8 poemas de Walt Whitman para impedir que la vida pase sin vivirla

8 poemas de Walt Whitman para impedir que la vida pase sin vivirla

8 poemas de Walt Whitman para impedir que la vida pase sin vivirla

Whitman es, por antonomasia, el poeta del Yo; es también el artista que hizo filosofía y política –quizá sin saberlo– del Nosotros; es el creador inconformista que nos dio expresión a quienes no teníamos fuerza en la voz. Sus poemas son obras que llaman a la libertad, lo íntimo, los erótico, lo pasional y lo sereno; son caricias de bienestar e incierta permanencia de los cuerpos. Whitman es poeta y humanista de la dualidad, del binomio que involucra ser humano; en sus versos se hallan entonces dípticos literarios tan grandes como hombre y Dios, inmortalidad y finitud, milagro y naturaleza, cielo y tierra, alegría y tristeza, sueño y realidad, onírico y terrenal, inmanencia y trascendentalidad.

Walt Whitman fue el gran poeta de la democracia; asimismo, mi Walt –porque nunca pararé de nombrarle así– fue el artista de la naturaleza, del deísmo, de la sexualidad disidente y del vitalismo irredento. En Hojas de hierba, por ejemplo, se advierte su incomparable relevancia como señor de las letras a partir de palabras tanto místicas como analíticas, y que toman segura distancia del mundo para reflexionar en torno, sin que esto le aliene de él para pensar en la terrenalidad.

Los poemas de Whitman crean universo y le hilan con la materia. Sus poemas desprenden fraternidad, autonomía, solidaridad, pero sobre todo, agallas de seguir adelante, fuerzas para no dejarse caer. Así, cinco poemas para crecer libre y con un corazón dispuesto a no dejar que la vida nos pase sin que la vivamos:

“Una hoja de hierba”

Creo que una hoja de hierba, no es menos

que el día de trabajo de las estrellas,

y que una hormiga es perfecta,

y un grano de arena,

y el huevo del régulo,

son igualmente perfectos,

y que la rana es una obra maestra,

digna de los señalados,

y que la zarzamora podría adornar,

los salones del paraíso,

y que la articulación más pequeña de mi mano,

avergüenza a las máquinas,

y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,

supera todas las estatuas,

y que un ratón es milagro suficiente,

como para hacer dudar,

a seis trillones de infieles.

Descubro que en mí,

se incorporaron, el gneis y el carbón,

el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.

Que estoy estucado totalmente

con los cuadrúpedos y los pájaros,

que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos

y que puedo hacerlo volver atrás,

y hacia mí, cuando quiera.

Es vano acelerar la vergüenza,

es vano que las plutónicas rocas,

me envíen su calor al acercarme,

es vano que el mastodonte se retrase,

y se oculte detrás del polvo de sus huesos,

es vano que se alejen los objetos muchas leguas

y asuman formas multitudinales,

es vano que el océano esculpa calaveras

y se oculten en ellas los monstruos marinos,

es vano que el aguilucho

use de morada el cielo,

es vano que la serpiente se deslice

entre lianas y troncos,

es vano que el reno huya

refugiándose en lo recóndito del bosque,

es vano que las morsas se dirijan al norte

al Labrador.

Yo les sigo velozmente, yo asciendo hasta el nido

en la fisura del peñasco.

“Cosmos”

Quién contiene a la diversidad y es la Naturaleza

quién es la amplitud de la tierra y la rudeza y sexualidad de la tierra

y la gran caridad de la tierra, y también el equilibrio

quién no ha dirigido en vano su mirada por las ventanas de los ojos

o cuyo cerebro no ha dado en vano audiencia a sus mensajeros

quién contiene a los creyentes y a los incrédulos

quién es el amante más majestuoso

quién, hombre o mujer, posee debidamente su trinidad de realismo

de espiritualidad y de lo estético o intelectual

quién después de haber considerado su cuerpo

encuentra que todos sus órganos y sus partes son buenos

quién, hombre o mujer, con la teoría de la tierra y de su cuerpo

comprende por sutiles analogías todas las otras teorías

la teoría de una ciudad, de un poema

y de la vasta política de los Estados

quién cree no sólo en nuestro globo con su sol y su luna

sino en los otros globos con sus soles y sus lunas

quién, hombre o mujer, al construir su casa

no para un día sino para la eternidad

ve a las razas, épocas, efemérides, generaciones.

El pasado, el futuro, morar allí, como el espacio

indisolublemente juntos.

“Una araña paciente y silenciosa”

Una araña paciente y silenciosa,

vi en el pequeño promontorio en que

sola se hallaba,

vi cómo para explorar el vasto

espacio vacío circundante,

lanzaba, uno tras otro, filamentos,

filamentos, filamentos de sí misma.

Y tú, alma mía, allí donde te encuentras,

circundada, apartada,

en inmensurables océanos de espacio,

meditando, aventurándote, arrojándote,

buscando sin cesar las esferas

para conectarlas,

hasta que se tienda el puente que precisas,

hasta que el ancla dúctil quede asida,

hasta que la telaraña que tú emites

prenda en algún sitio, oh alma mía.

“¡Oh yo, vida!”

¡Oh yo, vida! Todas estas cuestiones me asaltan,

Del desfile interminable de los desleales,

De ciudades llenas de necios,

De mí mismo, que me reprocho siempre, pues,

¿Quién es más necio que yo, ni más desleal?

De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos

Despreciables, de la lucha siempre renovada,

De los malos resultados de todo, de las multitudes

Afanosas y sórdidas que me rodean,

De los años vacíos e inútiles de los demás,

Yo entrelazado con los demás,

La pregunta, ¡oh, mi yo!, la triste pregunta que

Vuelve: “¿Qué hay de bueno en todo esto?”

Y la respuesta:

“Que estás aquí, que existen la vida y la identidad,

Que prosigue el poderoso drama y que quizá

Tú contribuyes a él con tu rima”.

“Mira el mar infinito”

Mira el mar infinito.

Sobre su pecho sale a navegar un navío

Que despliega sus velas, incluidas las de gavia.

Su pendón ondea en lo alto mientras aumenta

Su velocidad de manera majestuosa.

Debajo, las olas rivalizan,

Rodean al barco, apiñándose,

Con brillantes movimientos circulares y espuma.

“Me celebro y me canto a mí mismo”

Me celebro y me canto a mí mismo.

Y lo que yo asuma tú también habrás de asumir,

Pues cada átomo mío es también tuyo.

Vago al azar e invito a vagar a mi alma.

Vago y me tumbo sobre la tierra,

Para contemplar un tallo de hierba.

Mi lengua, cada molécula de mi sangre formada por esta tierra y este aire.

Nacido aquí de padres cuyos padres nacieron aquí y

Cuyos padres también aquí nacieron.

A los treinta y siete años de edad, gozando de perfecta salud,

Comienzo y espero no detenerme hasta morir.

Que se callen los credos y las escuelas,

Que retrocedan un momento, conscientes de lo que son y

Sin olvidarlo nunca.

Me brindo al bien y al mal, me permito hablar hasta correr peligro.

Naturaleza sin freno, original energía.

“Con estrépitos de músicas vengo”

Con estrépitos de músicas vengo,

con cornetas y tambores.

Mis marchas no suenan sólo para los victoriosos,

sino para los derrotados y los muertos también.

Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.

Pues yo digo que es tan glorioso perderla.

¡Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan!

¡Hurra por los muertos!

Dejadme soplar en las trompas, recio y alegre, por ellos.

¡Hurra por los que cayeron,

por los barcos que se hundieron en la mar,

y por los que perecieron ahogados!

¡Hurra por los generales que perdieron el combate y por todos los héroes

vencidos!

Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes mas

grandes de la Historia.

“No te detengas”

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,

sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,

que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías

sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.

Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y oasis.

Nos derriba, nos lastima,

nos enseña,

nos convierte en protagonistas

de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra,

la poderosa obra continúa:

Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar,

porque en sueños es libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores:

el silencio.

La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes.

Huye.

“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,

dice el poeta.

Valora la belleza de las cosas simples.

Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,

pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.

Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca

tener la vida por delante.

Vívela intensamente,

sin mediocridad.

Piensa que en ti está el futuro

y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte.

Las experiencias de quienes nos precedieron

de nuestros “poetas muertos”,

te ayudan a caminar por la vida

La sociedad de hoy somos nosotros:

Los “poetas vivos”.

No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …

Él es el poeta más influyente de las letras estadounidenses. Él fue el segundo de nueve hijos cuáqueros. Él costeó los 795 ejemplares de Hojas de hierba. Durante la Guerra de Secesión, él ejerció voluntariamente la enfermería en Washington. Él fue el artista gay que lo inició todo. Él es el escritor a quien debemos admirar para entender de qué va este camino.

*

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