El caminante sobre el mar de nubes, la pintura más copiada de la cultura pop

El caminante sobre el mar de nubes

El caminante sobre el mar de nubes

Una imagen evoca, es testigo mudo. Incluso, con el transcurrir del tiempo, al sintetizar un sentimiento o una actitud más allá de lo visual, puede convertirse en un auténtico referente de la cultura pop. Es el caso de El caminante sobre el mar de nubes, pintura representativa del romanticismo alemán, pintada en 1818 por Caspar David Friedrich (1774-1840).

Mucho se ha escrito y dicho sobre esta obra, en la que se trasluce el ánimo característico de la lírica romántica: la indagación de la condición humana, la secular agonía existencial y la melancolía. Por ejemplo, al pertenecer a ese tipo de obras de arte que te harán sentir emociones que jamás imaginaste, puede inducirte estados de ánimo como el Fernweh, vocablo alemán para describir la nostalgia por un lugar que no has visitado. Asimismo forma parte de un selecto grupo de pinturas con las que te sentirás más solo que nunca. En todo caso, es de las obras más importantes de la historia y por esa razón se ha transformado en un ícono popular de la cultura actual, pues su estructura y composición se resuelve como una potente herramienta de comunicación.

Según registros del Museo de Kunsthalle, en Hamburgo, Alemania, recinto que resguarda la obra, El caminante sobre el mar de nubes es de las pinturas más solicitadas en cuanto a los derechos de reproducción. La figura del caminante ha trascendido a su tiempo y dimensión simbólica para transformarse en un auténtico referente estético. En ese sentido, la obra ha hecho apariciones en carteles de cine, cómics, caricaturas, videojuegos, publicidad, etc.

El caminante sobre el mar de nubes ilustra a un caminante de espaldas y a lo lejos se reconstruye un paisaje de nubes y montañas. El hombre de espaldas que contempla las tinieblas en un primer plano puede representar la condición presente del hombre. El mar de nubes, en un segundo plano, se figura como una proposición de un futuro incierto.

La reinterpretación actualizada de ese dramatismo, perteneciente a su contexto cultural, emocional y filosófico, dota a las composiciones que la reverencian de un nuevo matiz, que sin embargo no escapa de la evocación imaginativa de la obra de Friedrich. Cada cuadro del pintor teutón guarda misteriosamente toda una vida de sufrimientos, dudas, horas de entusiasmo y de luz. El caminante sobre el mar de nubes quizá sea la pieza que más lo afirma.

Este flaneur parece ser dominado por un miedo desesperado por el camino perdido y la ausencia de una guía. Quizá los elementos que le otorgan la virtud de ser una obra atemporal es que su lenguaje explica un drama humano que todos comprenden sin importar intereses intelectuales. Abolir el rostro del personaje protagonista y colocarlo de espalda —elemento característico de la pintura de Caspar David Friedrich— hace de la estampa un pasaporte capaz de ser libre: cualquier individuo se puede convertir en el caminante meditativo y encontrar una narrativa —propia o colectiva—en la imagen, como el reflejo de una representación.

Escrito por Luis Espinosa

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No sólo la belleza de la vida real es un referente para el arte. El arte se nutre de más arte. Eso explica que haya videos musicales inspirados en obras que todo amante del arte debería conocer.

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