Tirana: la ciudad que fue salvada por el arte

Tirana: la ciudad que fue salvada por el arte

Tirana: la ciudad que fue salvada por el arte

Para Friedrich Nietzsche, la función del arte era la de salvarnos de la verdad. Según el autor, el arte tiende a cambiar, a crear y a destruir. El arte constituiría un movimiento contrario al Nihilismo, ya que el artista sería un creador de nuevos valores, alguien que termina con los antiguos para dar lugar a otros e integrando a estos en la sociedad. El arte, entonces, no sólo destruye sino que también crea, pues propone una visión que siempre refleja un mundo deseado.


Decíamos que para Nietzsche los valores surgen del arte y que el arte tiene más valor que la verdad, incluso más de lo que ya nos muestran, de lo que ya está dado, porque el arte crea. Así, cada sociedad adquiere valores que han sido creados por diferentes sucesos y, el arte, como suceso, podría cambiar de nuevo los valores de ésta.
Este es el caso de Tirana, la capital de Albania. Tirana estuvo 40 años bajo el régimen de una dictadura comunista, caída en 1990, que condenó a Albania a la soledad, el aislamiento y a una penosa situación económica. En un régimen comunista, productor de valores, encontraremos una ciudad homogénea, uniforme y mohína. Los edificios grises y mustios que podíamos encontrar en Tirana fueron construidos por los prisioneros de los soviéticos y los terrenos pertenecían al Estado.

La libertad ganada en 1990 debido a la caída del régimen, provocó un estado de anarquía democrática en la ciudad. La población de Tirana se hizo hasta cinco veces más grande debido a la inmigración que ésta tuvo y, en consecuencia, una oleada de construcción de edificios ilegales arrasó la ciudad. La corrupción y el crimen fueron instalándose como si de nuevos tiraneses se tratara. Cuando Edi Rama, alcalde de Tirana durante 11 años y actualmente primer ministro de Albania, llegó a la alcaldía, derribó todos los edificios ilegales y en su lugar colocó zonas verdes. Se eliminaron 123 mil toneladas de basura sólo de las riberas de los ríos. Se demolieron más de 5 mil edificios ilegales en toda la ciudad y se plantaron 55 mil árboles y arbustos en las calles. También reguló y aprobó nuevas normativas urbanísticas. El cambio más imprevisto fue el de pintar las fachadas de todos los edificios de la ciudad de colores vivos con el fin de recuperar la esperanza que se había perdido. Así, los antiguos inmuebles con estilo comunista se convirtieron en edificaciones con mosaicos, arcoíris, cubos, flores, etc., de tonalidades modernas e intensas.


“Cuando pintamos el primer edificio salpicado
de naranja sobre el gris sombrío de la fachada, ocurrió algo inimaginable. Hubo un atasco de tránsito y se congregó una multitud
como si se tratara de un accidente espectacular o de una
aparición repentina de una estrella del pop”.

La gente empezó a arrojar menos basura en las calles, a pagar impuestos, y los edificios coloridos comenzaron a convertirse en una reliquia de una ciudad que ahora todo el mundo quería proteger y preservar. Este cambio no sólo tuvo un efecto estético sino también práctico. Los taxistas y los carteros, por ejemplo, pudieron orientarse por primera vez ya que en el régimen comunista las calles no poseían nombres.


La rehabilitación de espacios públicos revivió el sentimiento de pertenencia a una ciudad que la gente había perdido, revivió el orgullo de la gente con respecto a su propio lugar de vida. Estos sentimientos estaban enterrados bajo los tabiques de las construcciones ilegales, la corrupción y el crimen. Gracias a esto, Tirana empezó a ser una ciudad llena de vida, el turismo se incrementó, así como la actividad de los habitantes en las calles.
Edi Rama apostó por el cambio de la ciudad y la hizo más habitable pintando las fachadas de los edificios y, con ello, dejó atrás el gris de la época pasada para marcar el comienzo de una nueva etapa con colores llenos de vida y con un pueblo que renacía a través de estos.


El arte ha cambiado los valores de Tirana, ésta ha dejado de ser una urbe sombría y tediosa para convertirse en una metrópoli llena de energía, fuerza y vigor.

Muchos países y sus habitantes han experimentado en carne propia el sufrimiento causado por los errores cometidos por personajes del pasado. Al igual que Tirana, algunos países han optado por el arte para rescatar y fortalecer lo mejor que se encuentra en ellos, algunos otros deciden crear programas de voluntariado no sólo para rescatar su territorio sino el mundo entero. Tú puedes ser parte de este cambio y demostrar que el arte lo logra todo.

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