Los clásicos “contaminados” por el pincel de Braun Vega

Herman Braun Vega es un artista peruano quien se inspira en el collage, los recortes de revistas y la técnica libre de la pintura para diseñar fusiones entre las formas clásicas del arte renacentista y barroco, conviviendo con las rupturas vanguardistas de la modernidad. Se ha posicionado como uno de los artistas latinoamericanos más importantes del siglo XX y de la primera década del XXI por la libertad con la que ejerce la expresión artística, mientras cita referencias de la Historia del Arte en una mezcla de humor y denuncia social.

Su pensamiento artístico se inspira en dos pintores, en apariencia completamente diferentes: Pablo Picasso y Diego Velázquez. En Velázquez, Braun Vega descubrió la elegancia de la pintura, pero también el desafío a la percepción del espectador, mientras que de la obra de Picasso le sorprende la irreverencia del cubismo por arriesgarse a presentar nuevas perspectivas para apreciar la vida y el arte mismo.

En la esfera de la crítica artística han descrito su obra como una serie de lienzos “contaminados” por recrear situaciones y convertirlas en un collage de atmósferas y épocas diferentes lo que elimina la pureza de la composición original. Sus lienzos son conjuntos pictóricos, convertidos en ensayos sobre la historia de la pintura con notas al pie de la página para citar diversas épocas y miradas que se reencuentran en un universo pictórico nuevo.

Braun Vega se apropia de las obras para reinterpretarlas, argumentando que esa es la esencia de toda pintura y de cualquier creación que pretenda ser arte. En 1968 visitó el Museo de Picasso en Barcelona y su encuentro cara a cara con la serie sobre “Las Meninas”, creada por el mítico pintor español, fue un choque para su concepción y papel de artista en el mundo. Se dio cuenta de que Picasso había escogido la obra más famosa de Velázquez y sobre su concepto caduco había creado algo diferente, su propia y revolucionaria obra. En ese momento Braun Vega entendió que durante toda su carrera, un artista está en la búsqueda de hacer “El cuadro” que cambiará todo, que será la culminación y a la vez un principio, porque cada cuadro es por sí mismo un ciclo de vida. Pero el artista peruano considera que ningún creador debe encerrarse en una búsqueda personal sin tener consciencia de toda la Historia del Arte, del pasado y los personajes responsables de que en la actualidad las nuevas generaciones de artistas se encuentren frente a un lienzo en blanco con la libertad total para experimentar y cruzar las barreras de la realidad.

Le han apodado “el pintor de la pintura” por sus referencias a Rembrandt, Goya, Manet, Cézanne, Monet, Ingres, Matisse, Gauguin entre muchos artistas en quienes ha encontrado la fuerza del discurso político e histórico como la poderosa obra de Goya, el afán por explorar nuevos caminos pictóricos como el impresionismo de Monet y el posimpresionismo de Cézanne y el retrato de lo exótico que resulta al indagar en la diversidad de culturas como lo descubrió el viajero Paul Gauguin.

La obra de Vega es también un esfuerzo por evidenciar el absolutismo pictórico que sólo ha admitido discursos occidentales en las salas de museo que homenajean a los grandes clásicos del arte. En los cuadros del artista peruano se expone un mestizaje cultural donde lo imposible se transforma con el toque de sus pinceles que le dan un lugar a las minorías en las obras, para dejar de ser una presencia excluida por las barreras étnicas.

El filósofo Zygmunt Bauman ha descrito el trabajo de Herman Braun Vega como parte del “arte líquido”, caracterizado por una época que fluye entre contradicciones políticas y cotidianas, mientras vive con la consciencia de lo efímero y del desecho, pues toda su actividad se mide en relación al consumo y al espectáculo. Pero la obra de Braun Vega pierde la temporalidad, se renueva, se convierte en una revolución que otorga un nuevo aliento de vida a los cuadros que se han convertido en inertes documentos.

Cada pincelada del artista está “contaminada” por un lenguaje plástico que gira en torno a la memoria. La memoria social por ser un ejercicio artístico que fusiona la presencia indígena con la occidental, la memoria histórica que ponemos en práctica los amantes del arte ante el desafío de reconocer las referencias de todos los pintores que juegan en su composición y, finalmente, la memoria cotidiana, pues el artista asegura que cualquier persona puede leer las intenciones estéticas de sus collages atemporales.

Los lienzos de Braun Vega son pinturas sobre la renovación, trazos que liberan a la Historia del Arte de sus ataduras para ser parte de una nueva estética, en su obra los clásicos vuelven a la vida… El desnudo azul de Henri Matisse disfruta la brisa marina mientras las mujeres tahitianas bronceadas por los paisajes tropicales de Gauguin le enseñan a las Señoritas de Avignon la cosmovisión indígena del Perú que habita la mente del pintor de pintores: Herman Braun Vega.

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