Pinturas que demuestran lo erótico de las tentaciones demoniacas

Pinturas que demuestran lo erótico de las tentaciones demoniacas

Pinturas que demuestran lo erótico de las tentaciones demoniacas

En 1970 Black Sabbath recitaba: “sígueme y no te arrepentirás, deja la vida que tenías antes de conocernos, eres el primero por el que siento este amor, siempre conmigo, hasta el fin de los tiempos”. Los padres del metal se vieron seducidos por Satanás, quien es la voz principal de la canción ‘N.I.B.’, en donde él nos invita a unirnos a su círculo, a su vida, a que lo amemos y a pasarla bien con él.

Satanás puede ser muy persuasivo, llevarnos a los límites de nuestras capacidades sin chistar y hacernos enloquecer; nos da lo que queremos a cambio de lo que él, a su vez, desee. Él nos complementa y nosotros lo complementamos a él, pero, ¿cómo sucede? Me atrevo a decir que a través del arte.


El estereotipo dice que todo aquello diferente a lo socialmente dictado como bello proviene de las tinieblas, o por lo menos, viene de un lugar oscuro que no tiene sentido de la belleza. Ante esto, grupos artísticos como los Dadaístas demostraron la belleza de lo poco convencional; sin embargo, no tuvieron mucho éxito, contrario a sus predecesores: los Nabis, quienes con una idea muy similar hicieron su propia corriente artística a finales del siglo XIX. Usaban el color puro y los sentimientos que consumían a los artistas exaltando lo exótico, la cultura oriental, el misticismo y la magia. De hecho, “Nabi”, significa vidente o profeta.


Así, los artistas que pertenecían a este grupo como Pierre Bonnard, Édouard Vuillard, Maurice Denis y el fundador Paul Sérusier, hacían grandes obras de arte inspiradas en el misticismo, como lo es el mismo Satanás y sus tentaciones, brujas, hadas y algunos rituales.

Las pinturas de este movimiento no se ven reales, ni pretendían parecerlo, era lo que las hacía únicas en su tiempo; ya que contrario a las corrientes previas, no se mostraban retratos o paisajes muy exactos, sino que distorsionaban la imagen de tal modo que los colores llamativos y los trazos duros sobresalían, además de mostrar el erotismo en un cuerpo, sin ser forzosamente una escena sexual, o bien, erótica.


La sensualidad y el desnudo figuraban pero de manera perversa, ya que algunos cuerpos eran mostrados en rituales mágicos y escenas espiritistas mientras otros eran seducidos por figuras no humanas.

Su taller era llamado “The Temple”, puesto que para ellos hacer sus obras era un procedimiento verdaderamente religioso, no tanto por las temáticas, pues éstas eran más bien tachadas de satánicas y paganas.

Tenían un pequeño mantra: “Sonidos, colores y palabras tienen un poder expresivo más allá de toda representación y más allá de lo literal de las palabras”, por ello la distorsión y exageración que se podían percibir, pero sobretodo, la perspectiva personal que era lo que ellos llamaban “magia”, ya que cada quien percibe el arte de manera distinta, según su propio imaginario.

Si aún no crees que estas ilustraciones son tentadoras, puedes ver estas Ilustraciones de los fetiches más perversos, oscuros y demoniacos.

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